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26 de abril de 2024

Rafael Nadal golpea de revés

Rafael Nadal golpea de revésAFP

Nadal derrota a Van de Zandschulp para plantarse en octavos con Djokovic ya en el horizonte

El español se probó de todas las formas para realizar un partido impecable (6-3, 6-2, 6-4) en una suerte de preparación rotunda para afrontar la segunda semana en Roland Garros

Van de Zandschulp es un jugador difícil, tanto como la pronunciación de su nombre, que apuntaba a primera prueba medio complicada para Nadal y su pie. No sabíamos que Nadal y su pie eran como Abbot y Costello, Laurel y Hardy o Simon y Garfunkel. Pero lo son desde hace mucho más tiempo de que lo sepamos porque ya no queda más remedio que saberlo.
La peligrosidad del holandés era latente y luego de los fallos casi garrafales del español en el cuarto juego al resto, vino una puesta en escena contundente al servicio para intentar mantener a raya el ataque poderoso de Botic, sobre todo con la derecha. La variación de alturas y de velocidad eran la llave que de momento abrían algunas de las puertas de la casa del proyecto de matagigantes.

Evening in Paris

Un punto largo de estrategia en la red terminó con el fallo de Nadal que aún le dejaban una bola de rotura y que le procuró su rival al mandar fuera un golpe potente de derecha. Con el 4 a 2 sacaba a Van de Zandschulp con el revés cruzado y con el saque y el paralelo lo fulminaba en medio de su lado de la pista con los pies de gigante pisoteando la tierra.
Owen Wilson, el actor, pasaba su Evening in Paris exactamente igual vestido que en Midnight in Paris. No podía dejarle Nadal a su contrario pelotas cortas porque eran como penaltis. No se habían enfrentado nunca y podía llegar el momento del holandés. De momento sacaba el mallorquín para el 6 a 3 con el guion sin sobresaltos. Saques desterradores y soluciones finales en forma de paralelos y dejadas para lograr el objetivo inicial del primer set.

La derecha 'Van de Zandschulpiana', con ecos de la de Soderling, trabajaba para tirar el muro que se mantenía en el sitio

Había que ver al holandés en el segundo parcial, sabedor de sus opciones y del camino de las mismas. La derecha Van de Zandschulpiana, con ecos de la de Soderling, trabajaba para tirar el muro que se mantenía en el sitio, pese a algún que otro desconchón que no le sirvió para mantener el servicio en el tercer juego. Menos de una hora y un set y un tercio era una velocidad un poco de crucero, que parecía ser lo que quería Nadal.
Practicaba Nadal esquí sobre tierra apoyado en un servicio motorizado. A ese saque le seguía una cuerda de la que se sujetaba el español para deslizarse hacia delante con el revés punzante y la derecha pesada y larga. Era un trabajo de ocultación también, porque a la mínima Botic se lanzaba. Pero había encontrado Rafael la manera, que era un juego como de pera de boxeo, en el que la pera era Van de Zandschulp.
Rafael Nadal golpea de volea

Rafael Nadal golpea de voleaAFP

El juego largo de Nadal no permitía al holandés ni siquiera llegar a la pelota. El español, en cambio, estaba en todas partes. El 5 a 1 y el error constante. Ya iba dando saltos Nadal sobre el agua. Gustándose, soltándose de una mano y luego de otra. El brazo se estiraba y la bola caía en las esquinas, pese a ello Van de Zandschulp lograba su segundo juego.
El vientecillo no aclaraba las ideas del holandés y sí las de Nadal, que ha jugado en París bajo cualquier climatología. El servicio era el motor de una lancha neumática bajo la atenta mirada de Zidane y su mujer o de Woody Harrelson en la que el español llegó a puerto con el 6 a 2 definitivo. Setenta y cinco minutos y dos sets a cero.

Tercera ronda intensiva

En el primer juego Botic apretó con el servicio, pero incluso jugando en una media pista apresurada (eran tremendas las prisas pacientes de Nadal) el trece veces campeón se fabricó una ventaja al resto, probándose sin cesar. Una tercera ronda intensiva para lograr el break y luego el 0 a 2. Y el 0 a 3. Se diría que el posible partido de cuartos entre Nadal y Djokovic ya se jugaba. Desafiándose ambos con resultados abultados.
Demasiado pronto ese encuentro para ambos Quería acabar Nadal sin acabar. Jugando todo el tiempo y de todas las formas para alcanzar el rodaje preciso. El ritmo intensivo tuvo una ralentización con la pérdida del 5 a 0 que al final fue 4 a 2 con la primera rotura de Van de Zandschulp, provocada por el error repetido de Nadal. Volvieron los restos largos y con ello las dudas del holandés que sin embargo jugaba ahora mejor.

El 30 iguales lo ponía con el saque y el punto de partido con el saque, la derecha y la volea para celebrarlo con efusión

Llegó el 4 a 3 y una cierta incomodidad para el español. Las prisas acaban pasando factura. Había que ver cuál, pero el gran campeón no estaba dispuesto a aumentar la cuenta. Una dejada desde el fondo de la pista anuló la derecha larga del holandés. Llegó Nadal otra vez para devolver el estado de las cosas y el ritmo con 5 a 3. El 5 a 4 lo puso Van de Zandschulp al servicio, más entonado, ayudado también por la mayor imprecisión del español.
Había perdido algo de ligereza Nadal. El primer peloteo del décimo juego lo apuntó, pero el segundo lo negó. Se demoraba en el saque y luego no llegaba a la dejada el español. El 30 iguales lo ponía con el saque y el punto de partido con el saque, la derecha y la volea para celebrarlo con efusión. El revés cruzado del holandés lo salvaba con un Nadal que parecía hecho para tres sets y a duras penas a última hora lograba mantener el servicio que terminó ganando, como el partido, para mirar a Auger-Aliassime, el pupilo de su tío, antes de, presuntamente, a Djokovic.
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