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29 de abril de 2024

Nadal celebra la victoria sobre Djokovic

Nadal celebra la victoria sobre DjokovicAFP

Nadal vence a Djokovic en otro partido maravilloso en la noche fría de París

Con una nueva demostración el mallorquín derrota a su gran rival por 2-6, 6-4, 2-6 y 6-7 en su pista favorita tras terminar rematando en la muerte súbita un cuarto set que perdía por cinco juegos a dos

El primer juego fue de 10… minutos. Bien Nadal, sin prisas, clavado, sereno, serio. No circunspecto. Fue rotura. Sin repetir casi un solo golpe seguido. Djokovic abría los ojos para apretar después al resto, lo más largo posible. Era su respuesta. Valiente Nadal se jugaba las líneas así de primeras, sabedor de que es el tenis lo que tiene. No tanto lo otro.
Con dos a cero para el español, el serbio encontró la manera de llegar al servicio corredor, como el galgo de Alonso Quijano. Era un delirio de estrategia. Un vacío. Un precipicio cada bola cayendo. Pero pronto nada iba a importar con los cascos haciendo chispas sobre la arena, como si fuera piedra al sol.

Nole en moto

Empezó a echar un poco hacia atrás el número uno al campeón de Australia. O mucho. Tanto que el 15 a 30 se perfiló para atacar el segundo saque del español al que destruyó para ponerse 15 a 40. Se fue largo Nole con el cortado, como si fuera en moto. Luego lanzó la derecha Nadal como una honda y descolocó a su rival para el deuce en la red, y después para el globo, también en la red.
Allí, en la red, se quedó a continuación la llegada de Nadal al engaño de Djokovic. Otra vez deuce hasta que sacó por los lados al serbio de goma, que acabó no llegando, para la ventaja al servicio. Apuntaba con mirilla Nadal y en el intento Djokovic se salía. Los cambios eran terribles. Del verano al invierno en cada golpe. Calor y frío.

Los cambios eran terribles. Del verano al invierno en cada golpe

En medio de la climatología adversa una derecha en la red le daba la oportunidad de una nueva rotura al español, que consiguió con una derecha paralela en otro cambio de otoño a primavera. 1-4 en la Chatrier de la noche y una fuerza contenida en el gesto, en los saltitos amortiguadores, mientras Nole cavilaba con el 1-5.
Intentaba en la red el serbio frenar el camino recto de Nadal, un viaje que no estaba en la pista sino en la cabeza. Igualaba a 15 con saque y derecha el español en toda la parte libre. Se veía lanzarse a Djokovic para asustar. Era 30-30 con el serbio atento, dispuesto a amarrarse al set en casi el estertor que confirmaba Nadal. 2-6 para el campeonísimo de París en medio del taimado entrecerrar de ojos del campeón vigente.
Nadal golpea de revés

Nadal golpea de revésAFP

Se buscaba al inicio la bola de rotura otra vez Nadal y no parecía posible. Por poco se le escapó un resto dificilísimo de devolver por el que resopló el serbio. Pero no le importaba. O no lo parecía. Seguía buscando la línea, los huecos, los lados, las bisagras. Quería y quería Nadal. También Djokovic, que lograba igualar su caro servicio.
De lado a lado Nadal dejaba seco a Djokovic con la dejada en la otra punta. Devolvía la igualdad el serbio con el revés profundo que devolvió desviado el español, que insistía por la esquina derecha de Novak. Otra vez igualaba y otra vez se quedaba atrás. Era la séptima bola de rotura del español, que lo hizo a la octava para comenzar igual que en el primer set.

Movilidad pugilística

La movilidad de Nadal era pugilística. Llegaba antes que la pelota y se detenía para apuntar y disparar. Daba vueltas alrededor de sí mismo ya al resto, a punto de perderlo. Pero no lo perdió. El deuce llegó con el revés diagonal, hacia adelante. Y luego la ventaja obligándole el cortado de Rafael a fallar en la red. Novak lo atrajo después y Rafael fue en su busca para encontrarle.
Era el 0-3 y Nadal casi disparaba a ráfagas, como si tuviera un cargador en la empuñadura. Y sin embargo el fallo, el mínimo fallo traía los idus de junio y el punto de rotura para Djokovic. 1-3 y una de los dos juegos abajo salvado. Se había lanzado Djokovic o se había frenado Nadal. Parecía haberle robado el de Belgrado la velocidad al de Mallorca, o la ligereza. Otro revés en diagonal era bueno para Nadal, pero ahora Djokovic era un tanque en la línea Maginot.

Rafael sacó al centro y luego resistió el bombardeo hasta acabar con todos los proyectiles

Tenía el 3-3 Nole. Pero Rafael sacó al centro y luego resistió el bombardeo hasta acabar con todos los proyectiles del avión en dos puntos terroríficos. Tanto como el revés cruzado del serbio, que devolvió la igualdad en el alero del mallorquín. Se salió en el intento al resto el serbio, que sonreía maquiavélicamente para resarcirse en la derecha cayéndose hacia atrás.
Era la hora de los vampiros y el mayor de todos ansiaba morder. Se lo negaba Nadal en un precioso pasante de derecha cruzado, como un muletazo espacioso, que dejaba en nada la doble falta siguiente. De nuevo el iguales. Y de nuevo Nadal en diagonal con la derecha a la bola alta de Djokovic.
Djokovic golpea de derecha

Djokovic golpea de derechaAFP

Resistía el vampiro hecho arcilla y fallaba Nadal para la ventaja de su rival después de muchas no convertidas. Lo salvaba con el saque y la cinta y luego se volvía a caer con el revés. Un revés de flojera que no era tal sino la listeza fallida. El error de ambos se lo llevaba Nadal para igualar de nuevo. Por poco tiempo. Al final lo perdía Nadal después de un cuarto de hora.
Nadal ahora fallaba, sobrepasado. Tenía que refrescarse. Lo intentó con la dejada al resto en el 30-0 y lo logró. Trató de devolvérsela el serbio, pero no pasó. 30-30. Quiso cruzarla con su derecha casi infalible hasta entonces Nadal, pero no subió. Tampoco la siguiente de Djokovic en la ventaja. No era tenis, era ajedrez en condiciones extremas y Nole hizo doble falta.

De cada juego a la eternidad

Era otra ventaja para Nadal para volver a romper. Se rehízo Novak con un gran saque y remate. La ventaja vino después con el paralelo de revés venciéndose. Nadal la cruzó parándose de nuevo. Saque y volea: Djokovic. Lo sacó luego Nadal de la pista. De cada juego a la eternidad, protagonizada por Burt Lancaster y Deborah Kerr. Lo concluyó el serbio casi diez minutos después para un parcial de 4-0.
Necesitaba Nadal el ritmo que le estaba robando su contrario y lo recuperaba en un jueguecito, un punto, extraordinario que ninguno se negó a perder, pero tuvo que hacerlo. Otra vez iguales. La igualdad del horror que salvaba Nadal. La sangre que había dejado de manar al límite.

Era punto de rotura, pero la salvó Nadal variando, variando. Faroles y galleos invisibles hasta la ventaja

Después llegó el 5-4 para Djokovic, no muerto en el segundo set que parecía el quinto. En la derecha mostraba todo su poder. No pudo sostener el revés Nadal con el 30-30, ya le había pasado antes, con la pista para él. Era punto de rotura, pero la salvó Nadal variando, variando. Faroles y galleos invisibles hasta la ventaja para el 5-5. Volvía Nole y su derecha como si fuera un lanzador de peso.
Le obligaba con el segundo saque con el resto profundo cuya devolución fallaba Nadal. Mucho más impreciso que en el fulgurante comienzo. Era el set para Djokovic. 6-4 luego de un 0-3 que tenía que olvidar el español, con los planes trastocados después de medio parcial en sus manos.
Djokovic celebra la victoria en el segundo set

Djokovic celebra la victoria en el segundo setAFP

Vida nueva en la noche joven de dos contendientes que suman 70 años. Volvía el riesgo a la mente de Nadal, que buscaba las líneas y los cambios, rehecho, olvidado o intentando olvidar la pequeña pesadilla borrosa. 0-1 y 40-0. 30-40 y peligro. Botaba Nadal y resolvía al resto de Djokovic con el paralelo valiente, el flechazo en el bosque, no el de Sherwood, sino el de Bolonia.
Doble falta en el cuarto juego para empezar y remate para continuar. Quería recuperar Djokovic el tono enviando la pelota a los pies de Nadal. Quería convertirlo en un pie tierno recién llegado al Oeste. Deuce tras el 40-15. Fallaba al resto en el intento de alcanzarle el pie herido a Nadal. Un asesino Nole. La doble falta era un suplicio. La segunda del juego.

A tumba abierta

Fallaba en la aproximación al paralelo. La volea se quedó, dolorosa, a punto de la rotura. Como se quedó la derecha de Djokovic, que luego cazó la cruzada de Nadal que el español dejó muerta. Lo sacó Rafael: 1-3. A tumba abierta Djokovic se lanzaba, golpeando con violencia inusitada, enfurecido, casi rabioso.
La derecha paralela al resto era el 30-30 y la doble falta el 30-40 para Nadal, que conseguía la segunda rotura al límite tras el revés cruzado al pasillo de Djokovic. Doble falta y saque y volea. El cambio para olvidar, como el beber. El cambio, el cambio. No había que repetir. Se agachó Nadal para devolver y Djokovic se pasó en el revés. Luego lo hizo con la derecha y eso fue el 1-5.

Se buscaban como olfateándose. La lucha era un tormento, también para el espectador

Resolvió su saque, su segundo juego y le cedía la responsabilidad final a su contrincante, que servía para ganar el tercer set. Falló el remate Nadal en el primer punto. Se marchaba largo el serbio al resto después. Lo movía Nadal y Nole quiso acortar, como pensando ya en el cuarto set que acabó llegando. Otro 2-6 para el español.
Tras el 1-0, Djokovic la emprendió con la red tras estropeársele el remate. Se buscaban como olfateándose. La lucha era un tormento, también para el espectador. La búsqueda de los pies era una consigna al resto para Djokovic. La misión de Nadal al servicio no permitirle apuntar. En la locura se presentaba la oportunidad de rotura para Djokovic que la convertía para el 2-0.
Djokovic golpea de derecha

Djokovic golpea de derechaAFP

Regreso al futuro. Se había roto un poco Nadal con la dejada del juego que cantaron mala después de buena. 3-0 y otra vez Novak golpeando, salido del ataúd en el que nunca estuvo. Recuperaba sensaciones el español en el cuarto juego: 1-3 y una carrera por delante para intentar alcanzar al serbio que enseñaba los dientes con forma de derecha. Era 40-0 para el 4-1.
Apretó Nadal para hacer el 15, ya lejos. Pero consiguió el 30, también, llegando a la dejada y luego cazando en el aire el globo de revés. Pudo hacer el 40 Nadal, pero otra vez se le marchó el revés bombeado por el pasillo con toda la pista libre. Era la segunda o la tercera vez que ocurría, pero daba igual. El 4-1 era para el serbio y Nadal empezaba en el sexto con fuerza y rapidez. Dos servicios ganadores y dos devoluciones al resto para el 4-2.

Djokovic le cantó las cuarenta

Solo una rotura que buscaba recuperar el español, que empezaba bien con el resto alto a la línea que no pudo devolver su rival. Rápidamente Djokovic le cantó las cuarenta, seguro en el saque, pero Nadal no se rindió enviando un resto a la esquina que luego Nole mandó lejos. 40-30 que fue 5-2.
Cada vez más cerca el serbio del set que perseguía Nadal. No se rendía, buscaba ahora su saque para lanzarse en el noveno sin remisión: la última oportunidad para no llegar al quinto set. Se jugaba por las paredes desde donde Nadal devolvió un revés mortal del serbio. 5-3. Empezó al resto Nadal con una dejada regular por la que Novak prefirió no correr. Había peligro de descoyuntamiento a estas alturas.

Lo estaba intentando de tal forma Nadal que el modo de Djokovic de impedírselo hacía brillar el momento de ambos

Nadal era el amor propio en la lucha. 30-30 y luego bola de set que no supo el serbio convertir con Nadal mostrándole un señuelo al revés. Lo estaba intentando de tal forma que el modo de Djokovic de impedírselo hacía brillar el momento de ambos. Qué decir del paralelo para seguir en el set de Nadal. Fue el resto profundo lo que le permitió lanzarse a la media pista para la bola de rotura.
Nadal golpea la pelota de derecha

Nadal golpea la pelota de derechaAFP

Djokovic lo salvó con cara de torero, pero el toro se le volvió a colar para poner su servicio en peligro de verdad. De la buena como su derecha mítica. No hay palabras para describir el esfuerzo y la creencia del mallorquín: 5-4 y servicio para el empate. El partido histórico. La rivalidad histórica.
La derecha nadaliana que se descompone en el gesto para caer como un yunque. Al fin el 5-5 en otro partido para el recuerdo, que precisamente pretendía olvidar el serbio para volver a ponerse por delante. Se aseguró la muerte súbita Novak y Nadal se jugaba el empeño por no alcanzar el quinto de la noche.

Universo paralelo

No parecían posibles semejantes ganadores tras cuatro horas de juego. Paralelos como universos preciosos al límite de la resistencia humana y la muerte súbita sobre París. Rompía Nadal volcado y la derecha paralela se posaba sobre la línea después. 0-3 de Nadal cuyo juego pesaba.
Le envió Nadal la bolita alta y el ansia de Djokovic la mandó fuera en este momento terrible: 1-4. Se fue hasta el 1-6 y luego Djokovic hizo recorrer una enorme gota de sudor por todo el espinazo del español, cuyo escalofrío le despertó para lograr una nueva victoria impresionante sobre el número uno, el jugador más en forma del momento, por la que Marion Bartoli, la extenista y entrevistadora a pie de pista le confesó, casi con lágrimas en los ojos, lo mucho que le quería.
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