Carlos Alcaraz está hecho de otra pasta. El murciano es de esos jugadores que nunca dan un partido por perdido aunque las circunstancias hagan ver que lo tiene muy cuesta arriba. Nada frena al murciano en su intento de ir a por la victoria, pero esta vez, la poca movilidad que tenía le terminó pasando factura y acabó perdiendo ante Cameron Norrie por 5-7, 6-4 y 7-5 a pesar de dejarlo todo en la pista.
Sin embargo, la derrota no debe empañar el buen hacer de Alcaraz, que plantó cara hasta el final. Además, lo hizo poniendo en aprietos a su rival, pues con evidentes molestias en su pierna fue capaz de firmar grandes puntos y de sacar adelante algunos juegos espectaculares, destacando sobre todo el sexto del último set, cuando iba break abajo y ya todo parecía perdido.
Estos cuatro puntos seguidos son la prueba perfecta para demostrar el gen competitivo que tiene Alcaraz. Todos ellos logrados con tiros ganadores que son difíciles de conseguir incluso estando en perfectas condiciones. En cambio, el español hizo que pareciese sencillo y puso en pie a la pista central del ATP 500 de Río de Janeiro, que estuvo hasta el final del encuentro apoyándole.
Lo vivido en esta final recordó a algunas de las exhibiciones que ha dejado Rafa Nadal lesionado, pues aunque a Carlitos no le gusta ser considerado como el heredero del balear, lo cierto es que tienen varias similitudes, sobre todo en lo que se refiere a luchar hasta el final independientemente de lo que suceda, una cualidad que solo poseen los grandes campeones.
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