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Una mujer camina por la calle delante de un negocio cerradoGTRES

El pulso económico del país (I)

España no va bien: cae la creación de empresas

El fin de semana pasado leía un artículo publicado en la prensa económica que felicitaba al Gobierno porque la creación de empresas había aumentado un 33 % sobre el año 2020

Como los datos no me cuadraban bien, escribí al presidente de BORME On Line, José Vicente de Lucas, y le pedí si me podía sacar el número de constituciones de empresas por meses en 2020 y en 2021, para poder comprobar la veracidad de la información que había leído.
Ayer me envió los datos que voy a compartir con todos los lectores. Demuestran que el Gobierno no lo está haciendo bien. Parece dispuesto a seguir creando problemas a todos los empresarios.
El número de empresas creadas en los 10 primeros meses de 2021 ha sido 79.683. En 2020, el peor de los años de la historia económica moderna, se crearon 65.463 empresas. Es decir: la creación de empresas ha subido un 21,7 % sobre 2020, pero esta es una falacia, porque a estas cifras debemos restar el número de empresas que se han extinguido durante estos diez meses, que es la nada despreciable cifra de 27.152 empresas que se recogen del Boletín Oficial de Registro Mercantil. El efecto neto en la economía española es que el tejido español tiene 52.531 empresas más que en 2020. Por otro lado, en 2020 se extinguieron 21.281 empresas. Por lo tanto, la creación en el año de la pandemia ascendió a 44.182, así que podemos concluir que la creación de empresas en 2021 no ha subido un 33 %, sino que simplemente se ha incrementado un 18,9 %.
El artículo tampoco recogía lo que está pasando en el segundo semestre de 2021. Resulta que de julio a octubre hemos creado 23.830 empresas, un 15,6 % menos que el año pasado, y a su vez hemos destruido 8.171 empresas, que es un 6,4 % más que en 2020. Por lo tanto, en los cuatro últimos meses del año la constitución neta de empresas en España ha caído un 23,8 % con respecto al año pasado.
Algo está pasando en nuestra economía, algo muy serio que provoca que en el segundo semestre de este año estemos en peor situación que el annus horribilis de la economía española.
Recuerdo perfectamente el super anuncio de Pedro Sánchez desde Moncloa, el 17 de marzo de 2020, en el que decía que iban a llegar a la economía española 200.000 millones de euros, 117.000 desde el Estado y 83.000 desde las instituciones privadas.
Que yo sepa, escasamente, han llegado 100.000 millones en forma de préstamos ICO. Muchos de ellos ya han entrado en amortización y están estrangulando a las pequeñas empresas, que todavía no han recuperado el ritmo de facturación y negocio que tenían antes de la pandemia. Recordemos que estamos en la economía que más decreció en Europa y está creciendo en el furgón de cola.
También recuerdo el super bombazo de anuncio, con aplausos y vítores al gran presidente Sánchez, cuando volvió de Europa el 21 de Julio de 2020 y anunció que España recibiría 140.000 millones de euros de Europa, pero que en el 2021 entrarían 27.000 millones, que permitirían crecer un 2.5 % al PIB.
De esos 27.000 millones solo han llegado a nuestro país 9.000 millones de euros de Next Generation EU, y nadie sabe lo que ya ha sido entregado a las empresas españolas; se dice que algo más de 5.000 millones, pero nadie sabe la cifra exacta. Es más: empresarios españoles sottovoce me comentan que el retraso en el cobro de operaciones concedidas en diferentes Ministerios, sobre todo, los que afectan a temas de digitalización, son tremendos, y que las burocracias ministeriales ralentizan la llegada del flujo económico al tejido empresarial.

El tejido de las pymes se resquebraja

Si a esto añadimos que el ministro de la Seguridad Social va a subir el coste patronal un 0,5 % en cada empleado que hay hoy trabajando, si vemos que la inflación está desaforada y que va a provocar una subida de salarios imposible de pagar, si vemos que el Gobierno solo habla de subir gastos e impuestos, quizás así entendamos que se creen cada día menos empresas y que, además, aquellas que tienen dificultades adelanten su cierre para evitar males mayores.
España no va bien. El tejido empresarial de las pymes se resquebraja. El Gobierno no cumple nada de lo que promete, salvo la subida de impuestos. Los empresarios de pequeñas y medianas empresas están solos y abandonados, casi como los autónomos, pero la fiesta del gasto continúa y no para.
Si alguien del Gobierno me escucha, que por favor cambien de rumbo el barco que va directo a estrellarse contra los arrecifes.

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