Gente paseando por una calle comercial de Lugo
El pulso económico del país (II)
España no va bien, pero hay comunidades que van peor
En este capítulo, se analiza la constitución de empresas por comunidades autónomas
En el anterior capítulo veíamos que en España de julio a octubre de este año 2021 se habían creado 23.830 empresas (según los datos de la compañía BORME On Line especializada en obtener datos del Registro Mercantil). Esto suponía una bajada del 15,6 % sobre el año 2020 y, además, supimos que se habían cerrado 8.171 empresas (+6,4 %), con lo cual en realidad sólo contábamos con 15.659 nuevas empresas. Este dato suponía una caída del 23,8 %.
Ante esta situación decidí analizar qué ha pasado en las cinco principales comunidades autónomas de nuestro país (Madrid, Cataluña, Andalucía, Comunidad Valenciana y País Vasco) y ver si se han comportado igual que la media del país o hay diferencias.
Tabulados los resultados, los análisis son los siguientes:
Vemos que la Comunidad de Madrid se comporta mucho mejor que la media. Crece un 30,8 % en el total del año y sólo decae un 7,3 % con respecto al año pasado, frente al 23,8 % de la media. Sigue siendo el motor de la actividad económica y ha creado el 24,2 % del total de las empresas netas de este país, con sólo el 14 % de la población.
Cataluña, que antaño fuera el motor empresarial del país, desde luego, ha perdido mucho fuelle y terreno con respecto a Madrid. Crea 9.713 empresas, un 28,8 % menos que Madrid. Crece un 22,5 % sobre el año pasado en los diez primeros meses, pero decae más que la media de julio a octubre. La creación neta baja un 24,4 %.
Pero la sorpresa no está en Cataluña en sí.
La sorpresa está en Andalucía, que a la chita callando ha dado el sorpasso a Cataluña. Ha creado 10.766 empresas, casi un 11 % más que Cataluña, que ha caído a la tercera posición. Andalucía se comporta como la media nacional y crece un 18,3 % en lo que va de año. En los meses de julio a octubre decrece un 23,4 %.
La Comunidad Valenciana crea 6.717 empresas y se coloca en la cuarta posición. De julio a octubre desciende sólo un 9,6 %. Su tejido empresarial, como el madrileño, aguantan más y mejor esta caída del ciclo.
Y aquí viene otra de las sorpresas al analizar estos datos:
El que fuera otro motor de la economía emprendedora y maestra en la creación de empresas se ha quedado reducido a la nada. El País Vasco ha creado 1.130 empresas. En los últimos cuatro meses es, con diferencia, la peor comunidad de todas. Decrece casi un 38 % y sólo aporta en este período 311 empresas nuevas.
Como decíamos en el capítulo anterior, España no va bien, pero quienes van peor resulta que son la comunidades históricas, aquellas que no hacen más que reivindicar de forma permanente derechos y prebendas. En teoría, son para sus ciudadanos, pero, a la hora de la verdad, ese dinero extra que consiguen, esas ventajas que tenían que hacerlas más competitivas, está claro que no producen efecto positivo en su tejido empresarial.
Si el dinero de más que se llevan a sus comunidades, extra sobre los demás; si esas canonjías que reciben mediante el sistema de extorsión a través del voto para que el Gobierno actual se mantenga en el poder, no sirven para crear riqueza en sus entornos, quizás debamos empezar a pensar para qué sirven y a dónde van.
Mastodonte público
Cuando empecé a analizar los datos de creación de empresas en España, no esperaba encontrarme a Cataluña en tercer lugar y que el País Vasco representase un escaso 2,4 % del peso en la creación de empresas.
Por lo tanto, si hay ciudadanos de estas comunidades que llegan a leer este artículo, les pido que no se sientan molestos conmigo por contar esto. Los culpables de lo que está pasando en sus comunidades son sus políticos, que sólo piensan en sus ombligos y no en quienes les han votado. Para que una comunidad sea rica, necesita que la riqueza la cree el tejido empresarial, no el mastodonte público, y hoy de estas comunidades hay tres que claramente intentan mejorar, que son Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana, y dos que, al paso que van, dejarán de ser importantes. Poco a poco perderán su inercia y será muy difícil para ellos volver a la senda anterior.
Si el Gobierno central ha perdido la visión del faro y nos va a llevar a embarrancar el barco contra los arrecifes, hay otros gobiernos que deberían darse cuenta de que ya han embarrancado y se están hundiendo, aunque siguen gritando que ellos son los guías para sacar del infierno al que están llevando a sus ciudadanos.
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