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26 de abril de 2024

Una mujer camina por la calle delante de un negocio cerrado

Una mujer camina por la calle delante de un negocio cerradoGTRES

Análisis económico

El índice de quiebras se dispara un 25 % en tan solo seis meses

España, a la cabeza de quiebras empresariales entre los países de la Unión Europea

Recuerdo, con mucho cariño, cuando en las comidas de los fines de semana en casa, mi padre me decía: «Hijo mío, tienes un problema importante, que a lo mejor se convierte en virtud a lo largo de los años, pero que seguro ahora a tus 20 años no te va a ayudar, y es que eres muy cabezón».
No me lo decía mi padre porque yo tuviese una cabeza de tamaño desproporcionado, sino porque lo que tenía era un ego desproporcionado y si me empeñaba en algo no paraba hasta conseguirlo. Creo que mi padre se equivocaba, ese empecinamiento en conseguir muchas cosas me ha ayudado a ser quien soy y ahora es cuando tengo que controlar mis «cabezonerías».
Llevo cuatro años, como todos los españoles, aguantando a un Gobierno que lo único que parece importarle es su éxito personal, en lugar del éxito del país. Claramente para que eso pase el líder es el que marca la pauta y define cuál es la estrategia y todos sus ministros lo cumplen a rajatabla.
Pero hay una persona a la que quizás, porque al principio del Gobierno la defendí –porque creía que era una buena técnica y eso iba a ayudar a tomar buenas decisiones políticas–, hoy la tengo entre ceja y ceja. Es, cómo no, la ministra de Economía.
Y da la casualidad de que mi hobby es la economía y además tengo un medio que me permite escribir lo que pienso, con toda libertad. Y cuando esto pasa, lees, estudias, buscas datos y los analizas, que es lo que realmente me gusta.
Investigando en Eurostat me he encontrado con un índice que me ha llamado mucho la atención, que es el de declaraciones de concursos de acreedores, aunque realmente ellos le llaman «bankruptcy declarations» y que se empezó a elaborar en 2015, para todos los CNAE (Clasificación Nacional de Actividades Económicas), menos los que corresponden a Administración Pública, Defensa y Seguridad Social. Es decir, se elabora para todos los sectores económicos menos la Administración Pública.
Al ser elaborado en 2015, se tomó como partida el valor 100, lo cual quiere decir que si hoy tiene un índice de 162 es que desde enero de 2015 hasta la fecha se ha incrementado los concursos o quiebras un 62 %. Por lo tanto, tomado un dato en una fecha y comparado con la última, sabemos lo que se han incrementado estos cierres de empresas.
El índice acaba de ser publicado a 30 de junio y se publica cada trimestre, por lo cual he decidido comparar lo que ha pasado a lo largo de este año, en las quiebras o cierres de empresas para los países en los que Eurostat publica estos datos. En total son 22 países de la Unión Europea.

El índice de quiebras ha bajado en once países de la UE

Así tenemos que, de esos 22 países, hay 11 en los que el índice de quiebras ha bajado, lo cual indica que en esos países están cerrando muchas menos empresas que en períodos anteriores y en los otros 11, justo lo contrario.
En la parte buena está Islandia, que es el mejor país en este período de tiempo que ha conseguido bajar un 40 % el número de quiebras. Le sigue un país como Eslovaquia, que tenía un índice de 379,1; lo cual significaba que desde 2015 se han producido un incremento del 379 %, que está parando la sangría, que el índice ha bajado a 286, que sigue siendo una barbaridad pero que significa que el país ha tomado medidas para parar la sangría.
El tercer país que mejor la ha hecho es Luxemburgo que ha reducido el índice en un 18,9 %.
Sorprende gratamente que entre los que están reduciendo sus índices, y por ende sus quiebras, estén los países del antiguo «telón de acero», como Hungría, Polonia, Eslovenia y Rumanía. También en esta lista de los buenos está Italia y Países Bajos, de las cinco primeras economía de Europa.
En la parte mala, sorprende ver a Noruega y la media de estos países que ha pasado de un índice de 73,8 a 78,0. Todos por debajo de 100, que es muy bueno.
Tenemos en esta parte a Alemania, que ha incrementado su índice un 9,3 %; Francia, que ha incrementado un 23, 7%, y España, que se ha colocado el tercero por la cola con un incremento del índice del 24,9 %, solo superada por Bélgica y Lituania.
Y yo ahora mismo me pregunto: me pongo cabezón con la ministra y le doy cera, o me toca callarme, porque parece que la he tomado con ella y la he convertido en mi punching ball.
Aquí me caben dos cosas, que la ministra conozca estos datos porque para eso tiene asesores muy bien pagados, para que le saquen informes como este y le digan que algo tiene que hacer, aunque decida no hacer nada, o que simplemente sea ignorante del tema.
Cualquiera de las dos opciones es mala. Si lo sabe y calla, se convierte en cómplice de su jefe, al que no le importa nada España ni los españoles y que debido a su sociopatía incluso disfruta viendo hundirse empresas, empresarios y puestos de trabajo. Además, al estar en conocimiento y no tomar medidas para intentar paliar el efecto, deja de cumplir con su cometido como ministra.
Pero si no lo sabe es una incompetente o está rodeada de incompetentes. Y yo no me creo que, en todo su equipo de asesores y funcionarios, no haya ni uno solo que le haya informado de lo que está pasando.
Así que, aunque moderando mi lenguaje barriobajero que es el que más me gusta, me pongo digno y le digo a la señora ministra que si de verdad quiere a España lo mejor que puede hacer es marcharse y que si forma parte del complot de Sánchez de hundir a España, algún día este país le pasará factura.
Señora ministra, España va francamente mal, estamos tomando un camino de difícil retorno y que va a causar mucho daño a los españoles. Si no quiere irse, trabaje, tome medidas y haga algo para que esto cambie, no le grite a la oposición por cantarle las verdades, asuma sus culpas y trabaje, trabaje, trabaje.
De «Nada».
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