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17 de mayo de 2024

Por primera vez se reconocerá la capacidad de poder utilizar los fondos de los planes estatales de vivienda a ofrecer alternativas habitacionales

Se reconocerá la capacidad de poder utilizar los fondos de los planes de vivienda a ofrecer alternativas habitacionalesEuropa Press / EFE

Reforma

Claves de la nueva ley de vivienda: desde el amparo a la okupación hasta el tope de precios

Se incluyen nuevas prórrogas en los procedimientos de lanzamiento que aplazarán los procesos más de dos años

El Gobierno ha llegado a un acuerdo con Unidas Podemos, ERC y EH Bildu para introducir en la ley de vivienda.
La norma más importante es la que topa al 3 % las renovaciones anuales de los contratos de alquiler en 2024, mientras que en 2025 se creará un nuevo índice más estable e inferior a la evolución del IPC, que ya no será referente.
Para evitar aumentos, durante 2023 se aplicará el límite del 2 % en vigor, mientras que en 2024 será del 3 % y en adelante se creará un nuevo índice en estos términos inferior a la evolución del IPC que tope los aumentos de la renta por la renovación anual.

Gran tenedor

El acuerdo incorpora cambios en la definición de «gran tenedor», de modo que las comunidades autónomas podrán, en función de sus competencias y atendiendo a sus realidades, rebajar esta condición de los diez inmuebles establecidos por el proyecto del Gobierno a los cinco que finalmente se incluirán en la ley.
Así, los propietarios que posean cinco o más inmuebles en un área tensionada, se considerarán grandes tenedores y se aplicarán las medidas y especificidades concretas para este tipo de propietario, con lo que se pretende evitar la especulación y el acaparamiento de inmuebles de los «fondos buitre» y demás fondos de inversión.

Deshaucios

En materia de desahucios, se prohibirán aquellos sin fecha y hora predeterminada, una «demanda histórica de los movimientos por la vivienda para acabar con la incertidumbre e indefensión de los inquilinos», según ERC y EH Bildu.
También se incluyen nuevas prórrogas en los procedimientos de lanzamiento, que aplazarán los procesos más de dos años, y se estipula el acceso obligatorio a los procedimientos de solución extrajudicial para las personas vulnerables.
Además, las comunidades autónomas podrán articular mecanismos propios de mediación y alternativa habitacional que consideren oportunos, forzando a los grandes tenedores que realicen desahucios a someterse a los mismos.
Por primera vez se reconocerá la capacidad de poder utilizar los fondos de los planes estatales de vivienda a ofrecer alternativas habitacionales para personas en riesgo de desahucio mediante alquileres sociales bonificados, realojamientos de personas en situación de vulnerabilidad o cualquier otra política similar.

Protección a inquilinos

El acuerdo también contempla medidas de protección a los inquilinos; así, los gastos y honorarios inmobiliarios producidos por el alquiler de un inmueble correrán siempre a cargo del propietario.
Asimismo, se prohíbe aumentar las rentas de alquiler por la vía de nuevos gastos, que obligarían a los inquilinos a abonar gastos de comunidad, tasas de basura o cualquier otro no atribuible que no estuvieran acordadas previamente.

Cláusulas

Del mismo modo, se eliminan las cláusulas que permitían la no aplicación de las medidas que contiene la ley de existir un acuerdo entre las partes.
El pasado diciembre el PSOE llegó a un preacuerdo con Unidas Podemos, ERC y EH Bildu para que la ley estableciera un tope del 3 % en las renovaciones anuales de los contratos.
Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Económicos sorprendió en la última reunión con la propuesta del 3 % el primer año y que después el límite lo determinara un índice de precios por elaborar, algo que fue rechazado por las otras formaciones.
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