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05 de mayo de 2024

La economía sumergida en España supone el 25% del PIB

La economía sumergida en España supone el 15,8 % del PIB

El mapa de la economía sumergida en la UE (y España no está en los primeros puestos)

Un informe del Parlamento Europeo señala que el aumento de la carga impositiva y la menor libertad comercial aumentan las actividades fuera del PIB

En pleno éxtasis electoral, Pedro Sánchez aseguró hace unas semanas haber «sacado de la economía sumergida a 285.000 trabajadores aflorados» a pesar de que los expertos señalan que casi todas sus grandes medidas económicas –aumento de la carga fiscal, subida del SMI o el tope del alquiler– van encaminadas en aumentar precisamente esas actividades.
Son algunas de las advertencias incluidas en el informe ‘Fiscalidad de la economía informal de la UE’, elaborado por el Parlamento Europeo, que ofrece estimaciones del tamaño y desarrollo de la economía sumergida en la UE hasta 2022
El estudio define la economía sumergida como aquellas actividades económicas ocultas a las autoridades por razones monetarias, regulatorias e institucionales. En este documento, la economía sumergida refleja principalmente tareas que, de registrarse, contribuirían al PIB nacional, por lo que excluye actividades ilegales o delictivas que no crean valor agregado.
La pandemia del coronavirus provocó una grave recesión en casi todos los países de la OCDE en 2020, con fuerte aumento del desempleo y una importante caída del PIB y la renta nacional, principales fuerzas impulsoras de la economía sumergida. Entre 2019 y 2020, estas actividades aumentaron un 9,8 % en la Unión Europea.
En España, esta tasa ha ido menguando en los últimos 20 años hasta caer en 6,4 puntos porcentuales hasta el 15,8 % del PIB. Destaca además el poco impacto que tuvo la crisis financiera de 2008 que, aunque entonces el porcentaje de parados se disparó por encima del 25 %, apenas se registró una pequeña subida en el caso de la economía sumergida. No ocurrió así con la pandemia, que provocó un nuevo pico de ambas variables.
El estudio destaca que la débil calidad institucional, la ineficacia gubernamental, los sistemas impositivos y regulatorios complejos y onerosos, la falta de un sistema legal sólido y la corrupción generalizada contribuyen a crear una «moral fiscal» baja que aumenta los incentivos para trabajar en la economía sumergida.
Ya en el año 2013, Andreas Buehn y Friedrich Schneider publicaron un estudio sobre el impacto de ciertas determinantes de la economía sumergida en el que se señalaba que, a nivel general, el factor más significativo se podía atribuir a los impuestos indirectos e IRPF. No ocurre así en España, donde el paro endémico dispara su tasa de influencia por encima de la media del resto de países de la OCDE.
Tras la pandemia, donde se ha visto cierta reducción de la economía sumergida, los autores señalan que la inflación y la escasez de energía pueden provocar un aumento de esta tasa de entre un 5 y un 7 % en casi todos los países de la UE, especialmente los del este, más dependientes de los combustibles rusos.

Reducir la economía sumergida

Los autores, además, se preguntan su la reducción de la economía sumergida es «una bendición o una maldición» y responden que el declive de estas actividades solo aumentará el bienestar total en un país si los políticos lograr transferir estas tareas a la economía «oficial» a través de políticas orientadas e incentivos.
El documento también hace un estudio de las economías sumergidas en Austria, Dinamarca, Alemania, Grecia, Italia y Rumanía. En este caso destacan las medidas llevadas adelante por los gobiernos helenos –tienen tasas similares a las españolas– como la mejora en la recaudación de impuestos, la reducción de la carga fiscal y de las contribuciones a la seguridad social o la transformación digital de la administración tributaria y aduanera que han permitido un aumento de la relación impuestos/PIB de dos puntos sin aumentar la presión sobre la ciudadanía.
En España, la reforma de las pensiones ha aumentado la carga impositiva sobre trabajadores y, sobre todo, empresas; mientras que la ley de vivienda ha aumentado el intervencionismo del Gobierno. Estas medidas, entre otras, son las que contribuyen según el Parlamento Europeo a aumentar la economía sumergida.

Economía sumergida en España

En España, el sindicato de técnicos de Hacienda Gestha realizó en 2014 sus propias estimaciones regionales de la economía sumergida y el efecto de la crisis económica. Entonces, el sindicato mayoritario situaba la tasa española en el 27,8 % con Almería (31,4 %), Zamora (31,3 %), Albacete (30,3 %) y Granada (30,2 %) como las provincias con mayor actividad fuera del PIB.
Por el contrario, Madrid (16,3 %), Zaragoza (20,2 %), Cantabria (20,6 %) y Soria (21,2 %) registraban los porcentajes más bajos.
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