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19 de abril de 2024

Una mujer sale de un supermercado con un carro de la compra en Mejorada del Campo, Madrid.

Una mujer sale de un supermercado con un carro de la compra en Mejorada del Campo, MadridEP

De cómo Sánchez ha conseguido empobrecer a los españoles un 16 %

Nuestra renta per cápita ha pasado de 24.440 euros en 2017 a 24.580 euros en 2022

Las redes, sobre todo Twitter, anda calentitas en estos momentos en que se acercan las elecciones y todos los partidos tienen montados sus sistemas de comunicación para dar bombo y platillo a lo que les interesa y para responder al contrario cuando publican cosas que no les gustan.
Lo que sucede es que muchos escribimos nuestros artículos basados en los números que tenemos y, con los resultados, hacemos nuestros comentarios, que podrán gustar más o menos a unos y a otros, pero que lo que muestran es la realidad de lo que está sucediendo.
A veces la realidad es dura y más cuando se habla de paro y de la dificultad de saber la cifra de real de parados, todo porque a la ministra le ha salido de dentro el distorsionar los datos. Los demás nos vemos obligados a hacer estimaciones, los tuiteros que dicen ser de izquierdas y antifascistas sacan las garras de los insultos y fríen a cualquiera porque ha tuiteado un artículo de otro (en este caso mío) y los insultos personales llenan la red.
Pues si con un simple artículo donde se decía que el paro calculado de una manera sencilla, pero quizá no exacta, al no disponer de todos los datos, era de un 14,7 %, se lío, hoy que voy a demostrar, con los datos de Eurostat, que la renta líquida de los españoles ha bajado un 16 %, como se alguien lo tuitee, se va a montar la de San Quintín, batalla en la que en 1557 ganamos a los franceses, pero en una lucha encarnizada.
En cualquier caso, si eso sucede, será el momento de mentar a Quijote, con su frase: «Querido Sancho, ladran, luego cabalgamos», aunque algunos digan que no es atribuible a Cervantes, sino al poeta alemán Goethe.
Pero lo más importante, veamos, porque se va a liar:
Primera de las verdades absolutas, que por mucho que se quiera es irrefutable: nuestra renta per cápita ha pasado de 24.440 euros en 2017 a 24.580 euros en 2022. Se puede ver como la magnífica gestión realizada por el Gobierno actual ha conseguido que en 5 años la renta per cápita de los españoles haya crecido en un 0,6 %. Solo por poner un ejemplo, la renta per cápita de los irlandeses ha crecido un 45 % y han pasado pandemia y guerra de Ucrania como nosotros o los portugueses, nuestros vecinos gobernados por un socialista que ha conseguido que la renta de los portugueses crezca en ese período un 9,3 %.
Lo segundo y que tampoco es refutable porque son los datos que el gobierno manda a Eurostat, es que los impuestos que pagábamos los españoles han pasado de 444.000 millones a 570.000 millones, lo que supone que han subido como la espuma, nada más y nada menos que un 28,5 %.
Aquí se puede ver la eficacia de la gestión, conseguir incrementar los impuestos un 28,5 % para hacer crecer la renta de los españoles un 0,6 %.
Claro que esta subida de los impuestos, como ha subido la población, resulta que «solo» ha sido de un 26,1 % y así los españoles, de media por persona, hemos pasado de pagar 9.542 euros al año a pagar 12.028 euros.
Con los cual estamos ante el resultado final de la ecuación. En 2017 nos quedaba por español una renta líquida media de 14.898 euros y hemos pasado a disponer de una renta líquida de 1.552 euros.
Moraleja: La gestión del Gobierno de Sánchez ha conseguido empobrecer a todos los españoles una media del 16 %.
Esta es la pura, dura y cruda realidad, que no le gusta a Sánchez, ni a Calviño, ni a Montero, ni a Escrivá, que les digan a la cara que su gestión empobrece a los españoles.
Podrán sacar a la calle a todas las hordas de tuiteros, para que nos insulten, podrán llamarnos fascistas porque les decimos que no saben gestionar el país y porque empobrecen a quienes más lo necesitan, no a los «ricos» que dicen ellos, sino a la clase media y baja que son los que más sufren los desmanes de una gestión ineficaz, ineficiente, pero sobre todo, como demuestran los números, nefasta.
Hay algo que los políticos no pueden controlar que son los resultados reales, salvo que los manipules como Yolanda Díaz, que va a resultar la lista del grupo. Tiene bajo su control la gestión del dato y por lo tanto con una modificación, como la que ha hecho, dejamos de tener información exacta y nos vemos obligados a estimar.
Pero cuando no se puede manipular el dato, este es terrible si lo haces mal, y maravilloso si lo haces bien.
Y mientras dispongamos de los datos correctos y Eurostat los verifique, a la gente que nos gusta la información la podremos dar y explicar para que los lectores tengan una información real, veraz y transparente.
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