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06 de mayo de 2024

La ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz.

La ministra de Trabajo en funciones, Yolanda DíazAlejandro Martínez Vélez / Europa Press

Análisis económico

Una reforma laboral para que los fijos discontinuos supongan el 4 % de los afiliados a la Seguridad Social

Nuestro país no puede estar sometido a que a una ministra no le dé la gana facilitarnos unos datos que son fundamentales para saber cómo está la realidad económica de nuestro país

Los pocos datos buenos que conocemos de los fijos discontinuos son los que publica mensualmente la Seguridad Social el último día de cada mes.
Ese dato es canela en rama, porque al menos sabemos los que ese día estaban trabajando, pero como no sabemos los que siguen con el contrato, pero estando en su casa aunque sea sin cobrar, no tenemos ni idea de cuál es el paro en realidad.
También sabemos otra cosa: que no es nada difícil saber los que están parados. Simplemente no les da la gana decirlos.
Se puede decir más alto, pero no más claro: NO LES DA LA GANA.
Y esto de lo que se jacta la ministra, que se siente orgullosa de ir a Bruselas a ver a un perseguido por la justicia española.
Esto debería de ser motivo de despido: ocultar datos de información simplemente porque no me sale del forro del abrigo, haber truncado todas las series históricas del paro o ir a visitar a prófugos debería tener un coste político, económico, social y jurídico.
El coste político debería ser el cese inmediato de su puesto de trabajo.
El económico, suspender el derecho de los cobros de sus percepciones durante dos años por haber sido cesada por negligencia.
El social es que debería publicarse en el Boletín Oficial del Estado no solo su cese, sino los motivos de negligencia por los cuales se le cesa.
Y el jurídico, la intervención automática del Fiscal General del Estado instando al Supremo a valorar si es motivo de prevaricación y en caso afirmativo iniciar un proceso judicial.
Y como decía un gran amigo ya fallecido, ahora te despiertas y metes la mano en el orinal, para saber que todo era un sueño.
Nuestro país no puede estar sometido a que a una ministra no le dé la gana facilitarnos unos datos que son fundamentales para saber cómo está la realidad económica de nuestro país, pero parece que vamos a tener que tragar con ello.
En cualquier caso, esta señora, que se come a besos al presidente del Gobierno cada vez que tiene una oportunidad y que dice haber sacado adelante una reforma laboral en el que la gran modificación ha sido activar la figura del fijo discontinuo y liar la que ha liado, y todo para hacer lo que le da la gana, simplemente ha conseguido que desde el mes de abril de 2022 la nueva figura solo represente un 4 % del total de la afiliación a la Seguridad Social.
Todo el lío para que estos contratos indefinidos de fijos discontinuos solo supongan el 4 % y se manejen como los kleenex para usar y tirar, y si no se lo creen, aquí están los números:
Vimos en otro artículo que el total de afiliados a la Seguridad Social ha crecido en 6 de los 8 meses del año, si bien desde el mes de abril el crecimiento se ha frenado completamente, pues en mayo solo crece un 0,2 %, en junio decrece un 0,6 %, para volver a crecer en julio un 0,4 % y pegar una bajada muy importante del 1,2 %, quedándose en una afiliación más cercana a marzo que a abril.
El concepto de usar y tirar lo podemos ver claro con los contratos de fijos discontinuos, y se ve muy bien en las variaciones en las variaciones. Así tenemos que en febrero, con un crecimiento de la afiliación del 0,7 %, los contratos de fijos discontinuos crecen un 5,4 % y se llevan el 30 % de la contratación.
En marzo, con un crecimiento del 1 % de la afiliación, los fijos discontinuos crecen un 8,6 % y se llevan un 36 % de los contratos. En abril se produce el mayor incremento en afiliación de este año con una subida del 1,6 %. En los fijos discontinuos se crece un 12,4 % y se supera el millón de afiliados. Se generan 111.720 nuevos fijos discontinuos cotizando de los 328.659 que se suman al total, lo cual nos da un 34 % de los contratos para esta categoría.
En mayo empieza el parón: solo se crece un 0,2 %, mientras que los fijos discontinuos suben un 3,5 %, llegan a 1.051.403 cotizantes y el 96 % de los contratos que se incrementan son de fijos discontinuos. Hasta aquí viene el usar: se les usa de forma sustancial cuando las cosas van más o menos bien.
Pero cuando empiezan a ir mal, como en junio, que baja el número de cotizantes en un 0,6 %, la cifra de fijos discontinuos baja un 14,4 %, y mientras la afiliación desciende en 118.040, los afiliados en nuestra categoría favorita lo hacen en 151.299: es decir, bajan un 128 %.
En julio, aunque la afiliación sube un 0,4 %, los fijos discontinuos bajan un 2,7 %, y en agosto, con la bajada del 1,2 %, los discontinuos se quedan en 843.223, que es casi la cifra de febrero.
Es decir: se tiran como los papeles para sonarnos los mocos, y perdón por la expresión.
Esto es lo que consiguen los comunistas: que los trabajadores no tengan una estabilidad en su trabajo, y todo por su inutilidad en sacar leyes coherentes que sirvan para algo más que para acrecentar su ego con resultados que son nefastos en la sociedad.
Y lo peor de todo, es que no se les cae la cara de vergüenza.
A este paso alguien terminará llamando a estos contratos papel de usar y tirar.
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