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05 de mayo de 2024

Análisis económicoJosé Ramón Riera

Cataluña nos cuesta 7.700 millones en pensiones

Los políticos catalanes hace muchos años que abandonaron la idea de gestionar y hacer crecer Cataluña

Actualizada 04:30

Es muy difícil, al que no quiere entender, explicarle que la diferencia en una resta entre ingresos y gastos, que si es positivo es bueno y si es negativo es malo.
Desde el inicio de este siglo, los políticos catalanes, aparte de avariciosos personalmente y de tratar de lucrarse personalmente como la familia Pujol, se han dedicado, como explicó el fallecido Pascual Maragall, a que el 3 % de cualquier transacción con la Generalitat se tenía que desviar al partido y muchas veces a los personajes que intervenían en la transacción.
Claro que el 3 % era más que suficiente, porque aplicaban el método de D. Ramón Areces aplicaba para hacer crecer a El Corte Inglés: usted compra a 1 y vende a 2 y con ese 2 % la compañía tiene bastante.
Así que todos esos «malandros», ruego que busquen traducción en diccionario venezolano-español, se lucraron a costa de los ciudadanos catalanes, hasta que se sintieron tan avariciosos que fueron atacados por el síndrome de exceso de «lujuria monetaria» y se convirtieron en el avaro Tío Gilito, que no podía parar de amasar fortunas.
Pero llega un día que la justicia va y te pilla y a partir de ese momento hay que crear un nuevo relato; «Madrit nos roba», que llego a calar en la sociedad catalana que estaba siendo esquilmada por sus políticos.
Políticos que no han parado de prevaricar, muchos de ellos ya condenados por estos delitos y que ahora pretenden borrar, con la ley de amnistía, los delitos de prevaricación y malversación de caudales públicos, además de su intento de golpe de Estado.
Los políticos catalanes hace muchos años que abandonaron la idea de gestionar y hacer crecer Cataluña. Han pensado en ellos, y solo en ellos, y resultan que se juntan con el más golfo de la panda, el que dice que es presidente de todos los españoles y es simplemente un tipo que solo busca su propio interés.
Si le preguntas hoy a un político catalán cuánto cuestan las pensiones de los catalanes y dentro de ellas, cuánto cuestan las pensiones en Barcelona, te mirarán con cara de berza y te dirán que «pasa palabra».
Bueno pues para que se culturicen un poco todos estos futuros amnistiados y todavía condenados por malversar dinero de los catalanes, les dedico este artículo, entre otras cosas porque igual quieren hacer lo mismo que los vascos y llevarse también la recaudación de las cotizaciones sociales y así aprovecho para decirle a «Gracita Bolaños» que si se lo van a regalar que les regalen también el pastel de pagar las pensiones.
Mis queridos lectores, incluidos por supuesto todos esos catalanes de bien, que fueron educados como yo en Escolapios y Maristas (Igualada y Lérida), que creen que Cataluña debe de ser la primera región económica de España como Lombardía, Milán, lo es de Italia, que creen que todavía hay una oportunidad si despachamos al extranjero a la familia Pujol y no la dejamos volver a pisar Cataluña y que con ellos se vayan todos aquellos que han ostentado algún cargo de dirección en la Generalitat de Cataluña, pues a todos esos queridos lectores les dedico esta explicación del gran problema que tienen las pensiones en Cataluña.
A 30 de septiembre, las pensiones contributivas en toda Cataluña suman 21.154 millones de euros y de entre ellas las pensiones por jubilación suponen el 75 % y se van a 15.787 millones.
Pero fíjense que, a esta fecha del 2023, la recaudación de las cotizaciones sociales por el Régimen General solo suma 13.140 millones, representando el 83 % de los ingresos.
Es más, toda la recaudación de las cotizaciones sociales no puede pagar ni siquiera la pensión de jubilación y necesitaría a esa fecha un envío de 400 millones.
La situación de las pensiones en Cataluña es dramática. Actualmente esta región, sin querer estar en España y por mor y gracia de la deuda española, en Cataluña se cobran todos los meses las pensiones.
Lo que los políticos «malandros» que gobiernan a Cataluña, el día que trataron de independizarse no tenían ni idea de lo que les podía haber pasado a los catalanes que están recibiendo una pensión contributiva.
Fíjense mis queridos lectores, que no hay ni una sola provincia en Cataluña que, con la recaudación total, puedan ni siquiera pagar las pensiones de jubilación.
Y todo ello, es debido al deterioro económico que ha sufrido Cataluña en lo que va de siglo.
No olvidemos que Cataluña, en el año 2000, era la región más rica de España y que ha ido perdiendo posiciones a lo largo de este siglo, hasta verse sobrepasada por Madrid y ver como Madrid se aleja año a año de Cataluña.
Y de renta per cápita, mejor no hablamos. Cataluña ha sido superada no solo por Madrid, sino también por País Vasco y Navarra y Aragón está a la puerta de mandarla al quinto lugar.
Hoy para pagar todas las pensiones, además de la de jubilación, como son la de invalidez, viudedad y orfandad, el Estado español, ese al que escupen todos los días los condenados por malversación, necesitan que lleguen a Cataluña 642 millones todos los meses para pagar esta factura.
Necesitan 7.700 millones al año para que los jubilados puedan cobrar y en lugar de preocuparse por generar puestos de trabajo, que generen más ingresos por cotizaciones sociales, están preocupados por ver cuánto de todo esto se va al bolsillo de los muchos «pujolets» que quedan todavía en Cataluña.
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