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Casi medio siglo de existencia
Radiactividad, frustración y chocolatinas, la historia de cómo el cajero automático revolucionó las finanzas personales
La máquina, anterior a las tarjetas de crédito, funcionaba mediante unos cheques impregnados de material radiactivo
Una frustración y una dulce inspiración revolucionó, hace casi medio siglo, las finanzas personales. El origen del cajero automático cumple 49 años este 2024, y el mérito tiene nombre propio: John Sheperd-Barron.
Shepherd-Barron, empleado de la empresa de máquinas de conteo de dinero De la Rue, vivía en el campo, pero se desplazaba cada sábado a Londres para sacar el efectivo necesario para la semana en su oficina bancaria. Un día de junio de 1965 llegó tarde por pocos minutos, con lo que se vio con la puerta literalmente cerrada en las narices.
Frustrado, Shepherd-Barron empleó el viaje de vuelta en maquinar cómo podría acceder a su dinero sin depender de los restringidos horarios de la banca. La idea definitiva le surgió tras ver una máquina dispensadora de chocolatinas, como contó el mismo a la BBC en 2007.
Tras esbozar una primera idea, se puso en contacto con Barclays. El resultado sería el primer cajero automático de la historia, instalado en una oficina cerca de Londres en 1967. La máquina, anterior a las tarjetas de crédito, funcionaba mediante unos cheques impregnados de material radiactivo –carbono 14–, que necesitaba de una validación adicional: un código PIN. Y tan solo permitía sacar un máximo de diez libras por operación, unos once euros al cambio actual.
Por qué cuatro dígitos
El código es de cuatro números porque el propio Shepherd-Barron, que consideraba que la mente humana es capaz de recordar seis dígitos sin problema, tuvo una conversación con su mujer en la que ésta le insistió en que solo era capaz de recordar cuatro números.
Según amplían desde BBVA el primer cajero automático llegó a España en 1974. Se instaló en una sucursal del Banco Popular en Toledo, y ya utilizaba tarjetas de crédito. Desde entonces las entidades iniciaron una vertiginosa carrera por instalar estas máquinas, cuyo número tocó su cénit en España en 2007, con cerca de 60.000 en todo el país.
En la actualidad, según los últimos datos del Banco de España, existen 43.620 cajeros en España. Según BBVA, el cajero medio realiza unas 300 transacciones diarias y el reintegro medio ronda los 100 o 110 euros.
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