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Vincent BolloréAFP

El futuro de Prisa depende del magnate de los medios conservadores franceses

Vincent Bolloré controla en torno al 11 % de las acciones del grupo de comunicación español

Vincent Bolloré (Boulogne-Billancourt, 1 de abril de 1952), pese a ser el titular de una de las grandes fortunas francesas —9.000 millones de dólares, según la estimación de la revista Forbes en abril de 2023— y cuyos intereses empresariales se extienden en diversos sectores —desde el transporte marítimo hasta el papel— en varios puntos del planeta, centra desde hace ya varios años el grueso de sus esfuerzos en el combate de civilización. Entiéndase la defensa de la France éternelle, sus valores, sus raíces cristianas, sus tradiciones, la decadencia de las costumbres, o, faltaría más, la denuncia sistemática de los estragos causados por la inmigración masiva.

No lo hace directamente —sus intervenciones públicas son escasas y dedicadas principalmente a la temática empresarial— sino a través de los pilares de su grupo mediático: el canal televisivo de información continua Cnews, la histórica emisora Europe 1 o Le Journal du Dimanche. En menor medida, a través de France Catholique, una publicación de difusión bastante más limitada.

Y no le va mal: según los datos de Médiamétrie, el principal medidor de audiencias mediáticas del país vecino, correspondientes a 2025, CNews sigue por delante de Bfmtv en cuota de audiencia, con un 2,9 % frente a un 2,6 % respectivamente, pese a que Bfmtv alcanza a más televidentes, con una audiencia mensual de 44,8 millones, frente a los 34,3 millones de CNews. Por su parte, Europe 1 ha frenado su caída en picado de los últimos años, aunque de momento sigue sin pisar los talones a France Inter y Rtl.

Mientras que Le Journal du Dimanche —durante décadas la única cabecera en papel que se publicaba los domingos en Francia— empieza a superar la grave crisis que padeció en 2023, cuando fue comprado por Bolloré e inició su transición de periódico «neutral» a periódico de opinión. En cuanto al histórico semanario Paris Match, el «álbum de fotos de los franceses», fue vendido hace unos meses a Bernard Arnault, dueño de Dior y segundo hombre más rico del planeta.

Comprador, nunca creador

Una gama de medios que Bolloré siempre ha adquirido por vía accionarial —nunca ha creado ninguno de ellos— y en los que se ha impuesto sin contemplaciones en sus respectivas redacciones. Poco le han importado, sin ir más lejos, la crisis que desató hace 10 años en I-Telé , antecesora directa de Cnews, o la huelga de varias semanas de los periodistas de Le Journal du Dimanche. Todos los rebeldes terminaron marchándose: Bolloré no suele perder los pulsos. Tampoco le impresionan los intentos de boicoteo a Cnews o a Le Journal du Dimanche procedentes de la progresía o del macronismo. Incluso acaba venciéndolos: no hay semana en que ministros del Gobierno o políticos socialistas no den una entrevista a Le Journal du Dimanche.

En lo que aún cede menos Bolloré es en el ámbito de las convicciones, pues este católico practicante, cuyo director espiritual es el padre Gabriel Grimaud, de tendencias conservadoras, está decido a que sus medios transmitan sus mensajes. Eso sí, no interviene en los contenidos redaccionales diarios, ni establece una lista de personalidades a entrevistar.

Bolloré no interviene en los contenidos redaccionales ni establece listas de personalidades a entrevistar

Pero los responsables de cada medio entienden: Cnews, además de dedicar parte de su parrilla a la programación religiosa —católica, obviamente—, convierte a diario su plató en una reivindicación de los postulados de la derecha desacomplejada. El presentador Pascal Praud, antiguo periodista estrella de información futbolística, da la palabra a ciudadanos de a pie que denuncian la voracidad fiscal, la disminución de su nivel de vida, la omnipresencia de la inmigración en sus barrios o el constante aumento de la criminalidad.

Todo en presencia de un plantel de brillantes tertulianos cuyas ideas no dejan lugar a dudas, como Gabrielle Cluzel, Charlotte d’Ornellas o el siempre incisivo Geoffroy Lejeune, director de Le Journal du Dimanche, del que no se sabe muy bien si pasa más tiempo en su redacción o en el plató de Cnews. Por la tarde toman el relevo Laurence Ferrari y la bella e inteligente Sonia Mabrouk, de ascendencia tunecina y confesión musulmana, pero determinada a defender la identidad francesa de siempre. Es habitual la presencia del filósofo Michel Onfray, representante de la izquierda crítica con la izquierda oficial y del antiguo político conservador Philippe de Villiers, también creador del parque de temática histórica Puy du Fou, que también existe en España. Ambos han sucedido a Éric Zemmour, que, hasta declarar su candidatura presidencial, tenía su propio programa diario en Cnews.

Nada extraño: Bolloré aboga por la unión de todas las derechas para dar un vuelco civilizacional al país. La pregunta es: ¿por qué entonces apoya a un grupo de comunicación de izquierdas en España? El magnate que lidera la batalla cultural en Francia controla en torno al 11 % del capital del Grupo Prisa a través de Vivendi. Es más: Joseph Oughourlian, el presidente del conglomerado que fundó Jesús Polanco, desembarcó en España tras asegurarse que Bolloré le acompañaría en la aventura. El alumno necesitaba a su maestro, pero este último, a lo largo del último lustro, jamás ha criticado el incondicional apoyo editorial del primero a las políticas del Gobierno de Pedro Sánchez. De ahí que, en la actual batalla en torno a Prisa, la posición de Bolloré pueda ser determinante. Aún no se sabe si sus convicciones de Madrid se alinearán con las que mantiene en París o si se dejará guiar por el mero instinto empresarial.