Donald Trump, presidente de los Estados Unidos
El pinchazo del impuesto estrella de Sánchez que Trump exige eliminar: solo recauda el 30 % de lo previsto
Hacienda ingresó 375 millones en 2024 por la mal llamada ‘Tasa Google’, que grava a las grandes tecnológicas, frente a los 1.200 que estimaba inicialmente
La Administración Trump declara la guerra a la mal llamada ‘Tasa Google’. En el ya célebre documento de 397 páginas que Donald Trump esgrimió para justificar sus aranceles la Casa Blanca no olvidó incluir los impuestos a las grandes tecnológicas americanas que se han aprobado en Europa en los últimos años. Fue, junto con el incremento del gasto en defensa, uno de los temas de conversación entre el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, y el secretario del Tesoro Scott Bessent, según el escueto comunicado que distribuyó la administración americana.
Denominado oficialmente Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales, fue planteado como una medida transitoria hasta que se alcance un acuerdo global en el marco de la OCDE (el denominado Pilar I) para gravar a las grandes tecnológicas. Con este objetivo lo aprobaron, además de España, Austria, Francia, Italia y Reino Unido, con el beneplácito entonces de la Administración Biden. Sin embargo, ya el mismo 20 de enero –día de su toma de posesión–, Trump notificó a la OCDE que se desmarcaba de su puesta en marcha.
Tasa GAFA
Tras fracasar la propuesta de implantar un impuesto a nivel comunitario, España decidió, con alharacas, aprobar uno propio en 2021. Fue, junto con el gravamen a las transacciones financieras (Tasa Tobin) una de las grandes apuestas del entonces Ejecutivo de coalición con Podemos.
Diseñado para recaudar 1.200 millones de euros, las cifras que maneja la Agencia Tributaria demuestran que nunca se ha acercado ni siquiera a este objetivo. En 2024, según los últimos datos, recién publicados, se ingresaron por este concepto 375 millones de euros, frente a 303 en 2023, 278 en 2022 y 168 en 2021.
Washington incluye este impuesto, aprobado en España en 2021 junto al gravamen a las transacciones financieras (Tasa Tobin) entre las barreras no arancelarias que, siempre según su versión, penalizan los intercambios comerciales y explican el déficit comercial del gigante americano para con Bruselas. Y ya ha logrado que un país europeo, Italia, se abra a eliminarlo, bajo el argumento de que «hace falta un ambiente impositivo no discriminatorio en cuanto a los servicios digitales», según el comunicado conjunto publicado por la Casa Blanca y Roma tras la reciente visita de Giorgia Meloni a Trump.
Aunque aún no hay una propuesta concreta, el ministro italiano de Economía, Giancarlo Giorgetti, amenaza con dinamitar la postura europea de negociar de manera conjunta al considerar que este impuesto debería ser abordado de forma bilateral, y no a través de la Unión Europea.
Una conclusión diametralmente opuesta a la de España, que aboga porque la negociación se produzca a nivel internacional. «[La tasa] se ha desarrollado con un trabajo en el seno de la OCCDE para capturar fiscalmente los rendimientos de los servicios done se producen y generan valor para las empresas. Creemos que es un diseño equilibrado y así se lo recordamos (a Scott Bessent)», asegura el ministro Cuerpo en una entrevista publicada este domingo por El Mundo.
«España puede eliminar unilateralmente la tasa Google en cualquier momento, ya que se trata de un tributo estatal regulado por ley interna», apunta Albert Sagués, socio responsable de Fiscal en la firma de auditoría y consultoría RSM. «Ahora bien, hacerlo antes de que entre en vigor el acuerdo internacional de la OCDE podría debilitar su posición en las negociaciones multilaterales y generar incertidumbre entre los contribuyentes».
«La recaudación ha sido muy inferior a lo previsto, lo que ha alimentado el debate sobre su efectividad práctica», señala en X Judith Arnal, investigadora del Instituto Elcano y consejera del Banco de España. «Pero cuidado: no conviene proceder de forma bilateral y transaccional ante EE.UU., especialmente bajo Trump, sino mantener una posición común y multilateral. Eliminar el impuesto sin acuerdo global refuerza la asimetría fiscal que originó este debate», señala.