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Aire acondicionado

Aire acondicionadoGetty Images

Consumo

El error que estás cometiendo con el aire acondicionado y que te está impidiendo ahorrar

Aunque son muchos los que creen que el gasto tiene que ver con su uso, hay otro factor que suele pasar desapercibido

En los meses de verano el aire acondicionado se convierte en nuestro mayor aliado. Con temperaturas que superan los 40ºC en varias partes de España, solemos evitar las horas más críticas y las pasamos en casa, más frescos gracias a este electrodoméstico. Sin embargo, hemos de ser cautos, sobre todo si queremos ahorrar. Y es que en la época estival el consumo eléctrico puede dispararse.

Tal y como explican desde la Organización de Consumidores y Usuarios, «El consumo de un aparato eléctrico se calcula en función de su potencia. En el caso del aire acondicionado, hay que aclarar que se trata de la potencia eléctrica de entrada, es decir, la electricidad necesaria para hacerlo funcionar. En estos aparatos, también se habla de su potencia térmica, esto es, de su capacidad para enfriar o calentar. Ambas potencias están relacionadas y hay que tenerlas en cuenta para estimar el consumo». Es decir, la factura depende de la potencia que emplee el aparato, y no tanto de las horas que lo tengamos encendido (que por supuesto, también influyen).

La potencia eléctrica

La potencia eléctrica es la cantidad de energía necesaria para tener el aparato funcionando durante una hora de manera continuada. Suele estar indicada en la ficha técnica del electrodoméstico por su cifra en vatios y suele moverse entre los 500 W, es decir, 0,5 kWh cuando funcional al mínimo y los 1.500 W, 1,5 kWh si están al máximo.

Durante años se recomendó contratar la máxima potencia, especialmente en una época en la que los electrodomésticos eran menos eficientes y era habitual que saltaran los plomos. Sin embargo, los equipos modernos de hoy en día, de bajo consumo, no necesitan tanta. De esta manera podríamos ahorrar considerablemente.

Otros factores

Otros factores que pueden influir en nuestra factura es la ubicación del aparato dentro de la vivienda, su aislamiento térmico y su orientación, así como la temperatura que haya en el exterior y la temperatura interior que se fije.

La OCU recomienda para mejorar la eficiencia de nuestro electrodoméstico regular el aparato alrededor de 8ºC menos que la temperatura exterior. En general, por cada grado más frío (o más cálido en invierno) que regules el termostato añadirás un 10 % al coste de funcionamiento del equipo.

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