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Barca MarchMaximo Garcia de la Paz

La gestión delegada, una opción que busca la máxima rentabilidad de las carteras con la ayuda de expertos

Banca March pone a disposición de los inversores su servicio de Gestión Discrecional de Carteras a través del cual los clientes delegan en los expertos de la entidad la gestión de sus inversiones

en colaboración con banca march

Nuevos recortes en los tipos de interés se anuncian para después del verano, con lo que se entra de lleno en una nueva etapa en la que puede interesar reorientar las inversiones. ¿Qué conviene más? ¿Reducir la renta fija y aumentar el peso de la renta variable? ¿Mantener aún durante un tiempo los activos de renta fija? ¿Cuál es la diversificación más adecuada en el actual ciclo económico?

La respuesta a estas preguntas suele venir de la mano de expertos con un buen conocimiento de los mercados y del muy amplio catálogo de soluciones de inversión y, sobre todo, con la experiencia necesaria para saber cómo actuar en cada momento y que la rentabilidad es una carrera de fondo.

La gestión delegada de sus carteras es una solución práctica, en la que se encomienda a expertos la preservación del patrimonio

Desde el punto de vista del inversor, estar al tanto de todos los factores que pueden tener influencia en la economía y los mercados —los que se pueden anticipar, ya que hay otros, como los riesgos geopolíticos, que pueden surgir de improviso y alterar el contexto— puede ser una tarea ardua. Para ello, la gestión delegada de sus carteras es una solución práctica, en la que se encomienda a expertos la preservación del patrimonio, en primer lugar, y la búsqueda de una rentabilidad sostenida en el tiempo.

La Gestión Discrecional de Carteras en Banca March

La Gestión Discrecional de Carteras (GDC) es una de las soluciones de inversión que más se aproximan a la filosofía de Banca March, ya que recoge esa orientación hacia la relación a largo plazo con los clientes para un crecimiento conjunto, basado en el asesoramiento especializado.

Consiste, básicamente, en la delegación de la gestión por parte del inversor en la entidad, que a partir de ese momento opera en su nombre. Antes, se establecen unos objetivos de acuerdo al perfil del inversor y a su tolerancia al riesgo y, a partir de esas premisas, el equipo de expertos realiza una gestión activa y ágil de la cartera de inversión del cliente.

Banca March ofrece diferentes tipos de mandatos de gestión discrecional de carteras

Con un seguimiento continuo a través del gestor personal, se trata así de buscar la rentabilidad e ir optimizando la cartera, adecuando las decisiones en cada momento a los sesgos y circunstancias de la economía y de los mercados, buscando también esa diversificación que minimice los posibles riesgos.

Banca March, en función de esos perfiles de riesgo, ofrece diferentes tipos de mandatos de gestión discrecional de carteras, que van desde los más defensivos hasta los más decididos, y también diferenciando entre tipologías de mandatos de renta variable, renta fija, o mixtos, u otros basados en fondos indexados.

En la oferta de Banca March también hay otras propuestas que pueden actuar a modo de satélite con la gestión discrecional de carteras, como son Next Generation —inversiones en megatendencias como tecnología, sostenibilidad, y demografía y estilo de vida—, Renta Fija Óptima —propuesta para perfiles defensivos que busquen algo más de rentabilidad que los simples fondos monetarios—, o Renta Fija, restringido a soluciones de esta modalidad exclusivamente.

Las ventajas de la gestión delegada

Delegar las decisiones sobre la cartera conlleva, para el inversor, una serie de ventajas, como la gestión activa por parte del gestor, el seguimiento puntual de los activos que componen la cartera y el reporte puntual de resultados.

Los expertos en los que se delega, por sus conocimientos y análisis de cada momento de la economía y mercados, configuran una cartera diversificada —por tipología de activos, sectores y regiones— en la que se controla el riesgo y el coste en cada momento para tratar de obtener la máxima rentabilidad.

Finalmente, entre otros factores, también se tienen en cuenta la fiscalidad y las comisiones de gestión, para que en el cómputo final estos gastos sean contenidos y se beneficie, en la medida de lo posible, al cliente.

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