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29 de abril de 2024

Un trabajador completa la producción de un vehículo

Un trabajador completa la producción de un vehículoFreepik

España tiene la mayor tasa de sobrecualificación de la UE: el 35,9 % trabaja en puestos inferiores a su formación

  • Los egresados en informática, ingenierías y salud muestran los mejores resultados en términos generales de inserción laboral

  • ​Los de artes y humanidades, CC.SS., periodismo y educación presentan las posiciones menos favorables

La educación en España no está en su mejor momento. Así lo atestiguaron los resultados del informe PISA 2022, en el que se expuso que los estudiantes de nuestro país han experimentado un declive significativo en sus resultados académicos, registrando sus puntuaciones más bajas en matemáticas, ciencias y lectura. Atendiendo al análisis de la serie histórica, desde 2012 hasta 2022 muestra una caída de 12,4 puntos en matemáticas, 16,5 en lectura y 12,1 en ciencias.
Pero los análisis no acaban aquí. El informe CYD 2023 muestra las diferencias de España con respecto a la Unión Europea (UE) en lo que a estudios se refiere, siendo muy diferente distribución de la población por nivel de estudios. El 35,8 % tiene estudios obligatorios como máximo –frente al 20,5 % en la UE–, el 41,1 % tiene una titulación superior –frente al 34,3 % en la UE– y un 23,1 % cuenta con estudios postobligatorios no terciarios –frente al 45,2 % comunitario–, destacando las cifras de formación profesional –10 % en España, 35,3 % en la UE–.
Según explica Montse Álvarez, del gabinete técnico de la Fundación CYD, esta distribución «no concuerda con las necesidades de la estructura productiva española, lo que, entre otras consecuencias, lleva a la sobrecualificación de una gran parte de los graduados superiores». Y es que España se ha coronado como el país europeo con más sobrecualificación, entendida como el porcentaje de ocupados graduados superiores que están empleados en puestos de trabajo por debajo de su formación.
En 2022, el 35,9 % de los trabajadores de 20 a 64 años con educación superior realizaban labores de baja cualificación, superando el promedio de la UE, que era del 22,2 %, lo que constituye la mayor discrepancia relativa entre la oferta y la demanda laboral. No obstante, en los últimos cinco años, esta cifra de sobrecualificación ha disminuido en 1,4 puntos, mostrando una tendencia hacia la corrección de esta disparidad.
Desde 2008, con la excepción de 2009 y 2010, España ha mantenido consistentemente la posición de liderazgo entre los 27 países de la UE en términos de sobrecualificación laboral. En relación con la UE, España muestra un porcentaje más bajo de trabajadores graduados en áreas como ciencias, ingeniería, tecnología de la información y comunicación (TIC), así como en campos como comercio y administración. Por género, las mujeres registran un mayor desajuste que los hombres al analizar la relación entre la cualificación de sus puestos de trabajo y la formación que poseen, algo que también se da en los restantes 26 países de la Unión Europea.
Álvarez señala que la estructura productiva española no logra crear suficientes empleos de alta cualificación para absorber a los graduados superiores del sistema educativo. Para igualar la producción de graduados superiores en España con el promedio europeo, sería necesario aumentar al menos en 13 puntos la proporción de empleos de alta cualificación, equiparándose al nivel de Francia.

Situación laboral de los recién egresados

En marzo de 2020, cuatro años después de obtener su título de grado en el curso 2015-2016, el 75,4 % de los graduados estaban afiliados a la Seguridad Social. Entre los empleados por cuenta ajena, cerca del 60 % tenían contratos indefinidos y el 80 % trabajaba a jornada completa. La base de cotización promedio anual para un empleo a tiempo completo rondaba los 28.000 euros, con variaciones significativas entre diferentes áreas de estudio.
Los egresados de máster mostraron resultados más favorables, con aproximadamente un 75 % adecuando su nivel de estudios al trabajo, 15 puntos porcentuales más que los graduados en grado, y un aumento del 10 % en ingresos. En relación al tipo de universidad, los egresados de instituciones públicas mostraron indicadores menos favorables que los de universidades privadas, especialmente en términos de inscripción en grupos de cotización universitarios –13 puntos porcentuales menos– y en la base promedio de cotización anual –10 % menos–.
Son, una vez más, los egresados en informática, ingenierías y salud los que muestran los mejores resultados en términos generales de inserción laboral, mientras que aquellos en artes y humanidades, ciencias sociales, periodismo y documentación, así como educación, presentan resultados menos favorables en comparación.
El Informe CYD 2023 subraya que es importante que las administraciones competentes en materia de educación y universidades brinden una divulgación más amplia de los datos de inserción laboral, que debería estar orientada especialmente a los estudiantes de bachillerato y sus familias para garantizar que cuenten con los elementos necesarios para tomar decisiones informadas.

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