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Alumnos musulmanes en una clase

El número de alumnos musulmanes en España se ha incrementado en el curso actual hasta los 290.110, unos 8.000 más que el año anterior, aunque el 95 por ciento de ellos (unos 276.000) siguen sin recibir clases de religión islámica, porque los colegios no la ofertan o no informan a los padres sobre la posibilidad de apuntar a sus hijos a esta asignatura, según denuncia la Comisión Islámica de España (CIE), que reivindica el "derecho" de estos niños y jóvenes a asistir a clase de Islam.

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Estudiantes asisten a una escuela musulmanaEuropa Press

Entrevista

La profesora de un colegio de mayoría marroquí: «Te dicen que está bien pegar un tiro por defender a Mahoma»

Las bajas expectativas de las familias, la ausencia de estudios por parte de los padres, la carencia de interés por medrar académicamente y la pobreza son algunos de los factores que provocan que estos alumnos tengan más problemas en el área educativa

«No se van a integrar. Jamás». Con esta contundente frase, Elisa (nombre ficticio para ocultar su identidad), profesora de centros escolares con mayoría de alumnado islámico, resume uno de los problemas más candentes, a la vez que tabú, de nuestro país.

Lo tabú, sobre todo, está impregnado en todos los ámbitos de la sociedad. «No te voy a dar mi nombre, porque vivimos en un mundo donde decir esto es racista, aunque sea cierto», reconoce esta docente en conversación con El Debate. Esta catalana de mediana edad, aunque actualmente ejerce su labor educativa en un centro sin inmigración, ha trabajado durante años en colegios con un amplio porcentaje de alumnado marroquí, en la zona del Bajo Penedés, comarca en la que algunas poblaciones alcanzan un 25 % de inmigración.

«Casualmente siempre son los alumnos que tienen más dificultades. En el Baix Penedés hay grupos de diversidad, grupos reducidos para los alumnos que tienen muchas dificultades. En muchos centros estos grupos de diversidad, en los que se les pone a los alumnos todo mucho más fácil, tienen una mayoría de alumnado marroquí», revela esta profesora.

A juicio de Elisa, las bajas expectativas de las familias, la ausencia de estudios por parte de los padres, la carencia de interés por medrar académicamente y la pobreza son algunos de los factores que provocan que estos alumnos tengan más problemas en el área educativa. «No son conflictivos, solo a veces con las profesoras mujeres. Nos tienen menos respeto», lamenta.

Esta docente tiene grabados en su memoria varios episodios que vivió en uno de los colegios de mayoría islámica en los que trabajó. Corría el año 2015 cuando dos hombres enmascarados, armados con fusiles de asalto, entraron en las oficinas de la revista satírica francesa Charlie Hebdo, acabando con la vida de 12 personas, a raíz de una viñeta crítica con Mahoma.

Les intenté hacer ver que eso era una barbaridad, pero les daba igual

«Salió el tema en clase. Ellos estaban hablando sobre esto y me dijeron: 'Claro, es normal. Si se meten con el profeta, es normal que les peguen un tiro'. A todo esto, son niños nacidos en España, pero da lo mismo, porque en su casa oyen lo que oyen», relata ante los micrófonos de este medio. «Les intenté hacer ver que eso era una barbaridad, pero les daba igual», apostilla.

En este mismo centro ocurrió otro episodio problemático relacionado con este alumnado marroquí, de la misma clase que estos. «A mitad de curso llegó una alumna de origen español, a la que acosaron gritándole obscenidades, hasta que se empezó a expulsar alumnos. Ahí aprendí muchas cosas», señala.

Falta de integración

«El islam cree que la política, la sociedad y la religión son lo mismo. No se van a integrar en España. Jamás. Que un niño nacido aquí me diga que está bien que te peguen un tiro si te metes con Mahoma dice mucho», explica Elisa.

Esta docente cuenta también que una joven marroquí que vivía en Casablanca se mudó a una zona rural de Tarragona. «En su país no llevaba velo y cuando vino aquí se lo tuvo que poner porque la comunidad de marroquíes la acosaba», explica. «Otro ejemplo claro. Las niñas de origen marroquí no vienen a las excursiones a la playa. Si esto pasara en un colegio del Opus Dei, la gente se nos echaría encima», apunta.

Elisa alerta, además, de que España va camino de acabar como otros países, como Reino Unido, donde el hecho de que las niñas vayan veladas al colegio está completamente normalizado. «Allí vi un colegio donde el 100 % de las niñas iban con velo. El velo formaba parte del uniforme. Era un uniforme mítico de colegio, gris y granate, con el velo a juego», relata esta profesora.

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