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20 de abril de 2024

El etarra Jurdan Martitegi en el juicio en la Audiencia Nacional en 2014

El etarra Jurdan Martitegi en el juicio en la Audiencia Nacional en 2014EFE

Audiencia Nacional

El etarra Martitegi acepta seis años de cárcel por quemar un concesionario

Considerado como uno de los máximos jefes militares de ETA, el terrorista se enfrentaba a una pena de 10 años de cárcel por un delito de terrorismo tras calcinar un concesionario de vehículos en el año 2000.

En 2014, Julen Martitegi Lizaso fue condenado por la Audiencia Nacional a 139 años de prisión por participar junto a su compañero en el comando Askatun Haizea, Arkaitz Goikoetxea, en el atentado con coche-bomba perpetrado por ETA, el 21 de marzo de 2008, contra la casa cuartel de Calahorra (La Rioja) en el que resultaron gravemente heridas ocho personas, dos de ellas guardias civiles. Ante el tribunal de la Audiencia Nacional encargado de juzgarle por aquella fatídica fecha, Martitegi mantuvo una actitud desafiante y aseguró no reconocer ninguna legitimidad a los jueces frente a los que estaba sentado. 
Hoy ha vuelto a comparecer ante el órgano judicial para responder por un delito de terrorismo enmarcado en la estrategia de ataques de la banda terrorista contra los intereses de las empresas francesas en España –como represalia por la colaboración que Francia prestaba a nuestro país en la lucha antiterrorista– pero su actitud ha sido muy distinta. Martitegi ha aceptado con un escueto «sí» los hechos por los que estaba acusado y se une al perfil bajo de otros miembros de la banda terrorista para alcanzar acuerdos con la Fiscalía
La presidente del tribunal, Concepción Espejel, ha dictado in voce el sentido del fallo de la sentencia que es firme al ser la Fiscalía la única acusación en esta causa y comprometerse tanto el Ministerio Público como la defensa del etarra a no recurrir. 
El Ministerio Fiscal solicitaba para él una condena de diez años de cárcel y el pago de una indemnización de 415.489,75 euros en concepto de responsabilidad civil por el incendio causado en el concesionario que provocó daños en nueve vehículos y en la estructura del propio local.  
De acuerdo con el escrito de acusación del Ministerio Público, Martitegi se dirigió la noche del 27 de enero del año 2000 al concesionario Tabira Automoción, situado en las inmediaciones de un polígono industrial de Iurreta,  acompañado de otras personas sin identificar. Tras romper la puerta de acceso con una maza y, una vez en el interior del local, los terroristas rociaron los vehículos con un líquido inflamable para después prenderles fuego.

«Orgulloso» de todos sus crímenes 

«Soy militante de ETA y me siento muy orgulloso de serlo. Hago mías todas las acciones político-militares realizadas por ETA en su medio siglo de historia», declaró el antiguo jefe de la organización terrorista, negándose a «participar en esta farsa» para juzgar a la «resistencia vasca». 
En el momento de su detención, en abril de 2009 en la localidad francesa de Montauriol, Martitegi era considerado el máximo responsable del aparato militar de ETA. Entre el diverso material que se incautó a Martitegi, figuraba un pendrive en el que se planeaba el envío de una botella de buen coñac con veneno al entonces juez Baltasar Garzón.
El etarra fue trasladado a nuestro país desde Francia, en mayo de 2011 –por agentes de la Policía Nacional adscritos a la Unidad de Cooperación Policial Internacional de la Comisaría General de Policía Judicial– reclamado por la Audiencia Nacional por atentar contra las casas cuartel de la Guardia Civil en Durango, Legutiano (Álava) y Calahorra (La Rioja). También se le imputaron varios delitos de terrorismo, pertenencia a banda armada, depósito de explosivos y lanzamiento de artefactos incendiarios. 
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