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02 de mayo de 2024

Manifestación en Bilbao en apoyo a los presos de ETA

Manifestación en Bilbao en apoyo a los presos de ETAGTRES

Diez años del fin de ETA

El coste económico de 43 años de ETA

Una década después del final de ETA, analizamos el impacto de más 40 años de terrorismo en la economía. Las cifras de la financiación de la banda, el coste de sus atentados para las cuentas públicas y su huella en el avance económico del País Vasco

El 20 de octubre de 2011, a las 19:00, tres encapuchados de ETA anunciaron el cese definitivo de su actividad armada. La banda terrorista ponía fin a más de 40 años de terror, muerte, violencia, secuestros y extorsión. 40 años que tuvieron un impacto terrible en la economía vasca.
Las cifras siempre son frías, pero también son simples. Diez años después del final de la banda, conviene echar la vista atrás para recordar una de las caras del terrorismo. La económica.
ETA costó 150.000 millones de euros. La economía vasca, llamada a ser uno de los motores de España, se congeló desde 1970 al 2010 y su potencial perdió un 20 %. El País Vasco dejó de ser un atractivo para ciudadanos del resto de España que buscaban nuevos lugares en los que seguir desarrollando sus proyectos de vida, y las grandes empresas con sede en Bilbao dejaron de invertir en la comunidad autónoma.
Mikel Buesa recoge en ‘ETA, S. A.’ el impacto económico del terrorismo. El catedrático de Economía de la Universidad Complutense de Madrid hasta 2007, recorre los 43 años de la banda terrorista en cifras. Con él analizamos el músculo financiero de la banda, su capacidad de financiación, y el impacto directo o indirecto de su actividad sobre las cuentas públicas. Un enorme coste que aún hoy seguimos pagando.

El sistema de financiación de ETA

La capacidad financiera de ETA se puede medir. 205 millones de euros. La banda funcionaba como una empresa: diversificaba sus fuentes de ingresos y mantenía una cantidad recurrente que utilizaba para cometer atentados.
Hasta 1992, su plan de financiación se sostenía sobre tres patas: Los secuestros (105 millones de euros), la extorsión a través de cartas dirigidas a empresarios vascos (68 millones de euros) y el robo de automóviles, objetos o explosivos, que le reportaban 32 millones de euros.
Con esa cantidad ETA costeaba sus atentados, su militancia, y también todo su aparato político.
Fuentes de financiación de ETA

(En millones de euros) Fuente: 'ETA, S. A.', Mikel BuesaJosé Ramón Pérez

Funcionaba como un holding que aglutinaba a la propia ETA, a varias organizaciones políticas como la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS), HASI o Batasuna; otras de ámbito internacional como Askapena o Xaki, gestoras pro amnistía y las herriko tabernas.
Todas ellas recaudaban dinero. Ya sea a través de los secuestros o la extorsión de ETA, la financiación pública de partidos con representación parlamentaria o municipal (31,5 millones de euros), las subvenciones culturales concedidas a varias de sus organizaciones (62,8 millones), subvenciones europeas concedidas a su filial internacional (26,9 millones) o la recaudación para familiares de los presos de ETA conseguida con los donativos depositados en las herriko tabernas (2,2 millones). En total, MLNV contaba con 255 millones de euros, de los cuales el 30 % iban a parar a ETA.

'El Proyecto Udaletxe', un entramado empresarial diseñado por ETA para autofinanciarse

Además, contaban con otro surtidores más de financiación, el fraude a la Seguridad Social cuantificado en 36 millones de euros; y los rendimientos mercantiles de las empresas atribuidas a ETA, como sus herriko tabernas, valorados todos ellos en 68 millones.
Tras la ilegalización de Batasuna, ETA empieza a cobrar una tasa de afiliación que le reportó 19,9 millones, e ingreso otros 7,3 millones a través de donativos que Jarrai (su cantera) pedía en las fiestas populares, o en Navidad.

El impacto del terrorismo en cifras

Punto y aparte merece el daño económico directo que la organización terrorista ha provocado en las cuentas públicas.
Los atentados de ETA han provocado un importante esfuerzo por parte de la administración que ha tenido que hacer frente a 569 millones en pensiones extraordinarias a las víctimas del terrorismo; 432 millones a través del consorcio de compensación de seguros o 401 millones del ministerio del Interior en concepto de responsabilidad civil.
Merece la pena destacar el caso de la central nuclear de Lemóniz. Durante la década de los 70 y 80, la banda terrorista realizó una oleada de atentados contra las instalaciones de Iberduero (antigua Iberdrola) y el secuestro de uno de sus ingenieros.
El objetivo de ETA era presionar al Gobierno de Felipe González para que desmantelara la central nuclear. El Ejecutivo tuvo que ceder. El coste fue desorbitado, 5.761 millones de euros que los españoles hemos estado pagando hasta 2019 dentro de la factura eléctrica.

Lemóniz se pagó en los peajes de la factura de la luz hasta 2019

Diez años después del final de ETA, la economía vasca ha recuperado el impulso. «Cada vez que se declaraba una tregua, la economía volvía a la senda de crecimiento», asegura Mikel Buesa, que afirma que a partir de 2011 se han reactivado los flujos de migraciones, «el País Vasco ha vuelto a recibir población exterior en términos generales».
Hoy, diez años después, el PIB vasco avanza un 0,8 %, y el empleo otro 0,6 % en el tercer trimestre.

Mikel Buesa (1951)

Mikel Buesa conoce las dos caras del terror. La económica, que ha plasmado en su libro ETA, S. A. (Planeta, 2010). Un profundo estudio sobre como el terrorismo de ETA ha depredado la economía del País Vasco, cómo la banda se ha financiado y los costes que ha generado a las arcas públicas. El libro fue retirado a los dos meses de su publicación tras la amenaza que según Buesa, envío el periódico Euskaldunon Egunkaria (cerrado por mandato judicial en 2003) a la editorial. Planeta optó por cancelar la publicación de la edición, que hoy puede adquirirse a través de plataformas como Amazon.
Buesa también conoce el terror más humano. Su hermano Fernando (PSE) fue asesinado por los etarras el 22 de febrero de 2000 cuando caminaba por el campus de la Universidad del País Vasco en Vitoria.
Mikel Buesa ha sido catedrático de Economía de la Universidad Complutense de Madrid hasta septiembre de 2007 y presidente del Foro de Ermua hasta 2009.
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