Un alcalde de Sevilla con fibra social

El ingeniero industrial Fernando de Parias Merry no accedió a la alcaldía de Sevilla por vías democráticas, sino por el sistema de nombramientos propio del régimen anterior, aún vigente pues la toma de posesión tuvo lugar en junio de 1975. 

Sin embargo, exhibió una nítida actitud democrática al dimitir de su cargo menos de seis meses después una vez se enteró del fallecimiento de Francisco Franco. La corporación correspondió inmediatamente el honroso gesto y le volvió a designar primer edil, cargo que compaginó con el de procurador en Cortes. No era tarea fácil encontrarse al frente de la cuarta urbe de España en un momento de gran incertidumbre política y con una deuda municipal situada en niveles astronómicos.

Una de sus primeras decisiones consistió en hacer esfuerzos de imaginación para reducirla, al tiempo que tomaba iniciativas en otros ámbitos: la más recordada, seguramente, fue la construcción de 38 centros que permitió matricular a miles de alumnos desatendidos, una de las lacras que padecía por entonces la ciudad hispalense. Aunque también su mandato tuvo episodios de satisfacción, siendo uno de ellos la inolvidable victoria del Betis sobre el Athletic de Bilbao -8 a 7 en la tanda de penaltis- en la final de la Copa del Rey -la primera con ese nombre desde 1930- celebrada el 25 de junio de 1977.

A finales de ese año, De Parias estimó que su etapa como regidor había terminado y dejó para siempre la actividad política. Pero no las inquietudes sociales: el caballero de Malta que era batalló durante años para que la Orden dispusiera en Sevilla de un comedor benéfico. Por fin en 2011, logró que el ayuntamiento alquilara por una módica renta a la Orden un local en la zona de San Juan de Acre al que, en la actualidad, acuden a diario dos centenares de personas.

Su compromiso no se agotó con la obtención del local pues como señala a El Debate una fuente vinculada a la Orden de Malta en Sevilla, fue De Parias «quien buscó a cada jefa de día para que se comprometieran a a organizar las comidas diarias». La fuente consultada añade que al respecto «se celebraron numerosas reuniones en su casa de la calle Conde de Gálvez y que él mismo se daba una vuelta con frecuencia por el comedor» para comprobar que todo funcionase según lo establecido. Asimismo, fundó dos capítulos de la Orden en Sevilla.

Compromiso con Sevilla

De Parias no hizo sino seguir, tanto en la actividad política como en la benéfica, el compromiso de su familia con Sevilla: su padre fue uno de los fundadores del Club Pineda, una tía algo lejana era la mujer del líder andalucista Blas Infante, y los efectos de la Ley de Memoria Histórica se han llevado por delante el nombre de la calle dedicada a Pedro Parias, gobernador civil de Sevilla en 1936. Lo mismo ha ocurrido con la vía que llevaba el nombre de Pedro Merry, ex combatiente de la Guerra de Cuba y Gentilhombre de Cámara de Alfonso XII y padre del militar homónimo que se desempeñó como capitán general de Sevilla a finales de los setenta y principios de los ochenta.

Más De Parias era un adepto del refrán «son mis obras y no mis abuelos los que me llevarán a los cielos», por lo que desarrolló una brillante trayectoria empresarial, primero en el sector cervecero y posteriormente como consultor de Ingeniería.