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04 de mayo de 2024

Pablo Casado y Alfonso Fernández Mañueco

Pablo Casado y Alfonso Fernández MañuecoMudarra

Próxima campaña en CyL

La estrategia que Mañueco copia a Casado (y Casado a Rajoy y Aznar)

Estrategas electorales de Génova explican el marco general de la próxima campaña 'popular' y las especificidades que tendrá en el caso de Castilla y León

La proximidad de unos comicios en Castilla y León –la jornada electoral será el 13 de febrero– ha activado la maquinaria electoral de los partidos, singularmente la del Partido Popular por ser la formación que actualmente gobierna en esta comunidad y la que tiene mayores probabilidades de victoria. Además, los 'populares' confían en que un buen resultado allí genere a lo largo de 2022 un efecto dominó en otras posibles elecciones autonómicas –Andalucía, Murcia– para, de este modo, incrementar las posibilidades de que Pablo Casado derrote a Pedro Sánchez en 2023.
Nada está siendo dejado al azar. Los estrategas electorales de Alfonso Fernández Mañueco, el presidente desde 2017 de Castilla y León que ahora aspira a repetir manado, mantienen estrecho contacto con el cuartel general de Génova, donde la experiencia acumulada de décadas en comicios de todo tipo –nacionales, europeos, regionales y municipales– ofrece un conocimiento que el PP castellanoleonés empleará a fondo.
Interlocutores cercanos a la dirección nacional del Partido Popular explican para El Debate la estrategia que implementarán durante estas elecciones. «Todos los comicios tienen sus singularidades, cuya gestión concreta lidera la dirección territorial de la campaña, que son quienes conocen mejor la zona, pero existe un marco, un esqueleto, una estructura, como lo prefieras llamar, que se repite en cada elección. Respetarlo significa incrementar exponencialmente las posibilidades de victoria; despreciarlo significa encaminarse hacia la derrota», señalan dichas fuentes.
La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso (c), junto al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (i), y el secretario general del Partido Popular (PP), Teodoro García Egea (d), durante un desayuno informativo de la Tribuna Forum Europa

Alfonso Fernández Mañueco, Isabel Díaz Ayuso y Teodoro García EgeaEFE

El marco-base parte de un hecho sociológico: «Cuando tras una legislatura, larga o corta, llega el momento de la campaña», señala la referida fuente, «gran parte del voto ya está maduro hacia una u otra opción. Hay que trabajar el margen del voto neutro, de centro, el que inconscientemente puede ser de tu partido, pero que de forma consciente aún no se ha decidido del todo y duda hacia donde ir».

El disputado voto de centro

El arte de una campaña electoral consiste, de acuerdo con estas fuentes, en movilizar a todos los militantes y simpatizantes del candidato, «en este caso, Alfonso Fernández Mañueco», tratando al mismo tiempo de convencer, «de hacer que de inconsciente pase a consciente», a todo ese voto neutro que todavía no está decantado.
«Ojo, hay un elemento más a tener en cuenta», prosigue el interlocutor, «que es cuidarse de que la campaña no te genere efecto boomerang; es decir, no movilizar a más de izquierdas, por enfado contigo ante una campaña demasiado agresiva, que a los de derechas que te van a votar. En unas elecciones estándar jugamos a la vez tres partidas de póker: dormir a los de izquierdas, movilizar a los de derechas y decirle a los del centro que por favor entren amablemente en el redil. Por eso tantas campañas del PP tienen un tono pragmático; es a propósito. Este es un país donde, si nos movilizamos todos a tope, la izquierda y los nacionalistas suman más que las derechas. Aznar y Rajoy entraron así en la Moncloa, tras un achicharre previo del PSOE en sus propios errores, hecho desmovilizó a los votantes de izquierdas, que son más ciclotímicos, y eso es lo que ahora está haciendo Casado».
Este interlocutor insiste en poner un ejemplo, «porque un ejemplo, como decía Napoleón, lo aclara todo; en unas elecciones estándar en Madrid, el PP tiene que ir al barrio de Salamanca y no tiene que ir a Vallecas, donde vas a rascar poco, e igual hasta te llevas una pedrada... Eso sí, hablamos de partidos grandes, de gobierno, PP, el PSOE de antes, que aspiran a conseguir grandes masas de votos. Los partidos pequeños, tipo Vox, sí que pueden ir a Vallecas a liarla parda. De hecho, desde un punto de vista maquiavélico, hasta les conviene hacerlo. Ellos se dirigen en exclusiva a una bolsa concreta de votantes, que movilizan y cohesionan al máximo mediante la confrontación».
Pablo Casado y Alfonso Fernández Mañueco en FITUR ante un mapa de Castilla y León

Pablo Casado y Alfonso Fernández Mañueco en FITUR ante un mapa de Castilla y LeónEl Debate

Este marco general tendrá una aplicación práctica en las próximas elecciones de Castilla y León. Esta fuente cercana a Génova señala que "Alfonso quiere conseguir lo que logró Ayuso; necesita más votos que la suma de las izquierdas juntas. Madrid, Castilla y León y Galicia son comunidades que se parecen, en el sentido de que las tres tienen una mayoría natural de derechas. Los candidatos ahí del PP lo tienen más fácil. Por eso, Alfonso, cuya campaña empezó hace ya tiempo, pide movilización, porque cuanta más gente vaya a votar, más voto de derechas habrá. Si vota poca gente, solo van los muy movilizados, y ahí tienes más radicales y menos PP. Alfonso hablará de los ganaderos y de las palabras de Garzón, porque esto moviliza a los suyos y deprime a la izquierda. No es probable que mencione a los jóvenes, que podrían estar desencantados y hasta rebotados. Lo que él hará, si alguien saca el tema de los jóvenes en algún debate o monta una campaña por redes, es decir que los apoya al máximo sacando planes concretos y muchos datos».
Prosiguiendo con la estrategia, a la que añade el factor Vox como nuevo elemento de la ecuación, el interlocutor señala que «el PP en la campaña de Castilla y León no va a ponerse de forma directa a sacarle votos a Abascal. El suyo es un voto recalcitrante, en gran parte ya compactado. Si los interpelas en campaña les das protagonismo, que es lo que buscan, y es probable que aún se cierren más en banda, y encima espantas al neutro y movilizas a la izquierda. Como te descuides te montan una alerta antifascista... Mañueco asegurará a los votantes suyos y buscará crecer por el centro. Puedes entrar en el voto de Vox por vía indirecta, apelando al voto útil, diciendo que, si no gobierna el PP, entonces gobernará la izquierda. Y ten por seguro un clásico: la izquierda tratará de sacar en la recta final algún tema polarizador, en plan capote rojo, para que el PP se retrate con Vox».

'Sparring' Sánchez

La fuente de El Debate señala como muy probable que el candidato del PP en las próximas elecciones autonómicas hable de España y de Pedro Sánchez, porque «esto es una forma de captar voto neutro, incluso de algún exvotante del PSOE que se sienta huérfano por la actitud de Sánchez hacia los indepes. Es lo mismo que hace Casado apelando a los socialdemócratas desencantados. Mañueco incluso podrá entrar con algunos mensajes cercanos a Vox, pero con cuidado, porque corres el peligro de excitar a la izquierda».
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su criticado video para escenificar conversaciones sobre Ucrania

Pedro SánchezEFE

En el caso de Castilla y León, como en cualquier otra elección, todos los partidos, a través de sus interventores, tienen los datos de las mesas electorales para diseñar su campaña en cada barrio. «Aquí Alfonso tiene una ventaja estratégica», reflexiona este interlocutor, «porque el PP en Castilla y León dispone de gente, en muchos casos alcaldes, en todos y cada uno de sus 2.248 municipios. Esto es un ejército que te permite peinar calle a calle. Pero incluso teniendo este ejército, el PP sabe que no tiene demasiado sentido emplear grandes esfuerzos en Gamonal, Burgos, donde lo máximo que te vas a llevar haciendo campaña allí es el huevo que te tira un vecino y, encima, como te decía antes, movilizas a la izquierda con el rebote que se pillan contigo viéndote por allí. Es como si los de Podemos se ponen con varias carpas electorales a saco en las cuarto esquinas de Velázquez con Ortega y Gasset. ¿Tendría sentido? Pues no mucho».
Según este experto en campañas electorales, el momento para apelar a los grupos más alejados del propio partido «no es durante unas elecciones, porque entonces el votante ya está muy consolidado y se lucha por márgenes de voto concretos y definidos, sino durante las legislaturas, que es cuando la gente se desmoviliza y tienes cuatro años por delante para convencerlos, haciendo política y políticas desde el ejecutivo. El tema es que ahora la marca PP sigue un poco desgastada y por la derecha, en toda Europa, te han entrado radicales. Entonces, y aquí exagero, una segunda campaña del PP desde poder se parece un poco a una primera del PP desde la oposición».
«Y si Mañueco no suma más que las izquierdas, entonces, ¿qué hará? ¿Ciudadanos o Vox?», interrogamos a nuestra fuente. «Bueno, habrá que ver los números. Entra en la ecuación el apoyo de Ciudadanos», responde. «Pero Igea, el líder de C's, ya ha dicho que nunca apoyará a Mañueco». «Amigo, ya sabes lo que decía Romanones: 'No', en política, siempre significa 'No… de momento'».
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