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05 de mayo de 2024

Gibraltar renuncia al rascacielos y reduce el tamaño del puerto deportivo que había previsto en la cara este del Peñón

Gibraltar renuncia al rascacielos y reduce el tamaño del puerto deportivo que había previsto en la cara este del PeñónMM

Efectos medioambientales

Gibraltar renuncia al nuevo rascacielos y se conforma con un puerto deportivo más pequeño

El embarcadero tal y como originariamente estaba concebido comportaría efectos ambientales irreversibles para el ecosistema marino

El último megaproyecto urbanístico que se ha ideado para Gibraltar se ha encontrado con un obstáculo que hace inviable su diseño original. La Comisión de Desarrollo y Planificación ha dado su visto al nuevo plan, por el que se renuncia al rascacielos de casi 25 plantas y se reduce el tamaño del puerto deportivo que la empresa adjudicataria, TNG Global Foundation, había previsto en la cara este del Peñón.

Diseño del puerto deportivo

Este megaproyecto contempla la construcción de un hotel, unas 1.300 viviendas residenciales –cien de las cuales se pondrán a la venta a precios asequibles–, 3.000 plazas de estacionamiento –incluido un aparcamiento público con capacidad para 500 vehículos– y una zona comercial, además del puerto deportivo, edificado sobre los rellenos, a la contra de lo que establece el Tratado de Utrecht, vigente desde 1713.
Ha sido, precisamente, el diseño del puerto deportivo lo que ha provocado el cambio de planes. Los arquitectos y los promotores del proyecto han advertido que el embarcadero tal y como originariamente estaba concebido comportaría efectos ambientales irreversibles para el ecosistema marino; concretamente, supondría la aniquilación total de la principal colonia y criadero de mariscos, así como el bloqueo de los patrones de marea que alimentan y limpian el propio ecosistema.
En consecuencia, los arquitectos y los promotores, según ha informado la televisión pública gibraltareña, la GBC, han presentado ante la Comisión de Desarrollo y Planificación de Gibraltar un complejo predominantemente residencial, con un conjunto de oficinas, el hotel e instalaciones culturales y de ocio, como un club náutico y una escuela de vela, y un puerto deportivo más pequeño. Además, se preocupan por que las fachadas y texturas vayan en sintonía con el entorno.

«Montaña de escombros»

Los responsables del desarrollo han negado el bloqueo de los patrones de marea, dado que no estaba previsto el cierre de las bahías, y la posible devastación del ecosistema. El ministro de Medioambiente del Peñón, John Cortés, ha lamentado no se vaya a ejecutar finalmente el plan inicial y ha apuntado que «muchas personas estarían felices de ver desaparecer la montaña de escombros», en referencia a la oposición a los rellenos con que Gibraltar le gana terreno al mar, a pesar de las advertencias de España y lo dispuesto en el Tratado de Utrecht.
Se prevé, así, una inversión de 330 millones de libras (algo más de 390 millones de euros) y un impacto económico, en diez años, de unos 2.500 millones de libras (casi 2.960 millones de euros), el equivalente al producto interior bruto anual del Peñón.
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