Fundado en 1910

25 de abril de 2024

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Eduardo Barrachina, presidente de la Cámara de Comercio de España en Reino Unido

Presidente Cámara de Comercio de España en el Reino Unido  Eduardo Barrachina: «El brexit está amortizado, España es el octavo inversor del mundo en el Reino Unido»

«El problema filosófico del brexit es que la situación previa era de máxima integración: unión aduanera y mercado común»

La Cámara de Comercio de España en Reino Unido se fundó hace 135 años. Reinaba entonces una cuarta parte del mundo la Reina Victoria mientras que en España María Cristina de Habsburgo iba a dar a luz a Alfonso XIII. Actualmente representa 80.000 millones de euros invertidos por empresas españolas en Gran Bretaña. Con Eduardo Barrachina al frente desarrolla una actividad frenética en defensa de los intereses de las empresas españolas en el Gran Bretaña.
–¿Qué papel juega la Cámara?
–Presta servicios a los socios, sobre todo a las PYMES, que tienen recursos más limitados, genera oportunidades de negocio para sus socios, facilita y propicia contactos (inversores, clientes, proveedores, institucionales, etc.), refuerza las relaciones bilaterales comerciales y hace de interlocutora con ciertas instituciones británicas. Esta última función ha ganado importancia con la pandemia y el brexit. Además, en 2021 estuvo vacante la posición de embajador y la Cámara se empleó a fondo ya que en ese momento se empezaban a aplicar muchos de los acuerdos derivados de la salida del Reino Unido de la Unión Europea. Uno de nuestros objetivos actuales es reforzar la relación de la Cámara de España en el Reino Unido con las Cámaras territoriales en España para facilitar la internacionalización de muchos exportadores y PYMES.
–¿La actual crisis de Gobierno en el Reino Unido que efectos económicos tiene?
–El cambio de gobierno y salida de Boris Johnson no tiene impacto en la inversión de las empresas españolas, a lo sumo puede haber algún retraso en obras de gran envergadura, pero no caída de inversión. En los últimos años ha habido muchos cambios en los cargos del gobierno, esa inestabilidad derivada de los muchos cambios de gabinete, primero Cameron, luego May y ahora Johnson es más inconveniente que el Brexit en sí. Por lo general, en el Reino Unido es relativamente fácil para las empresas mantener un diálogo con gobierno, parlamentarios o reguladores. Hasta que no se constituya el nuevo gobierno en septiembre, este diálogo se ralentizará.
–¿Quién va a ser el nuevo primer ministro?
–Tanto Liz Truss como Rishi Sunak son perfiles muy identificados con Boris Johnson. Es cosa clara que el Partido Conservador busca alguien con experiencia de gobierno. Pero no olvidemos que Rishi quedó muy tocado este año por varias polémicas, un presupuesto muy severo con pocas ayudas para combatir la inflación, el famoso partygate y la residencia fiscal de su mujer.
–¿Cómo ha afectado el brexit a las relaciones económicas entre España y Reino Unido?
–El brexit es un fenómeno poliédrico, con muchas esferas y con razones muy distintas. El mercado británico sigue siendo prioritario para nuestras empresas; las empresas españolas no han dejado de invertir. Leyendo la prensa española daba la sensación de que el brexit iba a ser un Armagedón, pero no ha sido así afortunadamente. Actualmente, tras la pandemia las inversiones se están recuperando tras las caídas en 2020 y 2121.

Durante los años 2020 y 2021 es muy difícil discernir cuándo la caída de las exportaciones se debía al Brexit o a la pandemiaEduardo BarrachinaPresidente de la Cámara de Comercio de España en Reino Unido

Las exportaciones naturalmente cayeron, pero recordémoslo, el Brexit coincide con la pandemia, periodos de confinamiento y todos los cambios que hubo en los niveles y las formas de consumo. Durante los años 2020 y 2021 es muy difícil discernir cuándo la caída de las exportaciones se debía al Brexit o a la pandemia.
–¿Y a los directivos españoles residente en Gran Bretaña les ha afectado el brexit?
–Ha habido directivos españoles en entidades financieras no europeas que han tenido que trasladarse a España u a otro Estado miembro porque desde Londres sus entidades no podían beneficiarse del pasaporte financiero y las equivalencias regulatorias. Han sido casos específicos y por exigencias del regulador. Pero no ha habido ningún éxodo.
Los directivos de las empresas españolas que ya residían en Reino Unido antes del Brexit no han tenido problemas. Todas las personas que pudieron acreditar cinco años de permanencia en Reino Unido han obtenido la residencia permanente. En la práctica nuestra vida apenas ha cambiado e incluso entramos en los aeropuertos por la cola de los británicos. Donde se ha notado más el cambio es en el asunto laboral que es preocupante La contratación es el gran problema del brexit porque ya no existe la libertad de circulación de trabajadores y contratar personal fuera del mercado británico ya no es tan fácil. Este es un asunto que nos preocupa mucho ya que muchas empresas han tenido problemas para contratar personal a tiempo.
–¿Entonces el brexit no fue tan malo como se podía prever?
–El drama del brexit no es que suceda (lo sabemos desde el año 2016) sino que ocurre dentro de la pandemia y los confinamientos. La falta de personal se ha agravado por la combinación brexit y pandemia. Hasta hace dos años se podía formar un equipo en Madrid y llevarlo a Londres en 24 horas, ahora ya no. A pesar de esto sigue siendo más fácil hacer negocios en Gran Bretaña que EE.UU.

Estados Unidos es el primer destino de inversión española y tiene barreras y arancelesEduardo BarrachinaPresidente de la Cámara de Comercio de España en Reino Unido

El problema filosófico del brexit es que la situación previa era de máxima integración: unión aduanera y mercado común. El brexit paradójicamente es un acuerdo de libre comercio que inevitablemente crea barreras, pero es solo un problema a gestionar a corto plazo, por ejemplo Estados Unidos es el primer destino de inversión española y tiene barreras y aranceles.
–¿Las cosas se han complicado?
–No comparto el pesimismo, no hay que caer en la anécdota personal sobre casos concretos derivados del Brexit. Hay que tener una visión más global del asunto. Se preveía que se iba a ir mucha gente de la City y no ha sucedido. Según el Financial Times, se han ido 8.000 personas de la City, pero sus niveles de actividad no han descendido, los bancos y despachos abogados siguen logrando récords de beneficios. La relocalización se ha limitado a equipos mínimos de entidades financieras a ciertas ciudades europeas como Dublín, Frankfurt o Madrid para poder operar dentro la UE. Naturalmente hay aspectos que han cambiado y si lo comparamos con la situación anterior –que era perfecta– está claro que muchos cambios entrañan inconvenientes. Pero son inconvenientes asumibles. Ahora mismo estamos todos en un periodo de adaptación a las nuevas reglas. Y no creo que ese periodo de adaptación esté yendo mal.
Las empresas españolas siguen llevándose contratos de gran envergadura, la realidad es tozuda y nuestras empresas no parece que hayan renunciado a un mercado tan dinámico, abierto, y transparente como el británico. Las Cámaras son siempre un buen termómetro y las empresas españolas no sólo no se han ido, sino que la cámara ha ganado en socios. Actualmente somos más de 250 socios, con buena parte del Ibex-35.
–¿En qué campos son fuertes las empresas españolas?
–Infraestructuras, construcción, energía, telecomunicaciones y servicios financieros, donde España es el primer inversor.
–¿Hay algún agravio por ser españoles?
–En absoluto. En Francia o Italia jamás dejarían a una empresa española gestionar, por ejemplo, aeropuertos. Políticamente sería impensable. El único mercado en Europa donde se pueden comprar bancos, aeropuertos, empresas de telefonía, construir estaciones y autopistas o fusionarte con su aerolínea de bandera es el mercado británico. Naturalmente eso ha generado confianza a las empresas españolas y les anima a venir, hasta el punto de que España es el octavo inversor del mundo en Reino Unido. Hay un clima político propicio a la inversión.

Está generación está agotada del Brexit con lo que ahora toca es adaptarse y como dicen ellos «sacar lo mejor del Brexit»Eduardo BarrachinaPresidente de la Cámara de Comercio de España en Reino Unido

Parte de nuestro trabajo es precisamente poner en valor la contribución que España y sus empresas hacen a la vida económica británica. España genera más de 165.000 puestos de trabajo en Reino Unido; así que nada de agravios.
Hace unas semanas la Cámara tuvo como Invitado de Honor al todavía ministro de Industria, Kwasi Kwarteng, y hubo un reconocimiento expreso a la aportación española.
–¿El brexit es reversible?
–Para esta generación no. Está generación está agotada del Brexit con lo que ahora toca es adaptarse y como dicen ellos «sacar lo mejor del Brexit». La tarea que tienen por delante como nación es que el Brexit les salga bien y sea un éxito. Ese es el gran reto de esta generación. Pero no creo que esté siendo un drama a pesar de la enorme división que hubo durante y después del referéndum. La Unión Europea tiene un significado muy distinto en Reino Unido que en España. Para los españoles ingresar en la UE consistió de alguna manera en nuestra rehabilitación como país. España ha ligado su suerte como nación a la Unión Europea, en cambio el Reino Unido no quiso ser socio fundador de la Comunidad Europea en 1957 a pesar de haber siendo vencedor de la II Guerra Mundial y tener toda la autoridad moral y política en aquel entonces. Fue siempre escéptico. Paradójicamente, fue un gobierno conservador el que realizo el ingreso en 1973, y son también los conservadores con Thatcher los que impulsan el mercado común europeo en los '90, realizando una contribución extraordinaria. El Reino Unido, al entrar en las instituciones Europeas, busca substituir una identidad imperial que ya estaba fenecida por una identidad europea. No buscaba una rehabilitación. Buscaba nuevos mercados y un nuevo proyecto. Pero no se olvide que los británicos forman parte del Consejo de seguridad de Naciones Unidas, del G7, son líderes de la Commonwealth y por lo tanto a diferencia de los países continentales no liga su futuro ni su ordenamiento jurídico al de la Unión Europea. Es una situación distinta a la española.
El valor o significado que tiene la UE en su vida política es muy distinto al de España. Es fundamental entenderlo.
–El proceso de salida no ha sido fácil…
–Irse de la Unión Europea es complicadísimo, en otros países las instituciones hubieran estallado, en Reino Unido el proceso de negociación se llevó por delante a Cameron y a May, pero a la vez se puso de manifestó que el país tienen una gran solidez institucional, esto es, que las instituciones funcionan y el sistema no quiebra a pesar de la formidable división y complejidad.
–¿Los problemas de Escocia y Irlanda del Norte desestabilizan?
–En el Reino Unido no hay un concepto de unidad nacional como el que tiene España. La soberanía británica reside en el Parlamento no en el pueblo. La relación con Escocia o Irlanda del Norte es contractual. En concreto, con Escocia, tiene su origen en el Union Treaty de 1707. Es decir, la unidad nacional entraña menos emociones que en Francia o España, donde sus respectivas constituciones consagran la unidad política de la Nación. Esa idea no existe en el sistema constitucional británico. Además, el peso económico del Reino Unido lo sostiene Inglaterra con diferencia.

La carga fiscal es menor que en España a pesar de que Boris Johnson tuvo que subir los impuestos contra su criterioEduardo BarrachinaPresidente de la Cámara de Comercio de España en Reino Unido

Escocia no tiene derecho de autodeterminación y tiene que pedir permiso a Westminster para organizar un referéndum. El Gobierno británico e incluso todos los candidatos 'Tory' para sustituir a Boris Johnson ya han advertido de que ese referéndum ya se hizo en el 2015 y no se va a autorizar un segundo referéndum en esta generación.
En el caso de Irlanda del Norte, los problemas sobre el protocolo son en el fondo de corte político y las partes lo utilizan como arma de negociación post-Brexit. Ni un tema ni lo otro afecta a la economía británica.
–¿Cómo es la gestión de una empresa en Reino Unido frente a la administración tributaria?
–Es más sencilla que en España, los impuestos están más unificados, solo hay un nivel de administración. La carga fiscal es menor que en España a pesar de que Boris Johnson tuvo que subir los impuestos contra su criterio y el programa del partido conservador.
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