Juan Gonzalo Ospina: «En una sociedad sin una Abogacía relevante los poderes públicos campan a sus anchas»

Juan Gonzalo Ospina (Bogotá, 1986). Licenciado en Derecho y Ciencias Políticas por la Universidad Pontificia de Comillas (ICADE), acumula un título de especialización en el Programa Ejecutivo de Negociación en la Universidad Harvard Law School, Boston; posgrado en el Programa de Liderazgo y Gestión Pública del IESE y máster en Derechos Fundamentales por la UNED, aspira a convertirse en el decano más joven de la historia del ICAM. Hombre extrovertido y con un envidiable don de gentes respira su profesión por los cuatro costados y está acostumbrado a lidiar con la «apasionante misión» de mejorar el día a día de sus compañeros desde el ámbito corporativo e institucional. No en vano, ya fue elegido presidente de la Corporación de Jóvenes Abogados de Madrid.

- Ya que estamos a unas horas de la final del mundial de fútbol, la primera pregunta cortita y al pie, ¿cómo se financia su campaña?

- Nuestra campaña la están financiando los miembros de la candidatura con aportaciones que cada uno realiza de manera libre e independiente y que estamos destinando a una serie de gastos que van desde la comunicación a los eventos pero que siempre cuidamos que sean lo más eficientes posible y que rondarán los 50.000 euros. Además, tras aceptar el reto de otra de las candidatas hemos ido actualizando los costes de las diferentes acciones de campaña en nuestra página web porque, personalmente, considero que tan importante es ser como parecer. La misma transparencia que estamos siguiendo en la plataforma Ahora Abogacía con la que concurrimos a las elecciones será la que mantengamos a partir del día 20 si los colegiados de Madrid nos dan su confianza. No hay nadie detrás, ni ningún interés en este proyecto que no sea el de luchar por la excelencia del Derecho de Defensa.

- Sin embargo usted ha formado parte de la Junta de Gobierno saliente y a este último decano se le ha achacado, precisamente, falta de transparencia en materia económica o de contrataciones...

- Cuando fui presidente de la Corporación de Jóvenes Abogados publicábamos todos los gastos que suponían las acciones que realizamos por parte de la agrupación. Creo que esto es muy importante porque la gente así puede hacer un juicio de valor honesto de si su dinero se está utilizando de manera eficiente y eficaz. Con el dinero de los demás hay que ser muy pulcro y muy cuidadoso. Por lo tanto, si una política no lleva la transparencia real, no estoy de acuerdo con la misma. Y durante estos cinco años en los que he formado parte de la Junta de Gobierno como diputado, yo tenía un voto más entre los 14 que conformábamos el órgano de dirección. Por lo tanto, nunca una mayoría suficiente para solicitar una transformación de las políticas que estuviera realizando la casa. Creo que si el 20 de diciembre nos dan la confianza toda las compañeras y compañeros, esto va a cambiar.

Siete candidaturas es algo histórico en una movilización que yo creo que, precisamente por eso, también va a ser histórica

- Usted ha dimitido antes de presentar su candidatura como diputado de esa Junta de Gobierno, pero no en todos los casos ha sido así. ¿Es legal no hacerlo?

- La mayoría de las candidaturas hablan de respeto pero no podemos hablar de respeto si no respetamos nuestras propias normas. El Estatuto de la Corporación obliga a dimitir si uno va a concurrir uno en unas elecciones. Por lo tanto, qué menos de respetar nuestras propias normas. Me parece inconcebible que una persona que quiera ser el decano de toda la Abogacía de Madrid no comience respetando el tenor literal de nuestras propias normas. Porque el hecho de no hacerlo significa que se sitúan en una situación de privilegio: desde la Corporación tienen acceso a teléfonos móviles, a recursos de todos los colegiados para recibir, escuchar y tomar cafés con diferentes personas del sector... Creo que es injusto y nos deja en una situación de inferioridad a las candidaturas que hemos hecho las cosas bien. No se puede ser juez y parte.

- Está usted hablando de los señores Raúl Ochoa y Eugenio Ribón... ¿hasta qué punto este último ha sido responsable en la polémica por la nula paridad en los actos del 425 Aniversario del ICAM?

- El candidato era el máximo responsable de la organización de los actos del 425 Aniversario y, por lo tanto, también es el máximo responsable que debe asumir los fallos del mismo. No es de recibo no reconocer los errores cuando resulta irrefutable que en las mesas que se conformaron no había paridad. Pero no solo no había paridad en la celebración de las mesas, sino que la no paridad en la celebración de 425 aniversario contraviene las propias normas del Plan de Igualdad del Colegio de la Abogacía de Madrid. Por lo tanto, vuelvo otra vez a incidir en lo mismo tenemos que respetar nuestras propias normas. El 425 aniversario no cumplió con los márgenes y los estándares que recoge el Plan de Igualdad. Y esto solo tiene un responsable, que es el candidato rival. Me parece que es que se le hace un flaco favor a nuestra institución no reconocer el error. Si soy decano, me comprometo a que esta imagen no vuelva a producirse. Yo reconozco mi parte como diputado de la Junta de Gobierno, pido disculpas y me comprometo a que, si el día de mañana soy el decano, esto no vuelva a suceder.

- ¿Cuáles son sus propuestas concretas para mejorar la presencia, la visibilidad, la participación, la responsabilidad femenina en el seno del ICAM?

-Tenemos que entender que hay que apostar por el talento femenino y masculino, pero haciendo una discriminación positiva en algunos casos porque sigue existiendo mucha desigualdad. Por lo tanto, medidas prácticas que llevamos en Ahora Abogacía para potenciar la Igualdad son: el Observatorio de la Mujer, porque el 54% de las colegiadas son mujeres. Y, si queremos hablar de igualdad, tenemos que hablar de conciliación: seis meses de carencia en el pago de las cuotas para las mamás y los papás; creación de una ludoteca o de una escuela infantil en el juzgado de Albarracín 33 para cuando tengamos que compaginar las actuaciones judiciales o profesionales con la institución, el coste sería de unos 700.000 € y hay dinero en el presupuesto para ejecutarla; impulsar conjuntamente con el Consejo General del Poder Judicial y con la Consejería de Justicia los juicios telemáticos, que ya están previstos en la ley pero a los que, luego, en la realidad muchos juzgados se oponen; potenciar el sello de buenas prácticas, para premiar de una manera visible la discriminación positiva y para que todos los abogados, las abogadas y los despachos de Madrid lo utilicen; racionalización de horarios, ...

- Usted pide la confianza de los colegiados el día 20 de diciembre pero apenas un 8% del censo participa. ¿Por qué esa falta de interés?

- Son varios aspectos. En otras convocatorias electorales se ha dado una movilización convencional de amigos o afines a los candidatos, pero las elecciones de 2022 son unas elecciones no convencionales. Siete candidaturas es algo histórico en una movilización que yo creo que, por eso también, va a ser histórica. Estoy convencido, y espero no equivocarme, que vamos a doblar en el número de participación, teniendo en cuenta que ya se ha doblado el uso del voto a distancia. Y esto es así porque la gente está cansada de escuchar lo mismo durante años y ahora sienten que se da la oportunidad de decir hasta aquí hemos llegado, vamos a apostar por el cambio real. El 20 de diciembre no solamente nos jugamos la elección de una candidatura u otra, nos jugamos mirar al futuro ante los grandes retos que hay, ante las adversidades para poder ser líderes,...

- ¿Aspira usted si llega a ser decano a que el Colegio influya y participe en materia legislativa?

- Si no estamos unidos, no tenemos fuerza. Por eso creo que es muy importante buscar un decano o una decana que aglutine todas las sensibilidades con un único objetivo, la unidad y no la confrontación de nuestro colectivo. Porque nuestros enemigos reales son, precisamente, la inseguridad jurídica, el maltrato en la Administración de Justicia, la ausencia en la fase técnica de confección de las reformas legislativas,... éso solo lo vamos a poder corregir si estamos unidos y si podemos poner toda la fuerza de nuestra institución, que representa a 77.000 personas, al servicio de la sociedad, del justiciable y del derecho de Defensa.

Hemos venido a cambiar las cosas pero que quede muy claro que no desde la confrontación ni solo para nuestro propio colectivo, sino también del resto de los operadores jurídicos

Queremos ser respetados y por eso vamos a apostar por un Departamento del Derecho de la Abogacía para que se abran diligencias informativas cuando algo no funcione y con mecanismos de redacción que vayan desde diligencias informativas hasta denuncias, si tienen que terminar siendo así por delitos de prevaricación, inclusive de coacciones o una demanda contra el honor cuando se escuchan improperios o trato degradante contra el letrado o la letrada. Hemos venido a cambiar las cosas pero que quede muy claro, no desde la confrontación, ni solo para nuestro propio colectivo, sino del resto de los operadores jurídicos. No es de recibo que aquí pasen dirigentes en nuestra corporación y la Justicia siga igual de lenta y nadie plantea ninguna reforma seria, de rigor, para terminar con este mal endémico que no es solo por falta de inversión. Y ahí la Abogacía va a estar del lado de los jueces, de los fiscales, de los diferentes operadores jurídicos para buscar soluciones y que, entre todos, tengamos la Justicia que nos merecemos.

- Se habla de dignidad, de respeto, en general pero ¿y el turno de oficio?

- En primer lugar quiero decir que en Ahora Abogacía hacemos nuestra una de las propuestas de otra candidatura, la de mi compañera Begoña Trigo, que es trabajar por el cambio de nomenclatura: eliminar la idea de Justicia gratuita y reemplazarla por Justicia pública. Para ello, yo creo que habría que hacer una reforma legislativa y un trabajo de presión sobre el legislador que modifique, de entrada, la denominación. Parece una cuestión formal pero tiene su razón de ser. En segundo lugar, creo que es necesario apostar por la digitalización y la implementación de medidas que agilicen la Administración de Justicia en general y los actuales trámites burocráticos para solicitar la prestación de abogado de oficio, en particular. Nuestro compromiso es digitalizar todo ese proceso. Y, por último, reducir los costes de tramitación de la asistencia jurídica gratuita para subir los baremos.

Nuestro compromiso es la digitalización para reducir los costes de tramitación de la asistencia jurídica pública y subir los baremos del turno de oficio

Creo que es muy importante contar con la mediación del turno de oficio. Creo que la mediación no solo es el futuro, es ya el presente y de ahí la necesidad de conciliar más los juristas cuando defendemos a las partes sin tener que someternos a la justicia de los tribunales que, a día de hoy, están súper saturados. Creo que hay que hacer jornadas de formación específicas para el turno de oficio, para que se puedan reciclar en cursos que sean gratuitos o que tengan un coste híper reducido. Creo que hay que cambiar la relación del justiciable con el turno de oficio y que el letrado o la letrada dentro del mismo, puedan renunciar con un mecanismo fácil a ese justiciable que le amenaza o que le acosa. Y no vivir situaciones kafkianas como las de hace unos días una compañera que recibía más de 80 llamadas del justiciable y no podía renunciar a él.

- Hablamos de talento y de unidad, ¿qué pueden aportar los jóvenes y los no tan jóvenes en su proyecto para la Abogacía de Madrid?

- En el Colegio de la Abogacía de Madrid tienen que pasar cosas. Por eso una de nuestras principales propuestas es reformar Serrano nueve, para que sea y tenga un lugar de encuentro social, inclusive un restaurante con precios híper reducidos, un café y también una zona de trabajo de coworking para que podamos reunirnos y podamos intercambiar opiniones y experiencias laborales. Una vez tengamos el lugar de encuentro, vamos a potenciar a los más jóvenes para que sean ellos los que se encarguen de las juras ante el Tribunal Supremo; ayudarles con una bolsa de empleo, real y práctica; recuperar el plan de ayuda a tu primer juicio, que implementé cuando fui presidente de los abogados jóvenes y con el que solucionamos más de 200 causas a compañeros que estaban empezando; ayudar a los más jóvenes a adquirir habilidades desde las redes sociales, la página web; cómo tratar a sus primeros clientes; cómo dirigirnos en sala,...

La Abogacía debe estar presente en la sociedad civil, opinar sobre reformas legislativas y potenciar y empoderar el derecho de defensa

Pero en esa reforma de nuestras instalaciones de referencia que deben ser Serrano 9, hay que potenciar también el Club Senior para que los más veteranos hagan actividades y encuentren vida en un espacio propio. Queremos potenciar el mentoring de la experiencia a la juventud porque hay muchos colegiados que quieren ayudar a la causa y a los más jóvenes. Por lo tanto, creo que es fundamental unir esas dos diferencias de edad para constituir lo que yo estoy definiendo en campaña como la generación de la democracia. Esa generación que piensa, independientemente de si tiene 73, 65, 41, 80 ó 24 años, en una idea común que es el derecho de defensa. Por eso los jóvenes y los no tan jóvenes van a tener su lugar en esta institución, en la casa. Quiero que el Colegio de la Abogacía de Madrid incorpore todas las sensibilidades, todas las edades y, sobre todo, que tengan un lugar y una forma donde desarrollar esa ganas de mejorar la profesión.

- Tres deseos del candidato Juan Ospina para la Abogacía madrileña, durante los próximos cinco años...

- En primer lugar, que tengamos una abogacía unida. Debemos trabajar ese pilar de unidad para estar fuertes y cohesionados frente a las adversidades. En segundo lugar, que seamos una Abogacía activa. La actitud no suma, multiplica. La Abogacía debe estar presente en la sociedad civil, opinar sobre perspectivas jurídicas de reformas legislativas,... Y, por último, potenciar y empoderar el derecho de defensa. Tenemos que respetar que una sociedad sin una Abogacía relevante es una sociedad en la que los poderes fácticos campan a sus anchas. Una sociedad debe tener una Abogacía importante como contrapeso para esos poderes que merman los derechos de los más desfavorecidos, incómoda cuando haya injusticias, activa ante los retos comunes. Yo quiero una Abogacía que esté presente en el día a día con unidad, actitud y presencia en la sociedad civil.