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28 de marzo de 2024

Reciente protesta en Madrid por el repunte de mujeres asesinadas

Reciente protesta en Madrid por el repunte de mujeres asesinadasEuropa Press

Una mujer denuncia a su exmarido, archivan el caso y es asesinada diez días después

Hayat, 46 años, fue asesinada por su expareja de dos puñaladas delante de sus cuatro hijos. Ocurrió en Tenerife. Días antes lo denunció por amenazas

Las cifras de violencia machista se han disparado en las últimas semanas. Ocho víctimas en diciembre y a la espera de confirmación en algún caso, otras cinco en lo que llevamos de mes de enero. A finales de 2019, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pronunció una frase que ya se ha convertido en historia de este país: «¿La fiscalía de quién depende? Pues ya está…». La misma fiscalía que, aparentemente, miró hacía otro lado después de que Hayat Laznar denunciaría a su expareja, el que acabó siendo su verdugo, el pasado 29 de diciembre.
Ese día, la mujer se presentó en el puesto principal de la Guardia Civil de Playa de las Américas. Denunció que era víctima de un delito de malos tratos en el ámbito familiar. El presunto agresor era Mohamed Oualim. «Me separé de él en 2016. Entonces le pusieron una orden de alejamiento para que no se me acercase, por malos tratos físicos y psicológicos», relató la mujer ahora fallecida.
«La orden de alejamiento caducó en 2020. Entonces se vino a vivir conmigo. Me convenció de que así evitaba entrar en prisión. Además, a mí me venía bien, porque compartíamos gastos de la casa: luz, gas, productos de limpieza… Yo me había quedado sin trabajo durante la pandemia y con su dinero podía salir adelante. Retomamos la convivencia, pero no la relación. Fue un error. Desde el primer momento, Mohamed controlaba todo lo que hacía: con quién salgo a comer, a cenar, cómo visto. Me prohíbe tener amigos».

«Mi exmarido me controlaba»

Hayat tuvo que cambiar los turnos para no coincidir con él en la vivienda que compartían. Así pasaban menos horas juntos y evitaba el acoso al que le estaba sometiendo. «Ahora he conocido a un hombre muy amable», continuó contando a los agentes que recogían la denuncia. «Mi exmarido se ha enterado y cada vez me controla más. Cuando me ve arreglada me insulta y me falta al respeto. Un día me amenazó: «Te tengo controlada, como vayas a Marruecos verás lo que te va a pasar allí». Estoy asustada y tengo miedo.
La mujer se sentía acosada por su exmarido. "Por eso le dije: «Quiero que te vayas de mi casa». Yo ya tenía trabajo y no era necesario que siguiésemos compartiendo vivienda. «De aquí no me muevo. Esta es mi casa, tú no me echas», me contestó. Quiero pedir una orden de protección, porque, aunque desde que hemos vuelto a vivir juntos no hay agresiones físicas, tengo miedo. Le he pedido más veces que se vaya y creo que me puede llegar a agredir otra vez».
La Guardia Civil lo calificó de riesgo de alto y mandó el caso al juzgado. Al día siguiente, Hayat y Mohamed se presentaron en dependencias judiciales para ser interrogados. La mujer, escoltada por su exmarido, negó todos los hechos que había denunciado menos de 24 horas antes. La Fiscalía, que podría haber pedido la orden de alejamiento y que podía haber mantenido la acusación contra Mohamed, no pidió nada.

La dejaron sin protección

Al juez no le quedó más alternativa que sobreseer provisionalmente el caso. Es decir, archivar la denuncia y dejar que Hayat siguiera viviendo con su antiguo maltratador y actual acosador, según había manifestado ella en un entorno de libertad (sin su exmarido presente). No hubo ni medida de protección ni orden de alejamiento. A pesar de ello, la Guardia Civil siguió pendiente de ella y el 7 de enero valoró que seguía existiendo riesgo medio.
Al día siguiente y diez días después de que la justicia archivase el caso, Mohamed asesinó a Hayat: la apuñaló a dos veces en presencia de los cuatro hijos que tenía, dos con el agresor y otros dos de otra persona. Uno de ellos trató de impedirlo y resultó herido leve. Ella tuvo fuerzas para salir a la calle y pedir ayuda. Los vecinos trataron de socorrerla, pero las heridas eran mortales. Lo que sí consiguieron los viandantes fue detener al asesino cuando intentaba huir. Lo sujetaron entre varios hasta que llegó una patrulla de la localidad de Adeje.

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