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25 de abril de 2024

El ex guardia civil y los falsos sicarios comparecerán este miércoles en los juzgados de Quintanar de la Orden (Toledo)

El ex guardia civil y los falsos sicarios comparecerán este miércoles en los juzgados de Quintanar de la Orden (Toledo)El Debate

Intento de asesinato en Toledo

Un ex guardia civil a un sicario: «¿Y si te doy el dinero (45.000 euros) y el objetivo no palma?»

Este miércoles están citados en un juzgado de Quintanar de la Orden (Toledo) los cuatro sospechosos de planificar el asesinato de un agricultor por separarse de su mujer

a José Manuel le sorprendió la llamada mientras trabajaba en el campo. No conocía el número, pero descolgó. Al otro lado de la línea le hablaba una voz que jamás había escuchado: «Me han encargado que te mate. Tengo pruebas: una grabación en el que se escucha a la persona que quiere tu muerte. Si quieres el audio y saber quién te quiere bajo tierra, arreglamos una cita, pero tendrás que traer 3.000 euros».
El agricultor quedó perplejo, sin apenas capacidad de reacción, con la boca abierta. No todos los días te anuncian que alguien te quiere fiambre. Al principio creyó que era una broma y alguien quería aprovecharse de él, pero durante los siguientes días, hubo más conversaciones. Le explicaron que era un familiar de su ex mujer el que quería su muerte. José Manuel pasó de la incredulidad a la duda y finalmente a la certeza.
Todo venía de su separación con Pilar, sobrina de un ex agente de la Guardia Civil que llevaba fuera de la Benemérita más de una década por culpa de un accidente de tráfico. Al principio la relación fue bien. Pero pronto comenzó a deteriorarse: José Manuel sentía que Pilar le trataba mal. Aún así, tuvieron un hijo y un año después decidieron casarse, era junio de 2018, pero la cosa no se sostenía. José Manuel le anunció la intención de separarse. Ella le rogó que no lo hiciera, le prometió que cambiaría, pero se encontró con un rechazo frontal. Entonces, según la versión del entorno del agricultor, Pilar empezó a avisarle de que quizá no vería al niño que tenían en común. José Manuel no se arredró y en febrero de 2019 acabaron separados.

Una denuncia por malos tratos

Para la familia de Pilar el divorcio supuso una afrenta inasumible. Ellos también habían intentado convencer al agricultor de que no se separase. Apenas unas semanas después, Pilar denunció a José Manuel por malos tratos. Los dos habían acudido al hospital para unas pruebas del niño y al terminar la consulta, en un pasillo, al parecer, ella empezó a gritar: «¡No me levantes la mano!», mientras grababa con el móvil sus gritos, pero no la imagen. Él contempló la escena con los brazos caídos sin comprender nada. Lo hizo después, cuando dos agentes acudieron a detenerle por malos tratos. El agricultor lo negó todo desde el principio, clamó su inocencia, pero eso no evitó su detención y que se comiese una noche en el calabozo como marca el protocolo.
Ella había denunciado que José Manuel le había levantado la mano en el hospital. El abogado del agricultor anunció que iba a pedir las imágenes de las cámaras de seguridad y entonces los testigos de Pilar, que eran su padre y su hermano, cuando les tocó declarar en el juicio, le explicaron a Su Señoría que, en realidad, ellos no habían visto nada. La jueza constató que había una mala relación del antiguo matrimonio, pero nada más y absolvió al acusado.
Meses después, en diciembre de 2019, cuando las aguas parecían más calmadas, Santos García, el ex guardia, contactó con Claudio y Adil y les encargó el asesinato de José Manuel. Regatearon cuánto costaba la muerte y establecieron que el precio eran 45.000 euros. Allí mismo les adelantó 5.000 como prueba de su compromiso con el pago.

«Que arda la casa y parezca un robo»

El ex guardia no se percató que los supuestos sicarios estaban grabando la conversación. En el audio se escucha cómo discuten. «Cuando está el trabajo terminado, trabajo pagado, ¿no es así? ¿Y si te doy el dinero y no palma?», pregunta Santos. «¿Por qué no va a palmar? ¿Por 5.000 putos euros? Yo quiero el dinero, por eso lo hago, por el dinero», le contesta el sicario. «Y si cerramos ahora el dinero, ¿qué plazo me das para trincártelo?», pregunta el ex guardia. «Tú ahora me das el dinero (...). Escúchame un poco, la casa, la casa es el mejor sitio», le contesta otro de los sicarios. «Pero que arda la casa, que arda, para que parezca un robo (...) Yo confío en vosotros», les dice Santos antes de entregarles los 5.000 euros.
Los sicarios en realidad no tenían ninguna gana de apretar el gatillo. Vieron la oportunidad de sacar dinero fácil y la aprovecharon. Al ex guardia le prometieron una muerte mientras le grababan y al objetivo, al agricultor, le ofrecieron las grabaciones a cambio de 3.000 euros. José Manuel aceptó el encuentro y el pago, pero antes denunció en la Guardia Civil y varios agentes le acompañaron a la cita.

Una detención de película

El agricultor y los sicarios chuscos quedaron en una cafetería. En la mesa de al lado un agente de paisano lo escuchaba todo. En el exterior una docena de investigadores esperaban órdenes. José Manuel escuchó los audios y pagó los tres mil euros en billetes de 50 euros. Todo lo vio el agente de paisano que dio aviso y cuando los dos sicarios salieron por la puerta, sobre ellos se abalanzaron guardias civiles que les pusieron las esposas.
Ocurrió todo a finales de 2019, pero la lentitud de la justicia ha hecho que estamos en marzo de 2023 y todavía no haya terminado la instrucción. Esto solo favorece a los sospechosos que tendrán una rebaja de condena por las dilaciones indebidas. De momento, a todos los que participaron en el plan, ex guardia civil y falsos sicarios, los han declarado investigados por los delitos de extorsión y conspiración para el asesinato y este miércoles les toman declaración en el juzgado de Quintanar de la Orden que lleva el asunto. Para el juicio ni hay fecha.
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