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12 de mayo de 2024

El expresidente catalán Carles Puigdemont

El expresidente catalán Carles Puigdemont

Investigación

La Guardia Civil intercepta chats entre Puigdemont y el cerebro de Tsunami Democràtic que incendió Cataluña tras el juicio del 'procés'

La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha localizado varias conversaciones entre el expresidente catalán Carles Puigdemont y Josep Campmajó, cerebro de Tsunami Democràtic, el brazo callejero del independentismo catalán. Para los investigadores estas conversaciones demuestran que Puigdemont era informado en tiempo real de todas las acciones radicales que incendiaron las calles de Barcelona y otras ciudades catalanas tras la sentencia del juicio del 1-O.
Tal y como figura en el último informe que la Benemérita ha aportado a la Audiencia Nacional, Campmajó y Puigdemont mantuvieron decenas de mensajes a lo largo de octubre de 2019. En esas fechas, Tsunami Democràtic ya había llamado al desorden civil como respuesta al juicio del procés. Por este motivo, su cerebro escribió al expresidente para trasladarle que las cosas no estaban saliendo como se esperaban: «Se han abierto tantas rendijas que hace aguas», comenzaba el mensaje.
Chats de Carles Puigdemont (I)

Chats entre Carles Puigdemont y Josep Campmajó (I)El Debate

«En la calle todo son facciones. Reflejo de lo que pasa en el gobierno. Sé que las imágenes no ayudan a tu petición de extradición. Nada. Aunque es la p… realidad. La realidad no son los informes de los mossos, ni de interior, ni del que está espantado», concluyó. Puigdemont le respondió que él, desde fuera, no percibía que la situación estuviera siendo «tan dramática como se ve en el interior». En cambio, sí insistió en que había cuajado la idea de que la sentencia del 1 de octubre era «escandalosa».
También quitó hierro a la vandalización de las calles de la ciudad condal: «Los disturbios son importantes pero no se alejan de lo que son ahora las protestas en las grandes ciudades del planeta». Para el líder independentista fugado de los tribunales españoles tan sólo había una línea roja: que no hubiera muertos. Su prioridad era echar un pulso al Ejecutivo, ya presidido por Pedro Sánchez, para «que el Gobierno se ponga las pilas».
Chats de Carles Puigdemont (II)

Chats entre Carles Puigdemont y Josep Campmajó (II)El Debate

Al mismo tiempo, reconocían no saber cómo gestionar los conflictos. Campmajó escribió: «President. Los diputados están cagados. La gente les pasa por encima. El Govern está acojonado». Y Puigdemont respondió: «Cierto. Y eso no es bueno». Este intercambio de mensajes se llevó a cabo a través de Signal, una aplicación de mensajería instantánea que encripta de manera automática los chats que mantienen los interlocutores para preservar su absoluta confidencialidad.
Los investigadores han conseguido estas pruebas tras analizar el ordenador personal del cerebro de Tsunami Democràtic. En el interior del dispositivo, Campmajó guardaba pantallazos de todas las conversaciones que mantuvo con el expresidente catalán, a quien guardó en su agenda de contactos bajo el sobrenombre K Mes Nou. Una de las conclusiones de la UCO es que las conversaciones privadas entre ambos «se hace alusión directa a la plataforma Tsunami como herramienta para la consecución de la independencia».

Una relación de confianza

Para los investigadores, Campmajó y Puigdemont tenían una «relación de confianza sin filtro formal». De manera diaria, el cerebro de Tsunami Democràtic le enviaba instantáneas en las que se apreciaba cómo los independentistas radicales incendiaban las calles de Barcelona y otras ciudades catalanas. Al mismo tiempo, Campmajó presumía de, además de coordinar las acciones violentas, formar parte de las revueltas: «Ayer estuve nuevamente en primera línea. Tanto en Barcelona como en Girona. Mi gente está bien distribuida».
«El MHP –en referencia a Quim Torra– escondido. Del todo. Aislado. Parece que hace un Junqueras. Buch –Miguel Buch, en el momento de los hechos consejero de Interior de Cataluña– acojonado y perdiendo los papeles. Estamos a un paso de perder el control absoluto del territorio», insistía Campmajó en los mensajes que mantenía con Puigdemont.
El Debate publicó este jueves que el brazo callejero del independentismo catalán diseñó y posteriormente ejecutó un plan de espionaje físico al juez Pablo Llarena, uno de los coordinadores de la instrucción judicial que desencadenó en la acusación de prácticamente la totalidad del Ejecutivo catalán de los años 2016 y 2017. Las referencias sobre los movimientos del juez fueron recogidas en un documento escrito denominado Movimiento de personalidades.
La Guardia Civil ya entregó a la Audiencia Nacional el pasado mes de abril otro informe en el que se apuntaba a Marta Rovira, secretaria general de ERC, como una de las promotoras de Tsunami Democràtic. Rovira se encuentra huida en Suiza desde 2018. De la misma manera, los investigadores también incluyen en el organigrama de la organización a Xavier Vendrell, exconsejero de la Generalitat y exdirigente de ERC, y al empresario Oriol Soler, asesor de las entidades independentistas Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural.
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