
El líder de Vox, Santiago Abascal, y la portavoz en el Congreso, Pepa Millán, a su llegada a una sesión plenaria
Vox encara 2025 con una estrategia reforzada contra el Gobierno de Sánchez y de presión al PP
La formación de Abascal está decidida a no dar tregua al Ejecutivo, y apretar en los tribunales y en las instituciones. También a no ceder en sus exigencias a los populares a nivel autonómico
El partido de Santiago Abascal cerraba el año con una versión de la canción Pedro Navaja dedicada a Pedro Sánchez, del que decía que «enfila el camino del juzgado» y al que volvía a pedir su dimisión. «Que Pedro Navaja y su séquito de aduladores y corruptos no termine con nuestra esperanza de un cambio de rumbo para nuestra nación», escribía el líder de la formación, deseando un 2025 en el que empiecen a «reconstruirlo todo».
La postura de Vox de «oposición total» al Gobierno se reforzará aún más ante un año que se antoja muy movido en los tribunales y en la arena política. Por el momento, no parece haber visos de que Sánchez decida convocar elecciones, viendo en las encuestas que no le dan los números y que, por el contrario, sí reflejan una suma de PP y Vox. Pero hasta entonces, la formación de Abascal está decidida a no dar tregua al Ejecutivo, convencida además de que «lo peor de Sánchez está por llegar».
El mensaje publicado este domingo por Abascal en sus redes sociales reaccionando al que ha sido el primer anuncio del Gobierno central en este nuevo año, el de su intención de impulsar, en el marco del llamado 'Plan de Acción para la Democracia' una reforma del Código Penal para despenalizar el delito de ofensas contra los sentimientos religiosos, fue una muestra de ello.
«Solo los idiotas creerán que está defendiendo la libertad de expresión. Sánchez solo pretende ser la única persona inviolable de España. Y sueña con meternos en la cárcel a los que denunciamos su deriva totalitaria y su repugnante corrupción», expresó el presidente de Vox en X.
En los tribunales, cabe recordar que el partido está personado en todas las causas judiciales abiertas contra el Gobierno o el entorno del presidente como acusación popular. Tras empezar el Congreso a estudiar el suplicatorio del exministro socialista de Transportes José Luis Ábalos por la trama Koldo, Vox vaticinó que el 2025 será el «el año de los suplicatorios». «Ábalos es una pieza importantísima, pero no la definitiva de la trama de corrupción liderada por Sánchez, el número 1, desde Ferraz y Moncloa», afirmaron fuentes de la formación.
También en las instituciones, oponiéndose a todas las políticas ideológicas del PSOE, desde las de memoria a las de género, a las políticas migratorias, en pleno debate sobre el reparto de menores inmigrantes ilegales, o a las climáticas.
Al mismo tiempo, Vox mantendrá la presión sobre el PP, al que reclama que ejerza una oposición «frontal» al Gobierno y no haga «seguidismo» de las políticas de la izquierda. Hasta el pasado mes de julio podía haber una sintonía entre ambos partidos, no en el ámbito nacional, pero sí en el autonómico, y en los ayuntamientos, porque compartían gobiernos. Sin embargo, toda relación se rompió en verano tras aceptar el PP el reparto de casi 400 menores llegados a Canarias, y desde entonces la tensión entre ellos ha ido creciendo hasta parecer irreconciliable por el momento.
Desde el principio, el partido de Abascal viene reivindicando que Vox y el PP son partidos distintos. De hecho, en la carta que Abascal envió en mayo a Alberto Núñez Feijóo para pedirle una respuesta coordinada al «golpe» de Sánchez, aseguraba que entre ambas formaciones existen muchas diferencias «verdaderamente irreconciliables». Ese distanciamiento ideológico se quiso remarcar especialmente ante los procesos electorales de los dos últimos años. Sobre todo, con la intención de recalcar que en ningún caso son la «muleta» de los populares.
Ahora, en las negociaciones para los presupuestos autonómicos no están dispuestos a ceder ni un milímetro en lo que respecta al tema de la inmigración ni en las otras cuestiones que piden rectificar en las autonomías, tanto en la cuestión de las leyes de memoria como en la lingüística entre otras. Cómo afronten las conversaciones para unas cuentas públicas será la primera prueba del 2025. Más cuando en alguna región, como Castilla y León, podrían celebrarse elecciones adelantadas este mismo año.
En la última rueda de prensa del año, el portavoz nacional, José Antonio Fúster, pidió a los Reyes Magos que en el próximo año les traiga la posibilidad de una moción de censura, que solo pueden presentar los populares por número de escaños. Desde que empezó a sonar esa opción hace meses, Vox ha venido recalcando que solo la apoyarían si es para convocar unas elecciones generales y sin que haya de por medio ningún tipo de cesión al independentismo. Por el momento, esta posibilidad no está sobre la mesa. Pero en el clima de incertidumbre política que parece que también imperará este año, todos los escenarios están abiertos.