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Pedro Sánchez, entrando en el hemiciclo

Pedro Sánchez, entrando en el hemicicloEFE

El desinterés del presidente

Sánchez se instala en la trinchera de la autocomplacencia en un debate improductivo

La autocrítica del presidente en casi siete horas de Pleno en el Congreso comenzó y acabó en unas disculpas desganadas que dirigió a los españoles a petición del diputado del BNG

Habían transcurrido exactamente cinco horas y 15 minutos de Pleno cuando Pedro Sánchez al fin pidió perdón por el apagón del lunes 28 de abril, nueve días después de que se produjera. Lo hizo como sin querer, dejándolo caer mientras respondía al diputado del BNG, Nestor Rego: «Dice usted que no me he disculpado, por supuesto que me disculpo. Lo hice desde el primer día, pero si usted no lo ha escuchado, o piensa que no ha sido así, por supuesto que pido disculpas en nombre mío y en nombre del Gobierno, faltaría más».

La autocrítica del presidente del Gobierno en las casi siete horas que duró el debate parlamentario de este miércoles comenzó y acabó ahí, en esas disculpas desganadas. Ya lo dijo alguien de su equipo en los pasillos: «Venimos aquí porque se nos llamó». Interés, ninguno. Apetencia, cero.

La oposición y los socios parlamentarios del Gobierno esperaban poco del Pleno sobre el plan de rearme y el apagón —la mezcla era ya de por sí ilógica— y se fueron aún con menos. La portavoz de Junts, Míriam Nogueras, ni siquiera se quedó a escuchar la réplica del presidente, que tuvo que dirigirse al escaño vacío de la independentista. La de Podemos, Ione Belarra, solo volvió a entrar al hemiciclo cuando Sánchez empezó a hablar de ella... y de Pablo Iglesias. El de ERC, Gabriel Rufián, escuchó lo que tenía que decirle y se marchó, sin atender al resto. Tampoco es que los diputados socialistas, siquiera, prestaran mucha atención.

Sánchez se instaló en la trinchera de la autocomplacencia y allí se quedó: él y su Gobierno lo hicieron todo bien el día del apagón; los españoles se comportaron cívicamente porque tenían un presidente que les estaba trasladando tranquilidad; su política energética ha conseguido que los españoles paguen la electricidad a un precio mucho más bajo que el resto de los europeos; el que ha metido en cintura a las eléctricas ha sido él; si el Ejecutivo puede permitirse gastar 10.471 millones de euros extra en Defensa este año es porque la economía va tan bien que va sobrada; y gracias a él España ha cumplido un compromiso de Mariano Rajoy que arrastraba desde hace siete años, el de aumentar la inversión militar al 2 % del PIB.

Pedro Sánchez se dirige a Alberto Núñez Feijóo

Pedro Sánchez se dirige a Alberto Núñez FeijóoEFE

Sobre las causas del apagón no aportó ni un solo dato nuevo. Y cuando Alberto Núñez Feijóo se lo recriminó, los socialistas le acusaron de insinuar que el Gobierno está ocultando información, que ésa fue la cantinela más escuchada en los pasillos. «¿En qué se basa el líder de la oposición para decir que estamos ocultando algo? A nadie le gustaría más que al Gobierno de España salir y poder decir ‘tenemos este indicio claro’ o ‘podemos descartar esto otro’, pero no nos lo podemos inventar», señalaron desde el equipo del presidente.

El Gobierno deja caer que las eléctricas le ocultan información porque no quieren pagar las indemnizaciones millonarias

Nadie en el sector energético está a salvo del azote socialista. Dentro del hemiciclo, Sánchez continuó con su campaña de criminalización de las nucleares, e incluso acusó a algunos líderes políticos —miró a Feijóo— de trabajar para ellas. Fuera, algunos miembros del Gobierno se encargaron de difundir la especie de que las eléctricas no están contando toda la verdad al Ejecutivo porque no quieren pagar las indemnizaciones millonarias que deja el apagón. «Todos los operadores nos dicen que no han detectado ninguna anomalía…», se maliciaba uno de ellos.

El Pleno de este miércoles debía ser trascendental, por la importancia que para la seguridad tienen el plan de rearme y el primer cero energético de la historia de España. Y, sin embargo, fue del todo prescindible. Algo debía de olerse la socia de Sánchez, Yolanda Díaz, porque eligió precisamente este miércoles para viajar a Roma y reunirse allí con el secretario general de la Confederazione Generale Italiana del Lavoro, Maurizio Landini.

La socia de coalición no estuvo en todo el debate y los socios parlamentarios apenas quisieron debatir con el presidente, exceptuando a Belarra, de campaña permanente contra Sumar y contra el «presidente de la guerra». Ni Nogueras fue dura. Si acaso, Rufián cuando reprochó al Gobierno el contrato frustrado de los 15 millones de balas con una empresa israelí. Y ni siquiera se dirigió a Sánchez, sino al ministro del Interior. «Solo hay algo peor que pegarse un tiro político en el pie: pegarse un tiro en el pie con una bala israelí, una bala de genocidas, y es exactamente lo que hicieron el otro día», sostuvo.

Gabriel Rufián, hablando con el ministro de Asuntos Exteriores

Gabriel Rufián, hablando con el ministro de Asuntos ExterioresEFE

La oposición, por su parte, trató de sacar petróleo de un Pleno al que Sánchez fue para cubrir el expediente y poco más. Tanto Alberto Núñez Feijóo como Santiago Abascal incidieron en la mala gestión del Ejecutivo. «¿Cómo puede pedir la confianza para escenarios bélicos si es incapaz de asegurar el transporte o la luz en tiempos de paz?», preguntó el líder de los populares al presidente. «Lárguese, señor de las calamidades, y cierre la puerta al salir. Pero, por favor, deje la luz encendida», añadió después el de Vox.

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