Los socios de Sánchez le dan oxígeno y el mismo día los jueces Puente y Pedraz se lo quitan
«Hemos salvado un match ball», se felicitaban en la Moncloa tras el Pleno sobre la corrupción. Pero los socialistas están donde estaban: en manos de la UCO y de los jueces
Pedro Sánchez y el ministro Óscar López abandonando el hemiciclo
El primero que se acercó a dar la enhorabuena a Pedro Sánchez al término del Pleno extraordinario sobre corrupción no fue nadie del PSOE. Fue el ministro Ernest Urtasun, el mismo que la semana pasada encabezó la delegación de Sumar en la reunión que mantuvieron con sus socios de Gobierno porque estaban muy enfadados. Eso decían. «El PSOE no es consciente de la gravedad de la situación», advirtió entonces. Una semana después, el mismo Urtasun corrió a chocar los cinco al presidente, sonriente, cuando terminó todo.
«Hemos salvado un match ball. Hemos demostrado que seguimos teniendo la confianza de nuestros socios», se felicitaban a media tarde en la Moncloa, a propósito de la actitud de Sumar, ERC, Bildu y, aunque menos, también de Junts, el PNV, Podemos y el BNG. Algunos con más convicción y otros con menos, diez días después del ingreso en prisión de Santos Cerdán todos ellos hicieron ver al presidente que siguen dentro de la sociedad limitada en la que se ha convertido la legislatura. Ninguno está contra Sánchez, ergo, todos están con él. Todos siguen con él. Aunque no habrá cuestión de confianza que lo certifique: el presidente insistió en que no convocará una, menos aún después de recibir el balón de oxígeno que recibió en el Parlamento.
Alberto Núñez Feijóo, durante una de sus intervenciones
Sánchez y los socialistas salieron ayer del Congreso con gesto mucho más relajado del que tenían cuando entraron a primera hora de la mañana. Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal fueron muy duros, pero en cambio sus socios no pasaron de la advertencia -y no en todos los casos- de que si el caso PSOE «escala» tendrán que repensarse su apoyo. Patada hacia adelante y a seguir. «Feijóo vendió la piel del oso antes de tiempo», se regodeaba un ministro del PSOE en el patio.
Sin embargo, todo era un sueño. Y cuando se despertaron, el elefante todavía estaba ahí. Mientras los socialistas se felicitaban, los jueces Leopoldo Puente y Santiago Pedraz les devolvieron a la realidad. El primero dictó una providencia en la que rechazaba devolver a Koldo García su móvil con el argumento de que en el Supremo aún no habían podido hacer copias ante «la ingente cantidad de soportes de almacenamiento masivo» hallados y que, por tanto, quedan por conocer. Con lo que ya han supuesto las grabaciones de Koldo para el PSOE, que hasta provocaron la caída e ingreso en prisión provisional del hasta hace un mes secretario de Organización de los socialistas.
Por su parte, Pedraz, instructor del caso hidrocarburos en la Audiencia Nacional, pidió al juez Ismael Moreno -que instruye el caso Koldo en la Audiencia Nacional- que le remita una copia de los archivos extraídos de móviles intervenidos al comisionista Víctor de Aldama y a García que tengan que ver con cómo la empresa Villafuel obtuvo la licencia del Gobierno para operar en el sector de las gasolineras. La concesión de aquel permiso, en la que participaron los ministerios de Transición Ecológica e Industria (ambos se han venido pasando la pelota), está rodeada de irregularidades que investiga el juez.
Así que Sánchez está donde estaba, aunque ayer saliera del hemiciclo sin más cornadas que las de la oposición y con una falsa sensación de seguridad: en manos de la UCO y de los jueces Puente, Pedraz y Moreno. Los socialistas siguen a expensas del avance del caso PSOE y están descontando los días que quedan para que los tribunales bajen la persiana en agosto por vacaciones. Pero hasta entonces, aún quedan tres semanas. Y eso en lo que respecta al caso PSOE, porque también están los del fiscal general del Estado, el hermano del presidente y su mujer.
Políticamente, la sesión sirvió para clarificar algunas dudas. Primero, que con el Comité Federal del PSOE del pasado sábado y el plan estatal de lucha contra la corrupción, el presidente da por asumidas las responsabilidades que tenía que asumir. Y hasta ahí. Segundo, que Feijóo también sabe dar golpes bajos, no solo recibirlos: el líder de la oposición acusó al presidente de ser «partícipe a título lucrativo del abominable negocio de la prostitución» por haber vivido en un piso que pagó su suegro con el negocio de sus saunas. Tercero, que el PNV y Junts están a años luz de apoyar una hipotética moción de censura de Feijóo, especialmente los nacionalistas vascos. Cuarto, que Sánchez ha creado dos bandos irreconciliables en el hemiciclo con su muro. Y cinco, que sus socios le dejan seguir en el Gobierno, pero gobernar va a ser otra cosa.
Por lo pronto, el día 22 de julio hay Pleno escoba en el Congreso -el último del curso- y, salvo giro de guion in extremis, la reducción de la jornada laboral de Yolanda Díaz caerá a la lona. Ello si prospera la enmienda a la totalidad presentada por Junts, que tiene muchas papeletas.