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La candidata a las generales de Podemos Irene Montero durante su asistencia a un acto de partido

La candidata a las generales de Podemos Irene Montero durante su asistencia a un acto de partidoEFE

La radicalización de Podemos y su distanciamiento con Sumar no le está sirviendo para subir en las encuestas

Belarra y Montero apuestan por reconectar con las bases del 15-M

Podemos no recupera su discurso con el que encandiló a millones de votantes tras el 15M. La izquierda alternativa vive uno de sus momentos más críticos y eso se ve reflejado en las encuestas cuyos números cada día ven bajar. Del 4,2 % de votos que le otorgaba el barómetro demoscópico Target Point para El Debate en julio, los morados pasan a 4,1 % en septiembre.

Ni la radicalización verbal, ni el distanciamiento con Sumar, ni la apuesta por Irene Montero como candidata para las próximas generales generan un repunte. El partido parece estancado mientras el PSOE recupera terreno (de 26 % a 27 %) tras un verano complicado –pese a los casos que acechan al Gobierno y a la familia del presidente por presunta corrupción– y su 'enemigo número 1', Sumar, araña algunos votos más ( del 7 % pasa al 7,4 %).

La ruptura entre Podemos y Sumar escenificada a finales de 2023 no es un tema reciente, pero las continuas reticencias de los podemitas por volver a unirse con los de Yolanda Díaz sí. En los últimos meses han sido varios los acercamientos públicos de Sumar para que Podemos y ellos vuelvan a ser una confluencia unida, pero la postura negativa de Ione Belarra y sus compañeros ha cobrado una intensidad que da a entender que su vuelta es imposible.

Podemos sigue usando la baza del distanciamiento con el partido socio de Gobierno al que acusa de agachar la cabeza y no mostrarse crítico con los escándalos que rodean al PSOE y ha endurecido su discurso para posicionarse como la voz de izquierdas más combativa. Pero, como se refleja en las encuestas, al menos de momento, esa estrategia no se está traduciendo en más votos. La encuesta de esRadio-LD de septiembre sitúa a Sumar en el 6,1 % y a Podemos en el 5,1 % y la de 40dB para El País, también de septiembre, Sumar sube a 6,6 % y Podemos cae a 3,4 %.

Tampoco les está siendo útil su postura radical contra Israel y lo que llaman «genocidio» en Gaza. Pese a que fuentes internas de Podemos argumentan que esta postura «pacifista» y de oposición frontal al «régimen de guerra» es esencial para reconectar con las bases del 15-M de nada ha servido que Podemos amenace al Gobierno con no darle sus cuatro votos para aprobar unos futuros presupuestos generales si antes no rompe relaciones con Netanyahu ni tampoco que Irene Montero se desgañitara junto a los manifestantes propalestinos en los incidentes de La Vuelta Ciclista del pasado domingo. Incluso el barómetro del CIS de este mes refleja su caída.

Ione Belarra e Irene Montero en la manifestación de La Vuelta

Ione Belarra e Irene Montero en la manifestación de La VueltaEFE

En redes sociales, el debate sobre el declive de Podemos es igualmente crudo. Usuarios como @IamRGR1 celebran el «ruido» de Podemos en protestas, pero otros, como @javialberdi_ , destacan el estancamiento en los sondeos. El dilema para Podemos es claro: su radicalización y rechazo a Sumar le permiten mantener una identidad combativa, pero a costa de aislarse en un electorado minoritario.

Con elecciones europeas en el horizonte y generales que podrían adelantarse, Belarra y Montero apuestan por «volver a lo esencial», a eslóganes como el «sí se puede» para reconectar con las bases del 15-M, pero el sondeo de las urnas, al menos por el momento, les sugieren que su continuidad en el panorama político sin unirse a otras fuerzas de izquierdas está complicada.

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