Denuncia que el novio de su ex le agrede con un bate de béisbol, le corta con una navaja y le graba en vídeo

César salió del trabajo con ganas de descansar. Se subió a su moto, se puso el casco y se dirigió a su casa. Cuando iba circulando por la N-340, en un punto intermedio entre las empresas «Apárcalo aquí Alicante» y una empresa de alquiler de vehículos, tiene que hacer una maniobra brusca para evitar atropellar a un hombre que estaba tirado en el arcén.

Pocos metros más allá frenó, puso la pata de cabra de la moto y se bajó a ayudar. Lo primero fue comprobar que estaba con vida. Cuando lo constató, sin dilación, lo sacó de la carretera, lo puso boca arriba y lo colocó en el arcén, no fuera a atropellarlo un vehículo. El pobre César lo hizo todo rápido para evitar un accidente. Cuando lo hubo logrado se fijó en el individuo.

Estaba desnudo, le habían atado manos y pies con cinta americana de color gris. También lo habían amordazado. La misma cinta le rodeaba el cuello. «Me pareció que no podía respirar, así que le arranqué la cinta de la boca y se la aflojé del cuello», explicó César a dos agentes de la Policía Local de Elche que de repente llegaron allí y le miraron con mala cara.

Se personaron en el lugar después de que otro conductor avisara, pero que no se había atrevido a parar a echar una mano. Mientras les explicaba lo que había sucedido llegaron dos agentes de Policía Nacional. Estos le pidieron una muestra de ADN por si sus restos habían quedado adheridos en la cita aislante que había tocado.

Los agentes, sin tocarlo, trataron de hablar con la víctima. «No nos dijo nada. Balbuceaba y apenas le entendíamos. De repente comenzó a convulsionar, le cortamos las ataduras de pies y manos, le pusimos en posición lateral de seguridad y llamamos a una ambulancia».

Unos minutos después estaba en el Hospital General Universitario de Elche. A simple vista detectaron cortes horizontales en el muslo derecho, cortes verticales en la espalda, todos sangrantes y golpes en cara y torso. Le atendieron y lograron calmarle. Es entonces cuando le toman declaración.

«Estaba caminando por la calle. Serían las diez de la noche cuando de repente cinco personas se me tiraron encima. Uno me cogió del cuello y los otros me agarraron brazos y piernas. Me arrastraron dentro de una furgoneta. Allí reconocí a uno de mis asaltantes. Se llama Otmane y tiene una barbería en la ciudad de Alicante. Es el actual novio de mi ex pareja».

Dice que le llevaron a un huerto de limones y naranjas. «Me sacaron del coche y me pegaron con un bate de béisbol en la cabeza, espalda y piernas. También me dieron puñetazos en el rostro, el abdomen y con una navaja de barbero me cortaron en las piernas y en la espalda. Mientras lo hacían, me grababan con un móvil. Se lo enviaron a otra persona diciendo: 'Mira ahí tienes al cabrón del ex marido'».

La víctima perdió el conocimiento y lo siguiente que recuerda es a la policía atendiéndole en mitad de la carretera. Dos de los cinco agresores, uno de ellos peluquero, fueron detenidos e ingresaron en prisión. El problema es que Mohamed, la víctima, también acabó detenido por otra causa y fue a parar a la misma cárcel. «Me los encontré en el patio y me dijeron que era un hijo de puta y que si no les quitaba la denuncia me iban a coger fuera».