El PSOE y sus socios acribillan a Mazón en la comisión del Congreso sin dejarle explicarse

Más que un interrogatorio, pareció un paredón de fusilamiento político; además, a alguien que ya dimitido. El presidente en funciones de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, compareció este lunes en la comisión de investigación de la dana del Congreso ante unos portavoces -los del PSOE y sus partidos socios- que no tenían ningún interés en escucharle; solo en tenerlo delante para llamarle «inútil, mentiroso, incapaz, homicida y psicópata», que es lo que le llamó Gabriel Rufián.

El portavoz de ERC fue el mejor ejemplo de la actitud de los portavoces. Hacía una pregunta y, cuando Mazón se disponía a contestar, Rufián le cortaba con un: «No me interesa», acusándole de mentir a la comisión. De llevarlo haciendo, en realidad, casi 13 meses. «Que se calle», le exigió el republicano en otro momento.

El cara a cara entre el portavoz de Esquerra y Mazón fue el más tenso. Rufián exhibió varias fotografías de las víctimas, incluida la de un niño de cuatro años. Insinuó que el compareciente salió del Ventorro bien cargado de copas y que los dos escoltas de Mazón fueron condecorados por guardar silencio. Cuando, en realidad, los agentes distinguidos no fueron los que le acompañaban el día 29 de octubre, sino el día de la visita a Paiporta.

Mazón estuvo esquivo, a la defensiva, manteniendo una y otra vez la tesis de que la catástrofe se debió a un problema de falta de información por parte de la AEMET y de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Y que nada habría cambiado si él hubiera llegado antes al Cecopi porque la alerta no se habría mandado antes. También reiteró que estuvo operativo todo el tiempo: «No estaba esperando llamadas, era yo el que realizaba llamadas», aseguró.

El presidente valenciano en funciones dejó frases que indignaron a los diputados de izquierdas. Especialmente cuando sostuvo que, si no escuchó la llamada de la consejera Salomé Pradas a las 19.10 horas, es porque tal vez «estaba andando y tenía el móvil en la mochila». También, cuando recordó que ha sido el único responsable político que ha pedido disculpas, y el que más explicaciones ha dado. A lo que la diputada de Compromís Àgueda Micó le respondió: «Eres mala persona».

El portavoz del PSOE, Alejandro Soler, fue más lejos que ningún otro en lo personal. El socialista deslizó que si Mazón no suspendió su agenda el día de la dana fue «porque tenía muchas expectativas puestas» en la comida con la periodista Maribel Vilaplana. «Hasta llevaba una muda por lo que pudiera pasar», añadió, dando a entender que ambos mantenían una relación extramatrimonial. También le preguntó qué bebió en la comida, y si estaba en condiciones de gestionar una catástrofe: «Agua y algo de vino», respondió él. «¿Nada más?», insistió el portavoz del PSOE. «Nada más», replicó Mazón, que durante su comparecencia se quejó en varias ocasiones de haber tenido que hacer frente a «muchos bulos», algunos de «un machismo atroz», en este año largo.

La comparecencia cambió de tono con las intervenciones de los portavoces de Vox y el PP, Ignacio Gil Lázaro y César Sánchez. «Nada de lo que diga les va a satisfacer, porque ustedes tienen otro objetivo», recriminó este último a los portavoces del PSOE y del resto de partidos de izquierdas e independentistas.

Tanto Gil Lázaro como el portavoz del PP pusieron el acento en las responsabilidades del Gobierno central y de Pedro Sánchez. Entre ellas: el papel de la Confederación Hidrográfica del Júcar, cuyo presidente reconoció en septiembre ante la jueza de Catarroja que no avisó al Cecopi del desbordamiento del barranco del Poyo porque pensaba que sus miembros estaban siguiendo su evolución en tiempo real. La decisión del presidente Sánchez de no declarar motu proprio la emergencia de interés nacional para que el barro no le alcanzara; a pesar de la magnitud de la catástrofe y de que había tres comunidades afectadas.

También, la tardanza del Gobierno en desplegar efectivos y medios materiales, y el famoso «si necesita más recursos, que los pida» que Sánchez pronunció en una comparecencia el 2 de noviembre de 2024 en la Moncloa. Su salida precipitada de Paiporta un día después, dejando a los Reyes solos. El retraso en la llegada de las ayudas comprometidas por la Administración central: de los 16.600 millones movilizados, han sido entregados 8,8 millones. La ausencia de obras hidráulicas de drenaje y encauzamiento en el barranco del Poyo, puesto que el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico de Sara Aagesen no ha licitado una sola obra en 12 meses. Y por qué, un año después, no hay sistema de alerta temprana.

A última hora de la mañana, Mazón abandonó el Congreso. Preguntado por El Debate acerca de si estaba satisfecho con su comparecencia, simplemente respondió: «Es difícil hablar si no te dejan».