José María Aznar (d), durante la entrevista con Luis Ventoso (i), Ramón Pérez Maura y Bieito Rubido
Aznar, en El Debate: «España vive su peor momento y solo una gran mayoría puede evitar el mal mayor»
- El expresidente del Gobierno cierra el año político en una conversación con Bieito Rubido, Luis Ventoso y Ramón Pérez-Maura
- Aznar: "O se recuperan el sentido humanístico y la dignidad humana o el mundo corre el riesgo de desaparecer
José María Aznar, expresidente del Gobierno, cierra el año político con una larga entrevista en El Debate en la que analiza, con la mirada que aporta su experiencia, la situación que vive España tras las noticias conocidas en los últimos meses. Aznar conversa con Bieito Rubido, director de El Debate; Luis Ventoso, director adjunto; y Ramón Pérez-Maura, director de Opinión.
El expresidente considera en esta charla que España atraviesa el momento político más grave desde la recuperación de la democracia y que el deterioro institucional amenaza directamente la continuidad del sistema constitucional. En esta conversación, con motivo de la presentación de su libro Orden y libertad, el expresidente traza un diagnóstico severo de la situación nacional e internacional y llama a la construcción de una gran mayoría política que permita revertir lo que define como una deriva populista sin precedentes.
La democracia liberal que hemos conocido hasta ahora está en riesgo, está en peligro en Europa».Expresidente del Gobierno
Aznar sitúa la crisis española en un contexto más amplio de debilitamiento de las democracias liberales occidentales. A su juicio, estas se encuentran sometidas a una triple presión: el ataque exterior de autocracias y dictaduras que buscan alterar el orden internacional, el auge de los populismos en el interior de los Estados y el impacto de una revolución tecnológica «tan disruptiva» que ha trastocado los sistemas de valores culturales, sociales, económicos y políticos. La combinación de estos factores, advierte, ha colocado a la democracia liberal «en riesgo» y «en peligro en Europa».
El expresidente del Gobierno, durante su entrevista en El Debate
En ese marco, el expresidente rechaza la idea de que los populismos de derecha e izquierda sean fenómenos aislados o contrapuestos. Por el contrario, defiende que ambos se necesitan y se retroalimentan, hasta el punto de convertirse en cómplices. La polarización, subraya, siempre favorece a los extremos y deja como principal víctima al espacio central de la democracia liberal, al que identifica como mayoritario en las sociedades occidentales y al que dirige su apelación política.
El peor momento
El análisis se vuelve especialmente crítico al abordar la situación española. Aznar afirma que, dejando al margen los episodios de 1981 y 2017, el país vive «sin duda» su peor momento desde junio de 1977. Enumera el desorden político, la falta de confianza de los ciudadanos en las instituciones, el deterioro de la presencia internacional de España y la fragilidad de unas cuentas públicas que, según dijo, «van trampeando día a día». En ese contexto, sostiene que el actual ya no puede definirse como un tiempo de corrección política, sino como un momento «políticamente abyecto».
Buena parte de su intervención se centra en denunciar lo que describe como una estrategia de toma de control de las instituciones por parte del actual Gobierno de Pedro Sánchez. Señala expresamente a los medios públicos, los organismos económicos, la Fiscalía, las empresas públicas y los órganos constitucionales, y enmarca este proceso en una lógica populista caracterizada por la ausencia de límites. «No hay reglas para el populismo», afirma, al tiempo que alerta de que una sociedad sin reglas deriva de manera natural en el desorden y en lo que define como un «desorden iliberal».
José María Aznar, en un momento de la entrevista
Frente a este escenario, Aznar insiste en la necesidad de recuperar la implicación cívica y combatir la inhibición de los ciudadanos. Recupera la figura de Antonio Maura y su apelación a la regeneración moral como base de la vida pública, y advierte de los riesgos históricos que ha tenido en España la pasividad social. A su juicio, el futuro del país depende de la capacidad de los ciudadanos para ejercer su responsabilidad política y participar de forma activa en la toma de decisiones. «Solo una gran mayoría puede evitar el mal mayor», admite el expresidente.
Elecciones constituyentes
En este sentido, advierte de que las próximas elecciones generales no serán unas elecciones ordinarias, sino que tendrán un carácter «constituyente». Según explica, una nueva victoria de la coalición de izquierdas supondría «liquidar el sistema constitucional», afectando a la continuidad histórica de España, a la Constitución, a las instituciones y a la Corona. Frente a esa posibilidad, defiende la necesidad de articular una gran mayoría nacional en torno al Partido Popular, al que definió como «la única alternativa constitucional» existente en España.
España necesita un gobierno fuerte»Expresidente del Gobierno
Aznar también alerta del riesgo de que un cambio político se traduzca en un gobierno débil. Considera que una mayoría insuficiente conduciría a una situación de ingobernabilidad que sería «muy mala para España» y «un desastre histórico». En este punto, equipara los efectos del populismo de derecha y de izquierda, y sostiene que ambos trabajan para debilitar al Partido Popular y dificultar la formación de una mayoría estable.
Por último, el expresidente resta importancia al desmontaje normativo y defiende que las malas políticas se combaten con buenas prácticas. Cita a Tocqueville para subrayar que la confianza en la ley depende del comportamiento de quienes gobiernan y asegura que la recuperación del respeto institucional, el fin del sectarismo y la aplicación de políticas de no exclusión permitirían devolver la confianza de los ciudadanos en el sistema. «España necesita un gobierno fuerte», concluye, «justamente para enderezar el país y evitar el mal mayor».