Vista del Peñón de Gibraltar fotografiada desde la ciudad española de La Línea

Vista del peñón de Gibraltar desde la ciudad vecina de La Línea de la Concepción (Cádiz)GTRES

Brexit

Gibraltar evita hablar de soberanía como cuestión de fondo en la negociación del tratado con la UE

  • La presencia de la Policía española en el aeropuerto del Peñón supondría abordar el tema

  • Picardo no está dispuesto a ceder «ni un ápice» de soberanía británica

La soberanía de Gibraltar no es una cuestión que esté directamente encima de la mesa de negociación del tratado que regularía el estatus del Peñón respecto a la Unión Europea (UE). Sin embargo, el principal escollo para la consecución del acuerdo final entre Londres y Bruselas exige abordar el asunto.
El llamado Acuerdo de Nochevieja, el «principio de acuerdo» al que llegaron el Gobierno de España y el del Reino Unido el 31 de diciembre de 2020 para derribar la Verja, continúa siendo el marco de negociación más de un año después de que, en octubre de 2021, se iniciaran los contactos para la firma del tratado, a pesar de los constantes tira y afloja entre las partes.
Eliminar la Verja implicaría que las fronteras exteriores de la Unión Europea se sitúen en el puerto y el aeropuerto de Gibraltar. Los controles policiales en estos puntos, aún objeto de discusión, los efectuaría la Policía española, aunque España acepta que durante cuatro años Frontex –la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas– asista a nuestras autoridades en dichas labores, conforme al Acuerdo de Nochevieja. He aquí el quid de la cuestión.

El aeropuerto

En relación con el aeropuerto, el suelo sobre el que se levantó no está contemplado en el Tratado de Utrecht (1713) y le fue arrebatado a España por los británicos tras cedérselo para construir un hospital de campaña por una epidemia de fiebre amarilla en el siglo XIX y no reclamarlo posteriormente.
Una de las líneas rojas del Gobierno gibraltareño en las negociaciones con la UE es que «ningún agente español realizará controles de ningún tipo en el aeropuerto ni en el puerto de Gibraltar», ya que esto, en caso afirmativo, supondría abordar el tema de la soberanía, algo de lo que el Ejecutivo llanito evita hablar como cuestión de fondo. «Gibraltar no será una extensión del espacio Schengen», dijo hace poco el ministro principal del Peñón, Fabián Picardo.

Picardo, contundente

En su mensaje de año nuevo, Picardo también fue contundente al respecto, aunque sin hacer alusión directa a la presencia de la Policía española en el puerto y el aeropuerto de Gibraltar: «Nunca vamos a ceder ni un ápice de soberanía británica a cambio de derechos de acceso a la UE para personas, mercancías, vuelos, etcétera. Digo esto claramente y sin ambigüedades. Sin vuelta de hoja. Sin matices ni margen para la duda. Somos claros e inequívocos cuando se trata de soberanía, jurisdicción y control, como con todo lo demás».
Además, pese a la incertidumbre que genera esta situación de excepcionalidad que viven el Peñón y la comarca vecina del Campo de Gibraltar (Cádiz) desde hace ya dos años, el jefe del Gobierno gibraltareño huye de las prisas por la firma del tratado y busca la complicidad de sus conciudadanos en este sentido: «Me niego a creer que ustedes quieren que yo acepte un acuerdo rápido y no el acuerdo correcto si se puede conseguir».
El ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, y su homólogo británico, James Cleverly, pactaron el pasado mes de diciembre acelerar las negociaciones, pero sin plazos. Con todo, Albares advirtió de que «no podemos estar eternamente en una negociación». El Reino Unido rechazó la propuesta inicial de la Comisión Europea.
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