Vista del peñón de Gibraltar desde la Verja

El pacto supondrá el derribo de la Verja y el traslado de los controles fronterizos al puerto y el aeropuerto del PeñónNono Rico | Europa Press

'Gibrexit'

Las claves del acuerdo de Gibraltar: España permite el derribo de la Verja sin hablar de soberanía

La Unión Europea y el Reino Unido pactan la integración de la colonia británica en el espacio Schengen, cuyos controles recaerán en las autoridades españolas

La Unión Europea y el Reino Unido han alcanzado este miércoles, 11 de junio de 2025, un acuerdo que sacará a Gibraltar del limbo jurídico en el que se encuentra a causa del Brexit. La medida estrella del pacto es el derribo de la Verja, la frontera física y política que separa el Peñón de La Línea de la Concepción. Sin embargo, no se aborda la soberanía de la colonia británica.

El acuerdo contempla la integración de Gibraltar en el espacio Schengen, lo que permitirá la libre circulación de personas y mercancías entre el Peñón y La Línea, y viceversa, con el objetivo de facilitar la movilidad de los miles de trabajadores transfronterizos que cruzan a diario la Verja.

Las partes han acordado establecer controles «duales» en el puerto y el aeropuerto del Peñón tras el derribo de la frontera física. La medida implica que tanto las autoridades españolas como las gibraltareñas asumirán responsabilidades en materia de control fronterizo, si bien la aplicación de las normas Schengen quedará exclusivamente en manos de la Policía española. La propuesta inicial de que Frontex desempeñara esta función durante un periodo transitorio ha sido finalmente descartada.

Al respecto, el Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino Unido ha querido matizar que la inmigración y el orden público en Gibraltar seguirán siendo responsabilidad exclusiva de las autoridades gibraltareñas, comparando el modelo acordado con la presencia de Policía francesa en la estación londinense de Saint Pancras, de donde parten los trenes Eurostar a París.

Uno de los aspectos más discutidos ha sido el uso compartido del aeropuerto. En este terreno, el acuerdo permite que operen vuelos tanto británicos como europeos, lo que podría beneficiar a la comarca del Campo de Gibraltar. Se da la circunstancia de que el aeródromo llanito cuenta con instalaciones militares del Reino Unido, que seguirán teniendo «plena autonomía operativa», según el pacto, lo que impedirá de facto un uso compartido por igual.

Por otro lado, en lo que se refiere a impuestos, el acuerdo prevé un sistema para que exista una «convergencia fiscal» de Gibraltar con el resto de la Unión Aduanera de la UE. Esto se traduce en una aplicación de impuestos indirectos y especiales en el Peñón equivalentes a los del entorno europeo, especialmente sobre productos tan sensibles como el tabaco, el alcohol o el combustible.

Precisamente, como antesala de este acuerdo, la Comisión Europea propuso este pasado martes sacar a la colonia británica de su lista de jurisdicciones con alto riesgo de blanqueo de capitales y financiación del terrorismo. El Parlamento Europea rechazó esta propuesta el año pasado al existir «pruebas importantes y recientes que sugieren que los Emiratos Árabes Unidos, Gibraltar y Panamá carecen de esfuerzos para abordar o incluso facilitar la elusión de las sanciones impuestas a Rusia» por la guerra en Ucrania.

Una cuestión sin resolver

El ministro de Asuntos Exteriores español, José Manuel Albares, ha vendido el acuerdo como un éxito, pese a no resolver la cuestión de soberanía que ha marcado la relación hispano-británica durante décadas y los interrogantes que ahora plantea su aplicación. Se ignora así una reivindicación histórica de España, en aras de que desaparezca la Verja, «el último muro de la Europa continental», en palabras de Albares, que se pronunciaba así en rueda de prensa tras cerrase el pacto.

Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha sido informado «minuto a minuto» de las negociaciones por el ministro de Asuntos Exteriores, según el propio Albares, reaccionó al acuerdo a través de 'X'. En su mensaje sostiene que este se produce «después de tres siglos sin avances» y, ojo, «sin renunciar a las reclamaciones españolas sobre el istmo y la retrocesión de Gibraltar».

Sin embargo, el Gobierno del Reino Unido y las autoridades llanitas celebran un acuerdo que «protegerá la soberanía británica, la autonomía militar del Reino Unido y garantizará el futuro económico de Gibraltar», después de más de cuatro años de negociaciones con la Unión Europea y de un lustro de incertidumbre por el Brexit, que acabarán –quién lo diría entonces– con el derribo de la Verja. En el Peñón están de fiesta.

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