El vicepresidente y consejero de Hacienda y Presupuestos, Antoni Costa,en una sesión plenaria

El vicepresidente y consejero de Hacienda y Presupuestos, Antoni Costa,en una sesión plenariaEuropa Press

Vox rompe con Prohens y se alía con la izquierda para forzar la comparecencia del vicepresidente Costa en el Parlamento de Baleares

El partido de Abascal acusa al PP de «traición» tras el rechazo a su propuesta lingüística y amenaza con consecuencias en plena negociación sobre el techo de gasto

La fractura entre el Partido Popular y Vox en Baleares ya no se disimula. Después de que el Gobierno de Marga Prohens rechazara la iniciativa de Vox para garantizar la vehicularidad del castellano en la enseñanza y registrara una alternativa propia, el partido de Santiago Abascal ha declarado rota la confianza con sus hasta ahora socios parlamentarios. La tensión escaló este miércoles con un gesto inédito: Vox se ha unido a los grupos de izquierdas para forzar la comparecencia del vicepresidente económico, Antoni Costa, en el Parlamento balear.

Será la primera vez en esta legislatura que un miembro del ejecutivo de Marga Prohens se vea obligado a comparecer en una sesión plenaria. La petición, impulsada por el PSIB, se debatió en la Junta de Portavoces, donde Vox votó junto a socialistas, los nacionalistas de Més y Unidas Podemos, dejando solo al PP. Costa deberá explicar su política negociadora sobre el techo de gasto para 2026 y el estado de las conversaciones con los distintos grupos, un proceso que sigue encallado.

La portavoz de Vox, Manuela Cañadas, justificó el apoyo a la comparecencia asegurando que su grupo «quiere claridad» sobre las cuentas autonómicas: «Dice que está negociando, pero con nosotros no lo ha hecho. Quizás con el PSOE. Que lo explique», señaló.

En el entorno del PP balear el gesto ha caído como un jarro de agua fría. La dirección popular intenta mantener una imagen de serenidad y descarta el enfrentamiento abierto. «No hay razones de urgencia para esa comparecencia», defendieron fuentes del partido, apelando a la «discreción» de las conversaciones en curso.

Pero Vox no está dispuesto a rebajar el tono. Cañadas acusó al PP de haber «estafado» a sus votantes y tachó de «tomadura de pelo» la alternativa popular sobre el modelo lingüístico educativo. «Por decencia deberían retirarla», afirmó, dejando entrever que el voto del PP contra la propuesta de Vox «podría tener consecuencias» en el equilibrio parlamentario.

El desencuentro llega tras semanas de fricciones por el techo de gasto, la ecotasa turística y el cumplimiento de los acuerdos firmados al inicio de la legislatura. En el último pleno, Costa admitió que las únicas negociaciones abiertas eran con el PSIB y Vox —este último, supuestamente, como interlocutor prioritario—, aunque ambos partidos niegan avances desde su primer contacto. Los socialistas advierten de un «bloqueo real» si el Govern no retoma las conversaciones sobre financiación y fiscalidad.

Vox, mientras tanto, endurece su discurso. «No hemos venido a calentar un sillón», advirtió Cañadas, visiblemente molesta, acusando al PP de «tomarse la política a risa» y de impulsar únicamente sus propias medidas. Con el techo de gasto paralizado y la ley de Presupuestos en el aire, la legislatura entra en terreno inestable. Otra vez el PP de Prohens pierde a su socio de investidura y la izquierda observa la grieta dispuesta a aprovecharla.

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