La escultura 'Carasucia' frente a la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Albacete
'Carasucia' acompañará a Dámaso González y a Chicuelo II en la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Albacete
La escultura de Puente Jerez representa la bravura de un toro a tamaño real y de 580 kilos
La Feria de Albacete se viste de gala en la antesala a la apertura de la Puerta de Hierros, que propiciará la puesta en marcha del Recinto Ferial y por supuesto, su histórica Feria taurina. Desde el 8 de septiembre y hasta el día 17, los mejores matadores de España se dan cita en un cartel de lujo, con el deseo de atravesar la Puerta Grande a la caída de la noche.
El triunfo estará custodiado por tres figuras que hablan por sí solas. Las estatuas de Dámaso González y de Chicuelo II bendicen un coso marcado en rojo en el calendario de la temporada taurina. Las dos grandes figuras del toreo albaceteño, con respeto a Pedrés, que protagoniza el cartel de este año y los orígenes conquenses del segundo Chicuelo, ‘La Chata’ estará guardada esta Feria, por la imponente figura de ‘Carasucia’.
La estatua de bronce ha sido realizada por el artista Puente Jerez y muestra la pureza en la presencia del toro bravo, con tamaño real y un peso de 580 kilos. En la inauguración, el alcalde Manuel Serrano, desarrollaba que la llegada de ‘Carasucia’ para la Feria «supone un reconocimiento a la tauromaquia como parte indiscutible de la cultura de Albacete».
Con la presencia de la impresionante escultura del astado, se rinde homenaje a la figura del toro, protagonista incontestable de la Fiesta Nacional y a su vez, se rinde culto a la tradición taurina de la ciudad, como bien comentaba, de nuevo, Manuel Serrano: «inauguramos un nuevo espacio de encuentro con nuestra historia, con nuestras raíces y con nuestra pasión por la Fiesta, y este es un homenaje a todos los que han hecho grande la tauromaquia en Albacete y a todos los que creen en ella como expresión artística, cultural y popular».
La creación de ‘Carasucia’ a manos de Puente Jerez
El escultor 'Puente Jerez' en los trabajos finales de su obra 'Carasucia'
El arte heredado de su padre, el pintor Pepe Puente, sigue proyectándose en la obra de un Puente Jerez que se erige como una de las grandes referencias del arte taurino en su versión escultórica. Diversas obras abalan su trayectoria, pero la belleza y realeza palpable en ‘Carasucia’, se eleva por encima del resto.
El astado de bronce ya presidió Las Ventas en 2022 y esta Feria, contará con el sumo privilegio de ver adornada su entrada con la pieza reiteradamente aclamada. Un nuevo reclamo para que los espectadores del festejo admiren la belleza a la que es capaz de viajar la creación artística de la mano del toro.
El autor huye de los contornos digitales cada vez más presentes en la disciplina y dota a su escultura de alma, gracias a su base de barro modelada con cera perdida, para culminarla con el exquisito bañado de bronce. Un homenaje al toro bravo, definido deliciosamente por Paco Aguado: «¿Cómo es el toro de los sueños? Como lo esculpe Puente Jerez, escultor taurino pero buen aficionado. Por eso la hechura de sus toros refleja su intuida bravura; su movimiento, su casta; y su agresividad, el trapío eterno del toro de lidia. Son los toros de Puente Jerez, los toros soñados».
Dámaso González y Chicuelo II
Estatuas de Dámaso González y Chicuelo II
La figura del torero muchas veces opaca al gran protagonista, el toro, pero con la llegada de ‘Carasucia’, Chicuelo II y Dámaso González reciben el homenaje completo que merecen. Una pieza a la altura de la carrera de dos de los maestros más grandes, que desde hace años guardan las puertas de ‘La Chata’.
Un tremendo honor que rinde culto a la tradición de una feria de importancia y que hace resonar el nombre de dos figuras históricas con un legado que pervive. La obra dedicada a Chicuelo II representa al nacido en Iniesta dando un pase templado de muleta. El autor fue Fernando Colominas y se realizó un año después del fatal accidente aéreo que se llevó por delante la vida del diestro en Jamaica (1961).
El gran torero por antonomasia, nacido en Albacete, es sin duda Dámaso González. Un matador de los que creó afición y que llevó el nombre de Albacete por las grandes plazas del mundo. El gran continuador del toreo local, tras el pionero Mancheguito de finales del siglo XIX y principios del XX, levantó pasiones a lo largo de una extensa trayectoria.
Su estatua a base de bronce, se inauguró en 2015 por obra del escultor Pedro Requejo y brinda al torero fallecido en 2017, un reconocimiento inmortal. La pose elegida no podía ser otra que su mítico péndulo, un pase que se alza eterno en la estatua que guarda la Puerta Grande de la Plaza de Toros de Albacete y que bien vale por un quite a 'Carasucia'.