Detalle de la tarjeta distribuida por la Federación de Casales de Jóvenes
Cataluña
Una asociación juvenil subvencionada por la Generalitat reparte tarjetas para enseñar a cortar droga
La entidad dice que es una campaña destinada a consumidores de drogas para «reducir riesgos»
El presidente del Colegio de Médicos considera el material «una mierda» y un «despropósito»
La T-Drogas simula ser una tarjeta de transporte público, como la T-Mobilitat. Y en su reverso, se ofrecen consejos para «reducir riesgos» en el consumo de sustancias, que, en este caso, se esnifan. De Ahí que se den recomendaciones como: «pica bien lo que vayas a tomar para una experiencia más segura», «cambia de fosa nasal de vez en cuando, no utilices siempre la misma»; «límpiate con agua tibia o suero la nariz después de cada viaje» o «los rulos son de uso unipersonal e intransferible».
Forma parte de una campaña que se impulsa desde la Federación de Casales de Jóvenes de Cataluña, y que cuenta con el asesoramiento de Energy Control. Es más, junto con esta tarjeta se da también un «rulo» de un solo uso para evitar la transmisión de enfermedades, y un suero nasal. Desde la entidad dicen que el objetivo no es otro que reducir los riesgos de las personas que consumen, pero la polémica está servida.
Y es que son muchas las críticas que ha recibido la campaña. Para empezar, del presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, Jaume Padrós, que decía sentirse «estupefacto» y se preguntaba si «esta mierda de material» era auténtica o se trataba de una «preinocentada». Padrós precisaba posteriormente que siempre había defendido las políticas de reducción de daños, pero en este caso, añadía, «no sé ver que esto sea un programa de reducción de daños. Quizás la intención sea buena, pero el material me parece un despropósito».
En la misma línea se pronunciaba el doctor Antoni Trilla, epidemiólogo del Hospital Clínico de Barcelona: «campañas poco afortunadas como esta ponen de manifiesto un déficit notable de sensatez y rigor para prevenir problemas de salud tan graves como los derivados del consumo de drogas».
Una campaña que también han criticado familiares de personas que están siguiendo tratamientos para desengancharse de las drogas: «a los desgraciados y a las desgraciadas que han hecho esta barbaridad/aberración les invito a que vengan a una de las sesiones de terapia a las que mi mujer acude 2 días a la semana para superar su adicción a la droga. Las adiciones destrozan a quienes la sufre y a todo el entorno», aseguraba David.
Y también el periodista de TV3 Joan Ramon Vallvé confesaba que llevan 18 meses luchando contra la edición de uno de sus hijos y esa tarjeta «es un incentivo porque normaliza el consumo de drogas. Los efectos sociales de esta ola de consumo de cannabis y marihuana desde los 12 o 13 años le pagaremos muy caro», añadía. Y aseguraba que lo que hacen falta son «campañas educativas preventivas y no campañas colaborativas».
La Federación de Casales de Jóvenes de Cataluña cuenta con 33 casales juveniles en toda Cataluña. Y forma parte del Consell Nacional de Joventut. Recibe aportaciones de la Generalitat a través de subvenciones. En concreto, este año ha recibido 220.000 euros, según explicaba la diputada de Vox en el Parlament, María Elisa García Fuster, dinero de «tus impuestos», añadía, «dedicados a que la Federación de Casals Catalana enseñe a drogarse a tus hijos. No existe droga saludable». Aunque eso sí, desde la entidad niegan que el Govern tenga nada que ver con esta campaña.
Y desde Junts, Jordi Martí Galbis, que es concejal en el Ayuntamiento de Barcelona, lo consideraba un hecho de «una gravedad extrema que exige una rectificación y dimisión o cese del responsable político que lo ha permitido. «La droga es el enemigo número 1 de nuestra sociedad y ya basta con frivolizar su consumo», zanjaba.
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