MADRID, 29/04/2025.-El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace una declaración ante los medios este martes en el Palacio de la Moncloa. EFE/ Javier Lizón

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una imagen de archivoEFE

El laberinto catalán

La resolución de la OPA al Sabadell, nuevo obstáculo entre Sánchez y sus socios independentistas

Junts y ERC, siempre enfrentadas, coinciden en oponerse a la OPA y exigen al Gobierno que la frustre

Junts y el PSOE se citaron el pasado lunes en Ginebra, como todos los meses, con mediador salvador por medio, para que los de Carles Puigdemont repitieran, una vez más, sus quejas por el retraso de la aplicación de la amnistía, por la no consecución de la oficialidad del catalán en Europa y para amenazar, como siempre, con una ruptura próxima si no se sustancia lo prometido.

La reunión había sido precedida, tres días antes, por una visita a Puigdemont en Bruselas del presidente de la patronal catalana Pimec, Antoni Cañete. Sobre la mesa estaba la representatividad de Pimec en los órganos de representación del diálogo social, la reducción de jornada laboral y la OPA del BBVA al Sabadell. Es muy difícil que los temas abordados por Puigdemont y Cañete luego no fueran tratados por socialistas y neoconvergentes en Suiza.

La resolución de la CNMC, con un bajo nivel de requisitos para que la OPA avance, cayó como un jarrón de agua fría entre las élites económicas, políticas y sindicales catalanas. En un círculo de poder tan fragmentado, bizantino y enfrentado como es el cerrado núcleo de poder catalán pocos temas, o ninguno, generan tanto consenso en contra como la OPA del BBVA al Sabadell.

Las guerras, discrepancias y vetos cruzados entre sindicatos -UGT y CC.OO-, patronales -Foment y Pimec-, partidos sistémicos -PSC, Junts, ERC, Comunes y CUP- e instituciones -Cercle d’Economia, Cambra, Fem Cat- desaparecen cuando se trata de la OPA. Todos se oponen y la campaña activa en contra es intensa y constante.

Edificio del Banco Sabadell.

Edificio del Banco Sabadell.EP

Pocas veces coinciden Ernest Urtasun, ministro de Cultura y líder de facto de los Comunes desde la retirada temporal de Ada Colau, con Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment (CEOE). También es difícil ver que Junts y Yolanda Díaz compartan criterio en algo, pero en esto caso es así.

Las élites de poder catalanas han logrado éxitos en los últimos meses, como el regreso de Fundación La Caixa o Cementos Molins y no quieren ni oír hablar de la absorción del Sabadell. Más ahora, cuando hace poco más de un mes la entidad presidida por Josep Oliu devolvió su sede a la capital vallesana, donde nació de la mano de fabricantes textiles.

Díaz y Junts

La vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, sobreactúa con el tema del Sabadell llegando a declarar que «la OPA supone una derrota de la democracia económica». Más allá de las habituales declaraciones de la ministra de Trabajo, casi siempre ininteligibles y vacías, en este caso tienen un motivo: Díaz busca con su apoyo al Sabadell lograr que Junts vote a favor de la reducción de jornada laboral que el Consejo de Ministros aprobará el próximo martes.

Díaz ya se enfrentó a Junts cuando se aprobó la reforma laboral por 175 votos a 174, debido al error de un diputado del PP. En aquel momento Díaz intento influir en Junts por todos los medios y fracasó. Ahora no quiere que los de Puigdemont vuelvan a ser el muro en el que se estampe su reforma y está dispuesta a jugar la carta de la OPA a fondo.

Las poco concurridas manifestaciones del 1 de mayo fueron el lugar elegido para que ERC también manifestara su oposición a la OPA y por una vez, y de forma excepcional, coincidiera con Junts. Oriol Junqueras ha señalado al Gobierno como responsable directo «en el caso de que la OPA salga adelante». Esa afirmación en boca de líder de ERC, socio imprescindible aritméticamente de Sánchez y de Illa puede ser interpretado como una amenaza para el gobierno.

Mientras, el PSC nada y guarda la ropa. Lluïsa Moret, vicesecretaria general del PSC, en la misma manifestación a la que acudió Junqueras dijo: «A partir de la decisión que tome el Gobierno español iremos marcando nuestra posición», en referencia al PSC.

El Gobierno tiene ahora 45 días para tomar postura. La OPA y la reducción de jornada, donde las patronales y Junts tienen una marcada posición en contra, son dos temas que embarran su relación con sus socios independentistas.

Sánchez, acostumbrado a salvarse sobre el pitido final, con giros de guion inverosímiles y promesas que luego no suelen cumplirse tiene un nuevo reto ante sí, pero ya sabemos que el presidente es experto en soplar y sorber a la vez.

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