Fundado en 1910
Yolanda Díaz, durante la clausura de la Asamblea Estatal de Sumar.

Yolanda Díaz, durante la clausura de la Asamblea Estatal de Sumar.EP

El Gobierno aplaza la aprobación de la reducción de jornada, que pende de un hilo por el rechazo de Junts

Yolanda Díaz saca adelante su texto estrella de cara al Día Internacional del Trabajo, pero su aprobación podría estancarse en el trámite parlamentario

El Consejo de Ministros finalmente va a aplazar a la semana que viene la aprobación del proyecto de ley para la reducción de jornada laboral, un texto que pende de un hilo al no contar con los apoyos suficientes en el Congreso. Junts y, en menor medida, PNV no parecen muy interesados en dar luz verde al que podría ser el gran fracaso de Yolanda Díaz.

A la ministra de Trabajo le han traicionado las prisas. Su intención era que la jornada laboral de 37,5 horas semanales sin merma salarial hubiera entrado en vigor el 1 de enero de 2025, pero el rechazo de la patronal y la intransigencia de la Secretaría de Estado acabaron por bloquear cualquier acercamiento. Posteriormente, aseguró que entraría en vigor el 31 de diciembre de 2025.

Por ello, Díaz acabó recurriendo a su aprobación «a la búlgara» y por la vía de urgencia, decisión que fue criticada por el Consejo Económico y Social (CES) que, en su informe sobre el Anteproyecto, reconoció no compartir la premura dado que «aborda una serie de cuestiones de gran complejidad e importancia desde un punto de vista socioeconómico y laboral que requieren un debate sosegado y en profundidad en su seno».

«Habría sido deseable que la tramitación del presente Anteproyecto, antes de su llegada a las Cortes, se hubiera enviado al CES con el plazo ordinario, lo que habría permitido contar con un plazo más amplio y suficiente para abordar su contenido, sin menoscabo o limitación de su función consultiva», apuntaba la institución que preside Antón Costas.

Pero esta vía de urgencia no garantiza su rápida aprobación, como demuestra el estancamiento de un año que sufrió la ley de vivienda. De hecho, la reforma laboral cuenta con el rechazo explícito de Junts. Tampoco está claro el apoyo de PNV, que ha señalado que la medida no le afecta al estar los convenios vascos por debajo de las 37,5 horas.

Con el Día Internacional del Trabajo a la vuelta de la esquina, Díaz busca ofrecer a los sindicatos un gesto concreto que refuerce su compromiso con los derechos laborales. CCOO y UGT han organizado varios actos para este Primero de Mayo y han adelantado que la reducción de la jornada laboral es una de sus líneas rojas.

Hacer «naufragar» la reforma

Por su parte, la patronal ha manifestado su oposición frontal. El presidente de Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, ha anunciado que harán todo lo posible por influir en los grupos parlamentarios para frenar la reforma. «Nosotros no tenemos votos, no tenemos grupo parlamentario en el Congreso, pero sí que vamos a poner todo lo que esté de nuestro lado para intentar convencer a estos grupos de la oposición para que no puedan apoyar un proyecto legislativo de esta envergadura», ha comentado.

A día de hoy, la aprobación del proyecto parece incierta. Durante el último año, los principales representantes del empresariado catalán han retomado el contacto con el líder de Junts, Carles Puigdemont, dejando atrás viejas fricciones políticas provocadas por el procés. En este contexto, si Díaz quiere sacar adelante su medida estrella antes de fin de año, tendrá que negociar con los secesionistas lo que no quiso pactar con la patronal.

comentarios
tracking