El conseller de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, durante la firma del 'Pacte Nacional per la Llengua'
Cataluña
El ‘consejero del catalán’ de Illa prevé nuevas multas para médicos y profesores por usar el español
El artífice del ‘Pacte Nacional per la Llengua’ señala que, para sobrevivir en el siglo XXI, una lengua necesita «un Estado propio o propicio»
El conseller de Política Lingüística de la Generalitat de Cataluña, Francesc Xavier Vila, ha sido el encargado de articular el Pacte Nacional per la Llengua firmado este martes por el PSC, ERC, los Comunes y un reguero de entidades como Òmnium Cultural o Plataforma per la Llengua. El plan prevé movilizar 255 millones de euros el primer año y sumar 600.000 nuevos hablantes de catalán de cara a 2030.
Esta es la zanahoria, pero el plan también lleva consigo el palo: en una entrevista concedida este miércoles a Catalunya Ràdio para explicar el documento, Vila –que viene del gobierno de Pere Aragonès y se sitúa en la órbita de ERC, impulsores de este «pacto nacional»– ha confirmado que prevé seguir aplicando sanciones para los profesionales que no utilicen el catalán en sectores como la sanidad o la educación.
Preguntado por una de las tertulianas sobre el tema, Vila ha señalado la necesidad de «intervenir en los grados [universitarios] lingüísticamente estratégicos» como Medicina, ya que ha lamentado que muchos de los estudiantes de esta carrera en las universidades catalanas vienen del resto de España y regresan a su tierra de origen una vez titulados.
También ha adelantado una «intensificación de la formación» en catalán para los médicos y ha recordado que en el marco normativo actual lo que tiene que hacer un profesional sanitario que no domine la lengua si se dirige a un paciente que le habla en catalán es traspasar el caso a otro profesional, «sin dilación». «Esto no siempre pasa como tocaría, y es aquí donde se puede trabajar en el ámbito de las sanciones», ha concluido Vila.
El catalán en los colegios
La misma tertuliana también ha preguntado al conseller sobre la inminente sentencia del Tribunal Constitucional sobre el 25% de castellano en las aulas. Vila ha evitado en esta ocasión trasladar que no acatarán la sentencia judicial en caso de que sea adversa, aunque ya lo dejó caer en otras circunstancias, como cuando en marzo dijo que el Govern «trabajará para responder a cualquier eventualidad» en este ámbito.
Este miércoles, sin embargo, el conseller ha señalado que la ley catalana que elimina el requisito del 25% de español en favor de una inmersión total en catalán –esta es la norma sobre la cual el TC debe pronunciarse en breve– es la permitirá sancionar a los profesores que usen el castellano. Ante la insistencia de la periodista en saber si el gobierno catalán impondrá multas o abrirá expedientes, Vila ha zanjado: «La legislación bajo escrutinio judicial es la que permite actuar sobre esto».
Además, Vila también ha exhibido pedigrí independentista al señalar que «para que el catalán o cualquier otra lengua sobreviva en el siglo XXI ha de tener un Estado propio o un Estado propicio», ha dicho, poniendo a Portugal como ejemplo de lo primero y a Suiza, de lo segundo.
Junts, la CUP o el PP
Vila también ha defendido que el Pacte Nacional per la Llengua recoge las aportaciones de todos los grupos que lo habían impulsado, también, «de Junts y la CUP», que «se han retirado a última hora». Así lo ha dicho en una entrevista de este miércoles en el diario Ara.
Tal y como adelantó Carles Puigdemont el lunes, los posconvergentes se han desmarcado porque creen que el pacto es precipitado, al no esperar a la sentencia del TC o a la oficialización del catalán en Europa. Para Vila, «estos temas quedan fuera de nuestra posibilidad de resolución», según ha dicho en La Vanguardia.
Preguntado por si habían negociado el texto con el PP, ha manifestado que el Govern ha intentado hablar muchas veces con ellos, pero que los populares no han encontrado el momento de hablar: «En las diferentes comparecencias han sido muy beligerantes contra cualquier política de fomento de la lengua. Por tanto, las posibilidades de llegar a aproximaciones parecen limitadas».