Un autobús en Barcelona, en una imagen de archivo
Un conductor de autobús agredido salvajemente en Manresa
Un trabajador permanece de baja tras ser golpeado sin motivo aparente por un pasajero de mediana edad en pleno servicio
La tranquilidad de una tarde cualquiera en Manresa se rompió cuando la brutalidad irrumpió en una parada de autobús. Un conductor del servicio urbano permanece actualmente en casa, recuperándose de las heridas tras un ataque que nadie vio venir. Todo sucedió el 27 de septiembre, cerca de las tres de la tarde, en la parada de Ginjoler del carrer de Barcelona, tal como recoge Elcaso.cat.
El vehículo de la línea 8 circulaba con normalidad cuando, en esa parada concreta, comenzó el infierno para el trabajador. Entre los ciudadanos que aguardaban el transporte había un hombre rondando el medio siglo de vida que, repentinamente, empezó a soltar improperios contra el conductor. Sin advertencia previa ni discusión que lo justificara, la situación derivó en algo mucho peor: el individuo metió el brazo tras la mampara de vidrio diseñada precisamente para proteger al trabajador, y comenzó a propinarle golpes.
Aunque el conductor intentó resistirse y defenderse, terminó con lesiones que obligaron su traslado urgente al hospital. Allí, los médicos certificaron daños suficientes para dictaminarle la incapacidad temporal. El sindicato CCOO, desde el comité de empresa de Manresa Bus, ha denunciado públicamente lo ocurrido, subrayando que otros usuarios esperaban también en esa parada y fueron testigos de cómo el atacante arremetió verbalmente sin ninguna provocación previa.
Tras subir al autobús, el agresor mantuvo su actitud hostil hasta que la violencia verbal mutó en física. Fue entonces cuando un pasajero anónimo demostró un coraje poco común: se levantó, separó al atacante del conductor y lo contuvo en la zona trasera del vehículo, evitando así que continuara el asalto. El agresor abandonó finalmente el autobús en la parada de Bonavista-Vilomara, sobre la carretera del Pont de Vilomara, desapareciendo en ese punto.
La Policia Local, según ha trascendido, investiga ahora el caso con un doble objetivo: reconstruir exactamente qué motivó semejante explosión de ira y, fundamentalmente, dar con el paradero del responsable para que responda ante la justicia.
Lo más inquietante del episodio es que forma parte de una tendencia creciente. Apenas un mes antes, en agosto, otro conductor de esa misma línea 8 sufrió un puñetazo de un pasajero al que había pedido que validara su billete. Aquella agresión nocturna, ocurrida en la estación del polígono dels Trullols alrededor de las diez de la noche, también sigue siendo investigada por las autoridades municipales. Dos ataques contra trabajadores del transporte público en menos de treinta días trazan un panorama alarmante sobre la seguridad laboral en las calles de la capital del Bages.