La exalcaldesa de Barcelona Ada Colau, este miércoles en TV3

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Barcelona

Doble moral en los Comunes: un regidor escogido por Colau invierte en un banco que financia la guerra de Gaza

Guillermo López, en el punto de mira por invertir en una entidad vinculada a la industria armamentística israelí

La ética de los Comunes –la marca de Sumar en Cataluña– resulta, en ocasiones, de doble dirección. Recientemente, la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau se embarcó en la Global Sumud Florilla para, presuntamente, entregar ayuda humanitaria y romper el bloqueo en Gaza, amén de visibilizar el sufrimiento de la población ante la comunidad internacional.

Sin embargo, uno de los fichajes estrella de Colau, Guillermo López –que sustituirá a Janet Sanz como regidor en el Ayuntamiento de Barcelona– difiere del planteamiento anterior.

En concreto, según recoge Crónica Global, López mantiene una inversión personal superior a los 21.450 euros en una entidad bancaria con probados vínculos financieros con proyectos y empresas que sustentan la infraestructura militar y económica relacionada directamente con la ocupación y la intensificación de la ofensiva en Gaza.

Esta cantidad de dinero se encuentra depositada en un fondo de inversión que, paradójicamente, era promocionado por el político como una «opción de responsabilidad social corporativa» por su entidad bancaria privada. El rastro del dinero, sin embargo, es inclemente.

El fondo en cuestión, gestionado por la multinacional financiera Global Equity Bank (GEB), incluye entre sus activos una participación significativa en empresas de armamento y, crucialmente, en bancos israelíes que financian de forma directa la construcción de asentamientos en territorio palestino ocupado y el desarrollo de infraestructuras críticas para el ejército.

Janet Sanz, junto al concejal Guille López, en una imagen de archivo

Janet Sanz, junto al concejal Guille López, en una imagen de archivoBarcelona en Comú

La inversión personal del político de Barcelona en Comú, en el GEB, no es un simple ahorro. Es una decisión activa de situar capital en un entramado financiero que ha sido señalado repetidamente por organizaciones no gubernamentales internacionales, como Human Rights Watch y el Observatorio de la Inversión Ética de Cataluña, por su papel en el sostenimiento del conflicto.

Los informes detallan que el GEB participa en la emisión de bonos para la expansión de la red de carreteras que conectan los asentamientos con Israel, una pieza clave en la estrategia de fragmentación territorial que aísla a la población palestina. De igual manera, el banco figura como inversor en varias empresas de tecnología de vigilancia y seguridad que operan en la Franja de Gaza.

Coherencia ética

El político, en numerosas intervenciones públicas desde la tribuna del consistorio, ha exigido «coherencia ética» a todas las instituciones. «No podemos», afirmó con vehemencia hace apenas seis meses, «permitir que el dinero público, ni el dinero que gestionamos como representantes de la ciudadanía, se manche con el beneficio de la guerra y el atropello de los derechos humanos». Hoy, esa frase resuena como un eco hueco ante la evidencia de su propia cuenta bancaria.

El impacto de esta revelación en el seno de los Comunes choca, no solo por la cuantía de la inversión, que supera el salario medio anual de un barcelonés, sino por la flagrante contradicción que establece con el ideario político que el partido ha enarbolado durante la última década.

Desde el Ayuntamiento de Barcelona, los Comunes han sido pioneros en la aprobación de mociones de condena a los ataques israelíes, ha promovido campañas de desinversión institucional y han sido un baluarte en el apoyo a la campaña BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones).

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