Tráfico de entrada a Barcelona por la Meridiana, en una imagen de archivo
Barcelona
Tráfico infernal en Barcelona: cada habitante pierde más de una semana laboral al año por culpa de los atascos
El informe anual de Inrix confirma que la situación se ha cronificado
Cualquier persona que haya intentado atravesar Barcelona en hora punta sabe que el tráfico en la capital catalana es particularmente frustrante. Se trata de una percepción individual recurrente que, no obstante, se ve refrendada por los datos a nivel macro. Así se desprende del informe 2025 Global Traffic Scorecard, elaborado por la empresa tecnológica especializada en movilidad Inrix.
Según este estudio, que analiza y compara el tráfico en las áreas urbanas más congestionadas del mundo, cada habitante de Barcelona pierde, de media, 41 horas al año atrapado en el tráfico. No se trata de una cifra insignificante –traducido, supone que más de una semana laboral se pierde esperando al volante–, ni momentánea: es la misma que Inrix recogía el año pasado y un 5 % superior al dato de 2023.
El informe de Inrix sitúa a Barcelona en el puesto 123º de todo el mundo en relación con esta variable. No es, no obstante, la ciudad más congestionada de España: la supera Madrid, con 50 horas anuales perdidas por habitante, que se sitúa en el puesto 59 global. La medalla de bronce nacional es para Alcalá de Henares –38 horas–, y las siguientes ciudades catalanas con peor resultado son Mataró y Gerona, empatadas en 27 horas.
Las Rondas
Dos de las vías en las que más se sufre este problema en Barcelona son la Ronda Litoral (B-10) y la Ronda de Dalt (B-20), que casi cada mañana y cada tarde se colapsan durante las horas punta de entrada y salida del trabajo. Hace un mes, el director del Servicio Catalán de Tráfico (SCT), Ramon Lamiel, anunciaba en una entrevista en Betevé que están preparando un «estudio global» sobre estas dos arterias para «mejorar el tráfico».
En la entrevista, Lamiel reconocía la «saturación» y planteaba algunos cambios, como dosificar el acceso en las horas críticas, o revisar si hay entradas y salidas demasiado cercanas entre sí. Mientras, el Ayuntamiento de Barcelona y el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) han impulsado ya algunas pequeñas actuaciones, como la construcción de dos nuevos apartaderos para retirar con más agilidad vehículos accidentados.
Tráfico en el área metropolitana de Barcelona
Con todo, en declaraciones a El Periódico, fuentes municipales señalan que la solución sería reducir el número de coches que entran y salen de la ciudad: el objetivo que se marcan es que 250.000 trayectos en los próximos años pasen del coche al transporte público.
Lo fían a las inversiones previstas en infraestructuras, pero lo cierto es que, a día de hoy, todo queda sobre el papel, y para muchos ciudadanos que viven fuera de Barcelona, pero trabajan en la ciudad –o viceversa– el coche sigue siendo la única opción viable.