Jueves Santo en la Catedral de Barcelona

Jueves Santo en la Catedral de BarcelonaDr. Guillermo Simón-Castellví

Historias de Barcelona

Rezando en el monte Táber: en el corazón de Barcelona siempre ha habido un templo

Del templo romano a la actual Catedral, la cima del monte Táber ha sido siempre un lugar de culto para los barceloneses

El actual Barrio Gótico de Barcelona se encuentra construido sobre la antigua ciudad romana y medieval. Barcino –así se conocía en su origen– se construyó encima de un monte, conocido como Táber. A través de él conoceremos historias y tradiciones que se han perpetuado a lo largo de los siglos.

Dominaba la Barcino romana, en la vertiente del Táber, un templo dedicado a una deidad marítima, cuyo pavimento de mosaico ostentaba figuras de tritones, sirenas y delfines. Este pavimento se conservó hasta el 1869 en la iglesia de San Miguel, año en que fue derribada y todo desapareció.

Este templo romano estaba rodeado de árboles que se extendían por la parte opuesta, entre los cuales se encaramaban las habitaciones, que terminaban en una puerta flanqueada por dos robustas torres. Estas aún pueden verse actualmente en la plaza de la Catedral, al comienzo de la calle del Bisbe.

La catedral románica

La catedral ocupa, pues, un lugar cercano al antiguo templo romano. Barcelona sufrió ataques por parte de los moros en los años 985 y 993. Aunque la catedral quedó en pie, sufrió bastante, lo cual, unido a la larga fecha que contaba el edificio determinó a Ramón Berenguer I el Viejo y a su primera esposa, Isabel, a derribarla en 1043, y a edificar otra, si bien no en el mismo lugar, pues se cree que la catedral romana estuvo edificada en la actual plaza de la Catedral, sobre las llamadas Escales de la Seu.

Placa que señala actualmente el punto más alto del monte Táber, en el barrio gótico de Barcelona.

Placa que señala actualmente el punto más alto del monte Táber, en el barrio gótico de Barcelona.Wikimedia

Se edificó la catedral bizantina o románica, de la cual no quedan restos. Se concluyó el 18 de noviembre de 1058. La consagró el obispo Gilberto y asistieron a tan solemne fiesta los arzobispos Vifredo de Carbona y Ramballo de Arlés, y los obispos Guillermo de Urgel, Guillermo de Vic, Berenguer de Gerona, Arnaldo de Elna y Paterno de Tortosa.

Presidió como metropolitano el arzobispo de Carbona, por no haber entonces silla en Tarragona, que estaba en poder de los moros. Cuando se consagró el templo, el conde de Barcelona estaba casado en segundas nupcias con Almodis de Carcasona. Hoy están sepultados ambos en sendas cajas o ataúdes cubiertos de terciopelo carmesí que se ven entre la puerta del claustro y la sacristía. El nuevo templo de la Cruz del Monte Táber fue bendecido y consagrado con el nombre de Santa Cruz y de Santa Eulalia.

  1. Ramón Berenguer II y su esposa Mahalta de Pulla y Mesina regalaron a la Seo de Barcelona una lámina de oro fino primorosamente labrada para el tapiz del altar de la Santa Cruz que costó 2000 marcos de oro, a razón de una onza cada siete marcos. Como no bastaran aún para completar la obra, pidieron prestados al obispo y al cabildo 1000 marcos más de oro, empeñando para ello los patrimonios que tenían en las parroquias de Sant Just Desvern y Santa Cruz de Olorda. Se cree que esta lámina sería el retablo entero del románico templo de Santa Cruz y Santa Eulalia, que en ella se representaría la cruz del Monte Táber, y que es la misma que hoy vemos encima del sagrario.

La actual catedral

Barcelona, creciendo en comercio, poderío y grandeza, halló aquella iglesia insuficiente para la Corte. Jaime II concibió la idea de derribar el templo bizantino y en su lugar construir otro de estilo ojival. Derribado el templo de los condes, se puso la primera piedra del actual, por el mismo Jaime II, el 1 de mayo de 1298, levantándose gracias a los esfuerzos del prelado, el cabildo y el pueblo, que se unieron al piadoso monarca, uno de los más bellos templos que existen en el orbe católico, donde todo con vida a la meditación y a elevar el corazón a Dios.

Sus estriadas columnas, su esbelta bóveda y sus bellísimas ojivas de pintados cristales llenos de santos, de figuras misteriosas, como todo lo de la Edad Media, tan poética y tan cristiana, luchando entre la barbarie pasada y la civilización venidera. Continuaron la obra Alfonso III de Aragón y el obispo de Barcelona, Bernardo Peregrí.

En 1376, el Consejo de Jurados de Barcelona regaló para su conclusión la cantidad de 100 libras; en 1378, otras 100; el 31 de mayo de 1379, otras 100, y 300 más el 7 de mayo de 1382. Se concluyó la catedral el año 1426, por la parte interior, incluso el claustro, durante el obispado de Francisco Climent Sapera, después arzobispo de Zaragoza, patriarca de Jerusalén y a la vez administrador del obispado de Barcelona, por concesión especial de su santidad Martín.

Actual fachada de la Catedral de Barcelona

Actual fachada de la Catedral de BarcelonaBruno Joseph / Pexels

Este venerable prelado murió en 1430. Su cadáver descansa en uno de los sepulcros góticos de la catedral. El resto de lo que hay hasta ahora construido se terminó en el año 1451. Entre 1896 a 1898, gracias a la generosidad de Manuel Girona, se construyeron las dos torres de cimborrios laterales a la fachada y en 1913, el cimborrio central.

Dos altares o dos retablos mayores han tenido en la catedral actual la Santa Cruz del monte Táber. Desconocemos cuándo se construyó el primero, pero sí que acabó de recomponerse en marzo de 1337, y que fue sustituido por el actual, que empezó a construirse el 25 de agosto de 1595 y se concluyó el 3 de mayo de 1596. Siendo consagrado el 5 de septiembre de 1599.

Cuando se quitó el retablo antiguo para colocar en su lugar el actual, se encontró en sus cimientos una lápida de mármol que se dejó intacta. En ella había una inscripción en caracteres antiguos que revelaba que allí debajo se guardaban las reliquias de gran veneración, procedentes de los primitivos altares de las otras catedrales. Sobre este tesoro de reliquias descansa el retablo actual.

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