El periodista y escritor Sergio Vila-Sanjuán, en el tejado de la Catedral de Barcelona

El periodista y escritor Sergio Vila-Sanjuán, en el tejado de la Catedral de BarcelonaG. Altarriba

Cultura

La novela de misterio que explora el dilema del Barrio Gótico de Barcelona: «Es una fantasía medievalizante»

El periodista Sergio Vila-Sanjuán explora los contrastes de la Ciutat Vella, de los clubs de la élite a los comedores para indigentes

El periodista Sergio Vila-Sanjuán recorre el Barrio Gótico de Barcelona con las hechuras de quien se sabe en casa. Y, como quien camina por su casa, sabe por qué cada cosa está en cada lugar. «Esta fuente parece que lleve aquí desde la época del Quijote, ¿verdad? Pues la construyó el escultor Ros de Ramis en 1963», dice, señalando ufano la fuente de la plaza de San Felipe Neri ante un auditorio de colegas periodistas que le siguen por las callejuelas de Ciutat Vella.

El motivo de esta suerte de free-tour que protagoniza Vila-Sanjuán —veterano reportero cultural, coordinador del suplemento Cultura/s de La Vanguardia y autor de varios ensayos y novelas— no es otro que presentar a los medios Misterio en el Barrio Gótico, la obra galardonada con el Premio de Novela Fernando Lara que concede Editorial Planeta y que acaba de llegar a las librerías.

La novela combina el thriller y la divulgación: con la excusa del macabro hallazgo de un cadáver en unas obras y la súbita aparición de unas amenazantes cartas anónimas, Vila-Sanjuán teje una trama que explora las contradicciones del Barrio Gótico. Entre ellas, las de clase: el protagonista de la novela, un trasunto del autor bautizado como Víctor Balmoral y recuperado de una obra previa, tan pronto se sienta en la pecera del exclusivo Cercle del Liceu como se adentra en un comedor social para indigentes llevado por monjas.

El dilema del Barrio Gótico

Sin embargo, la cuestión fundamental del libro es el debate sobre la propia existencia del Barrio Gótico, un espacio donde conviven lo real y lo fake, lo auténticamente medieval y la «fantasía medievalizante», en palabras de Vila-Sanjuán. Un barrio que a principios del siglo XX sufrió un intenso proceso de rehabilitación, remodelación y reinvención, con un Puente del Obispo —por ejemplo— inventado de cero y con agujas de un estilo del gótico totalmente ajeno a Barcelona, pero que hoy en día es una de las estampas más fotografiadas por los turistas.

«¿Valió la pena? ¿Es una manipulación del pasado?», se pregunta Vila-Sanjuán, que destaca que hasta ahora el barrio más famoso de Barcelona no había tenido una novela que lo abordase como entidad propia. Desde el tejado de la Catedral vuelve a aparecer la dicotomía: «Esas dos torres —señala— son auténticamente góticas, pero los pináculos y toda la fachada se construyó a principios del siglo XX, pagadas por el banquero Manuel Girona».

Suma y sigue. Casas renacentistas desmontadas durante la construcción de la Vía Laietana y vueltas a montar en la citada plaza de San Felipe Neri, piedra a piedra. Un palacio —el de Requesens— con una mitad medieval y otra mitad reconstruida pensando en qué quedaría más estético. Un grupo de prohombres barceloneses que decidieron realizar un lifting al centro de la ciudad en vísperas de la Exposición Internacional de 1929 y lo convirtieron en el barrio gótico más grande de Europa.

La portada de 'Misterio en el Barrio Gótico', de Sergio Vila-Sanjuán, frente a la Catedral de Barcelona

La portada de 'Misterio en el Barrio Gótico', de Sergio Vila-Sanjuán, frente a la Catedral de BarcelonaJavier Ocaña / Planeta

Todo ello queda diseccionado bajo la mirada clínica de Vila-Sanjuán, que lo presenta enhebrado en una narración directa y pensada para ser un best-seller: «Ojalá se convierta en un grandísimo superventas», pedía el autor, sin pelos en la lengua. La suya es, en definitiva, una novela ágil, profusamente documentada y muy generosa en anécdotas sorprendentes, muchas veces desconocidas incluso para los propios barceloneses, como aquella vez en que casi asesinan a Fernando el Católico en el centro de Barcelona.

Con todo, Vila-Sanjuán no se queda en el pasado. «No me siento crepuscular», decía el veterano periodista, en respuesta a la pregunta de un compañero de oficio, y remataba: «El mundo de ayer nos aporta muchas cosas, pero lo verdaderamente interesante es el mundo de mañana, y ahí es donde espero seguir».

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas