El escritor e historiador César Alcalá, en su despacho
Entrevista
El lado menos conocido de la Mercè de Barcelona: cultura catalana bajo Franco y plaza deseada por los toreros
El historiador César Alcalá recoge un siglo y medio de historia de la fiesta mayor de la Ciudad Condal en un nuevo libro
El historiador César Alcalá es, además, una de las personas que más sabe sobre el pasado de Barcelona, y dan fe de ello los muchos artículos publicados en El Debate abordando desde el trazado de las calles de la Barcino romana hasta los refugios antiaéreos de la Guerra Civil.
Alcalá acaba de publicar Fiestas de la Mercè de Barcelona (Almuzara), un volumen generoso en detalles que explora los orígenes y la evolución de la fiesta mayor de Barcelona –que se celebra hoy miércoles, recordemos–, desde el origen de la devoción a Nuestra Señora de la Merced en la Edad Media hasta las ocurrencias de Ada Colau por descristianizar la fiesta.
–Empecemos aclarando una cuestión: ¿la patrona de Barcelona es la Virgen de la Merced o santa Eulalia?
–Hoy, ambas son copatronas. Desde hace siglos, la patrona de la ciudad era, efectivamente, santa Eulalia, pero en 1867 un grupo de unos 70 burgueses y aristócratas catalanes fueron a ver al Papa Pío IX para pedirle que la cambiase por la Merced, porque siempre ha habido dudas sobre si Eulalia existió, o incluso de si era de Barcelona o de Andalucía. Y sí: en 1868 llegó una carta del pontífice diciendo que Nuestra Señora de la Merced pasaba a ser copatrona de Barcelona, junto con Eulalia, desplazando a san Severo. El Papa también fijó que su fiesta sería el 24 de septiembre.
–Sin embargo, en el libro explica que la primera fiesta de la Mercè no fue en 1868, sino en 1871, tres años más tarde.
–Sí. Lo que ocurrió fue que el obispo de Barcelona de entonces, Pantaleón Montserrat, guardó la carta, ya que era el momento de la Revolución de 1868, la Gloriosa. Una vez calmadas las aguas, se celebraron las primeras fiestas de la Mercè, a las que acudió el nuevo rey, Amadeo I de Saboya.
–¿La fiesta de la Mercè se ha mantenido ininterrumpidamente desde 1871?
–Algunos libros recogen que se ha interrumpido en varios años, pero no es verdad. Lo cierto es que se ha celebrado siempre desde 1871, con la única excepción del periodo entre 1936 y 1938, durante la Guerra Civil, por todo el anticlericalismo que hubo. Pero en 1939 ya se volvió a celebrar, porque Barcelona cayó en marzo de aquel año. Se han celebrado las fiestas con plagas de tuberculosis o de peste.
Portada de 'Fiestas de la Mercè de Barcelona', de César Alcalá
–¿Cómo fueron cambiando las celebraciones con los años?
–En el siglo XIX hubo dos fiestas muy destacables: la de 1888, por coincidir con la Exposición Universal, y la de 1892, porque se celebró una gran fiesta por los 400 años del descubrimiento de América. A excepción de estos dos años, el resto eran fiestas de pueblo: la gente salía a pasear, había actuaciones…
El gran cambio llega en 1902, cuando Francesc Cambó entró al Ayuntamiento de Barcelona. Él consideraba que la Mercè tenía que ser una fiesta de Cataluña: aprovecharon que acababa de construirse la plaza Cataluña, y Cambó tuvo la habilidad de traer gente de fuera de Barcelona para hacer una gran fiesta tradicional catalana. Se conservan, por ejemplo, fotos de la Portaferrissa decorada como un castillo.
–Antes hablaba de anticlericalismo, ¿qué ocurrió con la Mercè durante la segunda República?
–Se mantuvieron las fiestas. Evidentemente, no se hicieron unas fiestas religiosas... ¡pero eso también pasó con Colau! No hubo actos religiosos, solo actos civiles: fíjate, ochenta años después, volvimos a lo mismo.
–Pasada la guerra, entramos en el periodo de la dictadura.
–De 1939 a 1975 volvieron a ser unas fiestas religiosas. En 1952 se inauguró la tradición de los pregones. Empezó a venir gente importante a pronunciarlos, como Martí de Riquer o Arias Navarro… aunque en la web del Ayuntamiento el primer discurso que recogen es del año 1995, como si antes no hubiera existido nada, lo cual es mentira. Tras la Transición vinieron los socialistas, que fueron quienes le dieron el impulso a la Mercè; sobre todo Pasqual Maragall.
–Explíqueme alguna anécdota de la fiesta mayor.
–Uh, ¡hay muchas! Mira, durante el franquismo seguían saliendo las colles de castellers, por ejemplo, y una de las empresas que dio más impulso a esta vertiente más tradicional fue El Corte Inglés: desde los años 50 acogía en su establecimiento de la plaza de Cataluña los conciertos de la Coral Anselm Clavé, que entonaba cantos corales catalanes.
Alguna anécdota… Picasso hizo un cartel de la Mercè, en 1903 o 1904, pero nunca llegó a salir a la luz. Y otra, para terminar: la Mercè siempre había sido la fiesta de los toros, con corridas en las Arenas. Aquí habían venido los más grandes, era como la Feria de Abril en Sevilla. Los toreros venían a lucirse.