Un joven encapuchado, en una imagen de archivo

Un joven encapuchado, en una imagen de archivoSefa kart / iStockphoto

Okupación

El okupa en serie que humilla a la justicia catalana: 225 denuncias, 31 detenciones y ni un día en prisión

Se trata de un multirreincidente de 22 años que se aprovecha de las grietas del sistema y forma parte de un grupo organizado

Cada vez menos gente niega que las okupaciones ilegales son un problema en Cataluña, y que la ley no ofrece una respuesta adecuada al fenómeno. El último ejemplo de esta impotencia de los tribunales es el caso de Marc, el okupa en serie que tiene estupefactos a los vecinos de Sant Boi de Llobregat, un municipio del área metropolitana de Barcelona, y que ha dado a conocer este miércoles La Vanguardia.

Se trata de uno de los okupas multirreincidentes más activos de Cataluña, y su ‘hoja de servicios’ es de récord: tiene 22 años y acumula 225 denuncias y 31 detenciones, pero no ha pasado ni un día en prisión, dado que todos los procesos judiciales abiertos contra él son por delitos leves de usurpación de bienes inmuebles, que se saldan pagando una multa. Además, el agravante de reincidencia no se aplica en este tipo de delitos.

Según el citado medio, el modus operandi de este okupa en serie es instalarse en viviendas vacías propiedad de un fondo de inversión o una entidad bancaria y chantajearles para que le paguen 5.000 euros a cambio de marcharse. A veces, incluso, ha vendido las llaves de los pisos a familias vulnerables.

Parte de una mafia

Empezó a okupar en diciembre de 2021, recién cumplidos los 18 años, en la comarca del Baix Llobregat, pero ha acabado extendiendo su actividad por toda Cataluña. Su historial policial ocupa 29 páginas. No actúa solo: los Mossos d’Esquadra le definen como perteneciente «a un grupo criminal que ocupa inmuebles y coacciona a las entidades propietarias para obtener un rendimiento económico».

Sus acciones, por tanto, están premeditadas, y el joven okupa actúa con pleno conocimiento de hasta dónde puede llegar y cuáles son las costuras y las grietas del sistema, de las que se aprovecha. Sabe, por ejemplo, que el proceso judicial para desalojarle puede tardar entre dos y tres años, y que las empresas preferirán pagarle para que se vaya en lugar de esperar a que el juzgado se pronuncie.

Plaza del Ayuntamiento de Sant Boi (Barcelona)

Plaza del Ayuntamiento de Sant Boi (Barcelona)Wikimedia

Ningún juzgado ha centralizado la investigación contra Marc, aunque algunos sí han tomado medidas. Un juzgado de Rubí (Barcelona) dictó una orden de alejamiento de una vivienda, y un juez de Sant Boi fue más allá y adoptó una resolución insólita, decretando una orden de alejamiento del municipio, en febrero de 2025.

Lo justificó diciendo que el joven –de quien no ha trascendido la nacionalidad– «lleva haciendo de la delincuencia, y particularmente de la delincuencia en Sant Boi su modus vivendi desde hace prácticamente cuatro años».

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